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UNIÓN AFRICANA
Sacado del n. 09 - 2003

PERSPECTIVAS. La última cumbre de la Unión Africana vista por los misioneros

Primeros pasos de un largo camino


El director de Africa, la revista de los Padres blancos, hace un balance de la cumbre que se celebró en julio en Maputo, Mozambique. Acabada la época de la retórica antioccidental, los líderes de las 53 naciones africanas que forman la UA buscaron puntos de encuentro para resolver problemas como la pacificación del continente, la lucha contra la pobreza y el sida


por Davide Malacaria


Alpha Oumar Konaré, presidente de Mali, fue elegido presidente de la Comisión de la Unión Africana (UA)

Alpha Oumar Konaré, presidente de Mali, fue elegido presidente de la Comisión de la Unión Africana (UA)

África se interroga sobre los problemas del continente olvidado y busca caminos de convergencia. Claro que el camino para llegar a resultados concretos es largo y difícil, pero el intento es digno de atención. Del 11 al 14 de julio se celebró en Maputo, Mozambique, la asamblea anual de la Unión Africana (UA). De lo que sucedió durante la cumbre y del posible rumbo futuro de la UA hablamos con el padre Claudio Zuccala, que hace tres meses fue nombrado director de Africa, la revista bimestral de los Padres blancos, la Congregación fundada en 1868 por el entonces obispo de Argel, Charles Lavigerie, y totalmente dedicada a la evangelización de África y a dar testimonio cristiano en los países islámicos.

¿Qué ha pasado en la cumbre de Maputo?
CLAUDIO ZUCCALA: El fruto de estas cumbres no está en las declaraciones públicas, sino en los contactos que tienen lugar entre bastidores. Desde el punto de vista de las declaraciones finales no se ha adelantado mucho. Los temas tratados en la cumbre fueron esencialmente tres: las luchas presentes en el continente, donde actualmente hay 11 “grandes” conflictos, la difusión del sida y la lucha contra la pobreza. Sobre el primer punto se reafirmó la importancia de la creación de una fuerza militar africana lista para ser utilizada en operaciones de peacekeeping. La plaga del sida fue estudiada tanto a nivel humanitario como a nivel de impacto económico en los países subsaharianos. Sobre la lucha contra la pobreza se repitió más o menos lo que se dijo en la cumbre de Durban de 2002.
¿Es decir?
ZUCCALA: De hecho el único camino real para intentar vías de desarrollo en el continente sigue siendo el NEPAD (New Partnership for Africa’s Development), que nació de una idea del presidente surafricano Thabo Mbeki y que la UA hizo suyo el año pasado. El plan nace de la exigencia de encontrar las financiaciones necesarias para invertir en proyectos de desarrollo y de la contingencia internacional, con un Occidente cada vez más reacio a invertir en África, por ser un continente con riesgo debido a la situación de degradación política y social. El NEPAD compromete a los Estados socios a crear las condiciones necesarias para dar garantías a los inversores extranjeros. Estas garantías van desde el ámbito político –el compromiso a respetar los principios democráticos– al económico –la transparencia en la administración de los fondos– y al social –el respeto de los derechos humanos–. Los países fundadores del NEPAD, Suráfrica, Nigeria, Senegal y Argelia, se han comprometido a ser los primeros en dar el ejemplo y, en segundo lugar, a usar su influencia sobre los países limítrofes para que se cumplan en estos países los requisitos previstos por el plan.
Es característico de las cumbres africanas acusar a Occidente de las tragedias africanas. ¿Ha pasado lo mismo en Maputo?
ZUCCALA: En realidad, el cambio de nombre, de OUA (Organización para la Unidad Africana) a UA (Unión Africana), que se hizo el año pasado en Durban no fue sólo un cambio formal. Entre otras cosas, se ha querido romper con un pasado en el que cierta retórica antioccidental ocupaba tiempo y espacio sin dar ningún fruto. En Maputo casi no ha habido polémicas de este tipo.
¿Cree que un día puede llegarse a un Parlamento africano?
ZUCCALA: En la cumbre de Durban se trazó el camino para su realización y se fijaron las fechas. El Parlamento africano debería ser una realidad a finales de este año. Pero en Durban también se decidió que los Estados de la UA firmaran un protocolo de paz y seguridad antes de constituir el Parlamento panafricano. Para que este protocolo entre en vigor se decidió que deberían firmarlo la mayoría de los países de la UA, es decir, 27. En realidad, los Estados que hasta el presente lo han firmado son sólo 14. Se pensaba que al final de la cumbre de Maputo iban a llegar las firmas necesarias, pero no fue así. Sigue en pie el compromiso de acelerar los tiempos de la firma, pero también hay incertidumbre.
¿Qué prevé ese protocolo de paz y seguridad?
ZUCCALA: Prevé el compromiso de garantizar la democracia dentro del país que lo firma. Por lo demás, es normal que en el Parlamento africano se sienten personas elegidas por el pueblo y no dictadores. Además, y es un aspecto no secundario, el protocolo prevé la creación de una fuerza de paz africana para utilizarla en las zonas de crisis. Esta fuerza tendría la ventaja, respecto a otras iniciativas análogas de la ONU, de estar disponible con cierta rapidez y ser desplegada antes de que las crisis degeneren. Por lo menos en teoría.
¿Por qué hay reluctancia a la hora de firmar este protocolo?
ZUCCALA: Los que firman se comprometen a respetar ciertas reglas de la democracia, a poner orden en su propia casa. Evidentemente no todos lo quieren hacer.
De todos modos, si bien esta fuerza de paz africana aún no ha nacido, desde hace unos años los Estados africanos han comenzado a enviar tropas para poner fin a algunos de los conflictos que están devastando el continente…
Abrazo entre el presidente surafricano, Thabo Mbeki, y el presidente de Mozambique, Joaquim Chissano, durante la cumbre de la Unión Africana (UA) que se celebró en Maputo del 11 al 14 de julio de 2003

