Home > Archivo > 10 - 2006 > El “camino dorado” al diálogo
ISLAM
Sacado del n. 10 - 2006

Entrevista con uno de los guías más prestigiosos de la comunidad chií

El “camino dorado” al diálogo


Encuentro con el ayatolá iraní Muhammad Ali Tasjiri, secretario general del Fórum para el acercamiento de las escuelas de doctrina islámica en el mundo, uno de los 38 líderes musulmanes firmantes de la carta abierta al Papa como respuesta a la lectio magistralis de Ratisbona


Entrevista a Muhammad Ali Tasjiri por Pierluca Azzaro


Muhammad Ali Tasjiri

Muhammad Ali Tasjiri

«El ayatolá iraní Muhammad Ali Tasjiri es uno de los guías espirituales más respetados de la comunidad chií mundial». Así presentaba a sus lectores la revista Islamica Magazine, que el pasado 12 de octubre publicó la carta abierta de 38 líderes musulmanes al Papa, a uno de los firmantes más significativos de aquel documento que pretendió responder de manera abierta y detallada al discurso de Benedicto XVI pronunciado en la Universidad de Ratisbona. Consuela el hecho de que tras la guerra en Líbano y de principios de noviembre en Medio Oriente, en que se vertió sangre inocente, sea precisamente Tasjiri quien presida una importante cumbre de representantes religiosos musulmanes chiíes en Beirut. Un vistazo a su currículum nos hace comprender el porqué: estuvo durante años al frente de la influyente Organization of Islamic Culture and Communication –organización misionera del islam chiípara difundir esta religión por todo el mundo–, hoy, gracias a su alta preparación teológica unánimemente reconocida, el ayatolá Tasjiri es secretario general del World Forum for Proximity of Islamic Schools of Thought, institución dedicada a acercar las distintas escuelas de doctrina islámica en el mundo. Fue así como, a finales de junio, con motivo de la XVII asamblea general de los estudiosos de derecho islámico, invitó a más de cien docentes de derecho islámico reunidos en Amán «al diálogo entre las religiones y las civilizaciones, contra los extremismos y las exasperaciones». El pasado 3 de julio, en Moscú, Tasjiri representó al islam chií en la cumbre mundial de representantes religiosos. En Rodas, desde finales de septiembre a primeros de octubre, fue de nuevo él quien habló en nombre del islam en el World Public Forum “Dialogue of Civilization”, estructura fundada hace cuatro años por Vladimir Yakunin –que hoy está al frente de la red ferroviaria de la Federación Rusa– y que pretende promover el diálogo entre culturas entendido primordialmente como diálogo entre religiones. Tras escuchar atentamente el discurso del rabino jefe de Rusia, BerelLazar –en el palco estaba también presente el metropolitano ruso-ortodoxo Vladimir–, en la conferencia de apertura del Forum Tasjiri pronunció su primera intervención improvisando, ante un público numeroso y de prestigio, sin levantar nunca la voz, y sin embargo enfervorizándose cada vez que el discurso tocaba un tema que para él reviste especial importancia: la justicia, tema al que ha dedicado numerosas publicaciones. El encuentro personal ha desvelado una alegría de ánimo, una humanidad y una sabiduría antigua de este anciano líder muy lejanas de las imágenes de los “jefes político-religiosos” medio-orientales que últimamente tantos medios de comunicación ofrecen a la opinión pública.

