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IRAK
Sacado del n. 10 - 2008

TESTIMONIOS

Crónicas de persecución y de vida cristiana


Encuentro con Emmanuel III Delly, patriarca de los caldeos: «En Irak decimos: “Para nosotros nuestra patria, y todo lo demás para el Señor”. No importa si mi vecino es musulmán o cristiano, chiíta o sunnita; esto le afecta solo a él, es algo entre él y el Señor. Lo que yo he de hacer y por lo que he de trabajar es por la fidelidad a la patria»


Entrevista a Emmanuel Delly III, patriarca de los caldeos por Giovanni Cubeddu


Antes de poderse preparar para el Adviento, Emmanuel III Delly tuvo que viajar mucho. Por muchos motivos. El Sínodo, algunos tratamientos médicos que había ido dejando, visitas pastorales a las numerosas comunidades caldeas en Europa y en los Estados Unidos. Hace cinco largos años –en diciembre de 2003– que fue elegido patriarca de Babilonia de los caldeos. Cinco años con la guerra en casa. Desde Bagdad ha visto, vivido, testimoniado los sufrimientos del pueblo iraquí y entre ellos la persecución de los cristianos, que en los momentos tópicos vuelve a estallar puntualmente (así fue en octubre, durante los días del Sínodo), pero que sigue incluso cuando no es noticia.
En Irak, donde la guerra ha llevado también la persecución, el patriarca no se aventura a hacer declaraciones de primera página. Como iraquí y como pastor de la comunidad cristiana más grande del país, su beatitud Delly, creado cardenal por el papa Benedicto XVI en noviembre de 2007, ofrece cada día su testimonio. Y nos deja imaginar, sin recriminar, toda la realidad (del martirio) detrás de la prudencia.

El patriarca Emmanuel III Delly celebra la liturgia en la iglesia de la Virgen María de Bagdad [© Associated Press/LaPresse]

El patriarca Emmanuel III Delly celebra la liturgia en la iglesia de la Virgen María de Bagdad [© Associated Press/LaPresse]

Beatitud, ¿qué es lo que de bueno se ha llevado a casa del último Sínodo sobre la Palabra de Dios?
EMMANUEL III DELLY: En Irak no existe una familia, una sola, que no tenga en casa un ejemplar de la Sagrada Escritura, la Palabra del Señor. ¿Qué más podemos hacer? Tratar de vivir esta Palabra, encarnarla en nuestra vida, como la Virgen hizo yendo hacia Isabel para servirla y mostrar la caridad fraternal. Podemos leerla. Conocerla no basta, pero puede servir de ayuda. De este modo, si es posible, cada día, por lo menos por la noche antes de acostarse, en vez de pasar dos o tres horas delante de la televisión, los padres deberían abrir el Evangelio y leer la Palabra del Señor a sus hijos. También los más pequeños escucharán y, poco a poco, pondrán en práctica la Palabra de Dios en su vida cotidiana. De este modo el Señor nos bendecirá, nos dará sus gracias, nos ayudará y mostrará los caminos que llevan al bien.
Mientras se encontraba usted en Roma, y también en los días siguientes, en Mosul especiamentel volvieron a recrudecerse las violencias sectarias contra los cristianos.
DELLY: No solo contra los cristianos... Las noticias que llegan de Irak no son buenas para ningún iraquí. Cuando uno no sabe de dónde viene el mal, trata de encontrar su origen pero no lo encuentra, y entonces está siempre ansioso, siempre triste. Esto les pasa a mis conciudadanos. En Irak no pasa un día sin que no tengan un problema. Para mí nunca se ha puesto el sol sin haber oído una mala noticia o encontrado un problema que concierne al bien de Irak, no solo el de los cristianos.
No existe solo Mosul.
DELLY: Lo que les ha pasado a los cristianos de Mosul ocurre desde hace tiempo también en otros lugares, y sencillamente esta vez ha provocado un poco más de ruido. Muchos han tenido que dejar sus casas, empujados por el miedo o por otras razones más concretas... Han visto a sus vecinos escapar hacia el norte y los han seguido dejando la ciudad. Sin duda hay algo que no funciona... ¿Pero qué? La culpa es de algunas personas que no creen en Dios, no son musulmanes ni cristianos, no tienen otras creencias fuera de sus propios intereses y amenazan a todos quienes poseen algo o un poco de dinero. Les obligan a dejar sus casas y a irse, y van por las calles de la ciudad gritando: «¡No compréis estas casas, serán nuestras gratis!».
Y esto es lo que ha asustado a los cristianos, por eso huyen...
DELLY: Los cristianos iraquíes son en general personas que viven de su propio sudor y no tienen mucho dinero (y les dan gracias a Dios porque trabajan...). Así que muchos se han ido, especialmente cuando han visto que mataban a algunos. ¿Quiénes los mataban? No lo sabemos. Yo no acuso a nadie. Muchos dicen que los responsables son fuerzas extranjeras, pero yo me digo siempre para mí: «¿Pero es posible que los extranjeros sepan que este o aquel tienen dinero, y que vive en tal casa, si no hay algún iraquí entre ellos?». Así que yo censuro también a mis hermanos iraquíes y les pido que se amen.
¿Piensa usted que la política interior del país podrá tener la fuerza en un futuro próximo de resolver los problemas? ¿O bien será siempre necesaria una autoridad exterior?
DELLY: La situación no es estable, por ello no creo que se pueda hablar de una “política interior”. Existen, sin embargo, la caridad y el amor fraternales. El Señor nos ha mandado que nos amemos los unos a los otros: esta es nuestra política, la política de los cristianos, que exhorto a amarse y a perdonarse recíprocamente, también por el bien del país. Y a ser fieles ante todo al Señor y luego a sus hermanos, de origen distinto, con los que hemos de convivir pacíficamente. Esta es nuestra política, no tenemos otra política interior o exterior. Los que tratan de agitar las aguas sucias no son verdaderos iraquíes ni hombres que aman a su patria, ni mucho menos siguen la voluntad del Señor.
¿Qué podría hacer un partido cristiano organizado, de minoría?
DELLY: Por desgracia todo partido sigue sus propios intereses. Ante todo el de afirmar que es mejor que los otros, y esto no me gusta. Hemos de formar un solo “partido fiel a la patria”, es decir, colocar entre nosotros la caridad fraternal, estar unidos y trabajar con un solo corazón por todos nuestros hermanos iraquíes. Y hemos de incitar también a los connacionales en el exterior a que pongan en práctica esta política: en una palabra, hemos de hacer todo lo posible por el bien de nuestra nación.
Fieles en una iglesia del barrio de Karrada, en Bagdad [© Afp/Grazia Neri]