Abrazo entre el presidente surafricano, Thabo Mbeki, y el presidente de Mozambique, Joaquim Chissano, durante la cumbre de la Unión Africana (UA) que se celebró en Maputo del 11 al 14 de julio de 2003

ZUCCALA: Si se refiere a la intervención en Burundi o a algunas intervenciones realizadas por los países del África noroccidental, Nigeria y Ghana especialmente, sí, algo se ha visto. Se trata de intervenciones que nacen de las organizaciones regionales africanas, pero no son suficientes para resolver los muchos conflictos que ensangrientan el continente. De ahí que en otros muchos casos haya sido necesaria la intervención occidental para llevar la paz, como hace dos años en Sierra Leona, cuando intervinieron los ingleses, o recientemente en Costa de Marfil y en Ituri, donde intervinieron los franceses, y en Liberia, donde se invoca la intervención de Estados Unidos. En la cumbre de Maputo la UE propuso contribuir activamente en la creación de esta fuerza militar panafricana con armas y medios. La propuesta fue aceptada, aunque por ahora es sólo una hipótesis. Queda por aclarar un punto que, por lo menos a mí, me deja perplejo: las financiaciones de esta contribución de la UE para la fuerza panafricana deberían sacarse de los fondos destinados al desarrollo…
En la cumbre de Maputo fue elegido el nuevo presidente de la UA, el ex presidente de Mali, Alpha Oumar Konaré. ¿Le conoce usted?
ZUCCALA: No. De todos modos, Konaré ha sido elegido presidente de la Comisión de la Unión Africana, y sustancialmente hará las funciones de secretario de la organización durante los próximos cuatro años. La presidencia de la Unión Africana, cargo más honorífico que substancial, es por turno entre los presidentes de los 53 países miembros de la UA y ahora le toca a Joaquim Chissano, presidente de Mozambique. En cualquier caso, creo que fue muy importante la presencia en la cumbre del secretario de Naciones Unidas, Kofi Annan.
Algunos han notado que la visita a África del presidente de Estados Unidos, George Bush, tuvo lugar en los mismos días de la cumbre de Maputo, y han subrayado su inoportunidad…
ZUCCALA: Efectivamente. El presidente surafricano Mbeki no pudo asistir a los trabajos preparatorios de la cumbre porque tenía que recibir a Bush, así como, por el mismo motivo, el presidente ugandés Yoweri Museveni tuvo que irse antes. Algunos han visto en esta coincidencia la acostumbrada arrogancia americana. En cualquier caso, los jefes de Estado africanos reunidos en Maputo, salvo el previsible e histriónico Gadafi, no se quejaron por esto. Algo positivo.
La última pregunta: en la UA hay Estados islámicos y con mayoría cristiana. ¿Se habla en estas cumbres de cuestiones relativas a la relación entre islam y cristianismo?
ZUCCALA: No. Gracias a Dios, no.



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