Ayatolá Tasjiri, en su discurso en la conferencia de inauguración del encuentro de Rodas volvió usted sobre la cuestión del famoso pasaje del discurso del Papa en Ratisbona. ¿Puede resumirnos su posición?
MUHAMMAD ALI TASJIRI: Simplemente dije que mi opinión es que Benedicto XVI debería haber comentado brevemente, aunque fuera improvisando, el pasaje; como luego hizo en la oración del Ángelus, en Castel Gandolfo. Los islámicos no comprendieron inmediatamente que la opinión del emperador no era la del Papa. Si se entiende que las palabras del emperador bizantino dicen que el islam es únicamente “guerra y violencia”, esta no es una exposición verdadera del islam ni de su misión. Es esta interpretación del islam, es este estereotipo lo que ha herido a la gente islámica. Además, Manuel II Paleólogo afirma que el islam no tiene nada que ver con la sabiduría y la razón: no es verdad. El islam está empapado de sabiduría y razón. Como he dicho, el Papa comentó luego el pasaje diciendo que no corresponde a su pensamiento.
Habla usted de «camino intermedio dorado» para referirse al sendero que hay que emprender para el diálogo. ¿Puede aclararnos este concepto?
TASJIRI: Hay algunas cosas que separan al ser humano del animal: el pensamiento, la conversación, la razón, tomar decisiones siguiendo la razón, el diálogo. Y además la aceptación de determinados principios éticos: la justicia, la moralidad, la compasión. De manera muy pragmática diría que el camino que hay que emprender para una convivencia pacífica y armoniosa entre los seres humanos es aplicar estos principios y con ellos el principio de “Vive y deja vivir”. Este es el camino justo que seguir, el camino verdadero. Pero también existe un camino de falsedad que es el extremismo, el conflicto, la violencia. Le pondré algunos ejemplos: el nazismo, el fascismo, el apartheid son desviaciones del camino de la justicia.También el sionismo es un abandono del camino de la justicia.
Benedicto XVI durante la audiencia 
a los embajadores de los países de mayoría islámica acreditados ante la Santa Sede, el 25 de septiembre de 2006 en Castel Gandolfo

Benedicto XVI durante la audiencia a los embajadores de los países de mayoría islámica acreditados ante la Santa Sede, el 25 de septiembre de 2006 en Castel Gandolfo

¿Qué entiende por justicia? En Rodas la ha invocado con insistencia…
TASJIRI: La justicia ha de ser permanente, y todo lo que no respeta la justicia y la dignidad humana ha de ser rechazado porque es opuesto a los auténticos valores humanos. Paz, verdad, sinceridad, entregarse a las causas justas, ayudar a los que sufren y a los necesitados, estos son ejemplos de justicia y de amor por la justicia. Si se actúa contra la justicia el mundo sufre y seguirá sufriendo. Pero la justicia consta de dos aspectos. El primero está relacionado con lo que nuestra conciencia rechaza, lo que nos hace sentir culpables cuando cometemos alguna acción mala: matar mujeres, niños y personas indefensas es un error, nos lo dice nuestra conciencia; ayudar a las mujeres y los niños es justicia; es justicia apoyar a los débiles; es justicia tratar de satisfacer las necesidades humanas fundamentales: asegurar la comida y el agua, que son dones de Dios, y luego la casa y la libertad. Si no se satisfacen estas necesidades, se actúa injustamente. El segundo aspecto de la justicia está relacionado con los acontecimientos de nuestra vida o acontecimientos en general que no conseguimos comprender como justos. Para estos últimos hemos de dirigirnos a Dios, gritarle a Él, que es la fuente de la justicia, y rogarle que nos haga comprender por qué este o aquel otro acontecimiento es justo.
Habla usted a menudo también de un camino intermedio dorado entre capitalismo sin frenos y socialismo. ¿Qué entiendo con ello?
TASJIRI: Yo soy musulmán y según mi religión existe, sin lugar a dudas, la libertad de empresa, de hacer negocios; pero también existe, al mismo tiempo, la necesidad de satisfacer las necesidades humanas básicas de las personas, como la casa y el trabajo. El socialismo que hemos conocido quería asegurar estos bienes a todos negando la libertad. El islam trata de dar la libertad a la empresa pero quiere que se les asegure a las personas las respuestas a sus necesidades más elementales. Estoy convencido de que todas las religiones monoteístas tienen precisas recomendaciones que hacer en este sentido.
Y sin embargo, si pensamos en lo que pasa hoy, el escenario es bastante sombrío. El Papa, en Ratisbona, habló de un Occidente rico y técnicamente avanzado, pero «impregnado de un tipo de razón que excluye totalmente a Dios de la visión del hombre»; y decía además que este es el aspecto de Occidente que asusta a los pueblos de Asia. ¿Comparte estas palabras?
TASJIRI: Al cien por cien. En nuestra época del consumismo y capitalismo salvajes muchos hombres se han enamorado hasta tal punto de sí mismos que rechazan a Dios y lo desprecian. Esta es la tragedia de nuestro tiempo.
Una última pregunta, excelencia: ¿cómo ve el futuro y qué se espera de él?
TASJIRI: Yo soy musulmán, procedo de Irán y leo el Corán todos los días. El Corán es un libro de inspiración y esperanza para el futuro. Yo creo que un día el imán Mahdi y Jesús de Nazareth vendrán a este mundo y repartirán amor, compasión y justicia. Por eso tengo confianza en el futuro.


Italiano English Français Deutsch Português