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SANTA SEDE
Sacado del n. 10 - 2006

Diplomacia entre cruz y medialuna


Casi todos los países islámicos cuentan ya con un nuncio apostólico. Faltan diez Estados musulmanes. Por ahora


por Gianni Cardinale



El cardenal Secretario de Estado Tarcisio Bertone, en su presentación de la lección pronunciada por Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona que publicamos en este número, precisa que para mejorar las relaciones entre la Iglesia católica y el mundo islámico «la Santa Sede se propone impulsar al máximo las Nunciaturas apostólicas en los países de mayoría musulmana, para aumentar el conocimiento y si es posible también hacer que compartan las posiciones de la Santa Sede». Pero ¿cuál es la situación actual en lo que se refiere a los vínculos diplomáticos entre países de mayoría musulmana y la Sede apostólica?
La Santa Sede comenzó a establecer plenas relaciones diplomáticas con Estados islámicos hacia mediados del siglo pasado, durante el pontificado de Pío XII. En 1947 establece relaciones diplomáticas con Egipto y Líbano. En 1950 con Indonesia y el año siguiente con Pakistán. En 1953 lo hace con Irán y Siria. Durante el breve pontificado de Juan XXIII se establecen relaciones diplomáticas con Turquía en 1960 y Senegal en 1961. Con Pablo VI el número de países islámicos que establecen relaciones diplomáticas con la Santa Sede aumenta notablemente. Tanto en África (Níger en 1971; Argelia, Túnez, Sudán, Costa de Marfil en 1972; Alto Volta –luego Burkina Faso– en 1973; Nigeria y Marruecos en 1976; Gambia en 1978); como en Asia (Irak en 1966, Kuwait en 1969, Bangladesh en 1973). Durante el pontificado de Juan Pablo II otros países islámicos se relacionan diplomáticamente con la Sede apostólica. En Europa: Albania en 1991 y Bosnia- Herzegovina el año siguiente. En África: Malí en 1980, Guinea y Guinea-Bissau en 1986, Chad en 1988, Sierra Leona en 1996, Libia en 1997, Yibuti en 2000. En Asia: Azerbaiyán, Kazajstán, Kirguizistán y Uzbekistán en 1992; Jordania en 1994; Tayikistán y Turkmenistán en 1996; Yemen en 1998; Bahrein en 2000; Qatar en 2002.
Hojeando la lista de los países miembros de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) se puede verificar que de las 57 naciones que la forman, 47 ya mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede (hay algunos Estados que de por sí no son de mayoría islámica –come Benín, Camerún, Gabón, Guyana, Mozambique, Surinam, Togo y Uganda– pero que por motivos político-económicos forman parte de la OCI). En 24 países de 47 el nuncio es residente, esto es: en Albania, Argelia, Bangladesh, Benín, Camerún, Costa de Marfil, Egipto, Gabón, Guinea, Indonesia, Irán, Irak, Kazajstán, Kuwait, Líbano, Marruecos, Mozambique, Nigeria, Pakistán, Senegal, Siria, Sudán, Turquía y Uganda. Además existen relaciones diplomáticas sui generis entre la Santa Sede y la OLP, que desde 1995 nombra un propio director de oficina de representación, cargo actualmente vacante. En cambio, existen plenas relaciones diplomáticas entre Bosnia y Herzegovina, país que forma parte de la OCI con el status de observador, y la Sede apostólica, con nuncio residente en Sarajevo. Desde 2000 la Santa Sede tiene un observador permanente ante la Organización de la Liga árabe con sede en El Cairo.
Esta es la situación actual. De la que se deduce que quedan aún diez países de mayoría islámica que no tienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede: Afganistán, Arabia Saudí, Brunei, Comoras, Emiratos Árabes Unidos, Malaisia, Maldivas, Mauritania, Omán y Somalia. Pero se trata de una situación que puede cambiar en el futuro. Ante todo hay que recordar que en cinco de estos países (Brunei, Comoras, Malaisia, Mauritania y Somalia, en este caso formalmente) la Santa Sede tiene ya un delegado apostólico que la representa ante la Iglesia local (aunque no ante el gobierno). A esto hay que añadir que cada uno de estos países tiene características propias. En el pasado, por ejemplo, Afganistán (donde en 2002 fue constituida una missio sui iuris dirigida por un padre barnabita) y Somalia (100 católicos y la diócesis de Mogadiscio vacante desde 1990, cuando fue asesinado el obispo Salvatore Colombo) habían ofrecido su disponibilidad verbal para establecer relaciones diplomáticas con la Santa Sede, pero las enrevesadas situaciones locales no dejan prever una salida positiva, por lo menos a breve plazo. Mayor optimismo parece caracterizar las perspectivas con algunos países, come Omán y los Emiratos Árabes Unidos, donde hay una presencia consistente de inmigrados católicos y ya existen buenas relaciones con el Vicariato apostólico de Arabia, cuya sede está precisamente en Abu Dhabi, la capital de los EAU. Situaciones más estacionarias se verifican en Brunei (21.500 católicos de un total de 347.000 habitantes), donde desde 2004 hay un vicariato apostólico; en Comoras (4.300 católicos de un millón de habitantes), que desde 1975 constituyen una administración apostólica regida por un religioso; en Mauritania (4.500 católicos en una población de tres millones de habitantes), donde existe una única diócesis dirigida actualmente por un padre blanco alemán; en Malaisia (donde los católicos son el 3,2%, 790.000 de un total de 25 millones de habitantes), que cuenta con dos archidiócesis metropolitanas y seis sufragáneas. En fin siguen cerradas las puertas en Arabia Saudí, donde, sin embargo, se tolera oficiosamente una discretísima actividad pastoral, y en las islas Maldivas, donde en cambio está tajantemente prohibida toda asistencia espiritual, incluso a los numerosos turistas católicos que van de vacaciones al archipiélago.
Como conclusión de esta breve panorámica, puede ser útil recordar que la Santa Sede ha establecido una media docena de acuerdos diplomáticos con Estados islámicos. En 1964 se firmó Convención (modus vivendi) entre la Sede Apostólica y la República de Túnez. Se remonta al periodo a caballo entre 1983 y 1984 un intercambio de cartas entre el rey de Marruecos y Juan Pablo II sobre el Estatuto de la Iglesia católica en el país magrebí. La Santa Sede, además, ha firmado un par de Convenciones sobre materias específicas con Costa de Marfil en 1989 y 1992. Con Kazajstán firmó en 1998 un Acuerdo sobre las relaciones bilaterales. Es del año 2000 un Acuerdo de base con la OLP y de 2002 un Acuerdo sobre la reglamentación de las relaciones recíprocas con Albania.


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