Fieles en una iglesia del barrio de Karrada, en Bagdad [© Afp/Grazia Neri]

Usted sigue reuniéndose con las autoridades del gobierno y los líderes religiosos.
DELLY: He hecho un llamamiento, ante todo, a los responsables políticos, que pueden realmente cambiar algo en el país. Desde el presidente de la República al presidente del Gobierno, los ministros, los jefes de partido, al propio Alí al Sistani, gran ayatolá chiíta. Y dirijo el mismo llamamiento a todos los jefes políticos del mundo, que hasta el momento no han hecho mucho: oyen la voz de Irak, expresan su contrariedad, pero no hacen nada, solo decirnos palabras bonitas; luego cada cual vuelve a su casa y se 1230565478244">DELLY: Hablo con los líderes sin preocuparme de que sean chiítas o sunnitas. Me acerco a ellos como iraquíes, no como chiítas pertenecientes a una potencia extranjera. Y por este motivo, creo, todos me respetan y se reúnen conmigo sin dificultad, o vienen a mí para darme o pedirme consejos. Saben que no me decanto ni por unos ni por otros. En Irak decimos: «A nosotros nuestra patria, y todo lo demás para el Señor». No importa si mi vecino es musulmán o cristiano, chiíta o sunnita; esto le afecta solo a él, es algo entre él y el Señor. Lo que yo he de hacer y por lo que he de trabajar es por la fidelidad a la patria.
¿Qué relaciones ha mantenido con la diáspora iraquí y con los cristianos que se han ido?
DELLY: Quisiera que quienes están en la diáspora volvieran a la patria. Pero si no pueden, si la diáspora se ha convertido para ellos en la segunda patria, entonces, que se queden donde están. Por su bien y por el bien del país en el que ahora se encuentran y también por el bien de su patria. Pero... quisiera que volvieran... No queremos que Oriente se quede vacío de cristianos, este Oriente al que el Señor ha amado tanto. Es aquí donde el Señor vivió y no queremos que estas tierras se queden vacías de cristianismo por culpa de alguien.
¿Sigue existiendo la voluntad política de trasladar a los cristianos, por motivos de seguridad, a algunas “zonas francas” del país?
DELLY: Que yo sepa, todos los responsables, empezando por el presidente y el primer ministro, quisieran que los cristianos se quedaran en el país porque son la fuerza de Irak. Las estadísticas dicen que los cristianos son apenas el tres o cuatro por ciento de la población, pero no es verdad... Significan mucho más porque también la calidad cuenta, y nuestros cristianos iraquíes son instruidos, están deseando hacer el bien, y conocen el mundo fuera del país. Así que ese “tres o cuatro por ciento”, aunque sea un número pequeño, no identifica en realidad a una minoría, porque se refiere a personas que están en Irak desde antes de que llegase el islam. Originarios del país, no inmigrantes.
¿Qué ha significado para el patriarca vivir cinco años de guerra y persecución?
DELLY: Es algo natural, no hemos de asombrarnos. Nuestro Señor pasó tres años haciendo el bien a sus compatriotas, dándoles el pan, curando a sus enfermos, y a pesar de que el domingo de Ramos gritaban a su paso: «¡Hosanna! ¡Hosanna!», el viernes siguiente todos repetían: «¡Ha de ser crucificado!». ¡Así es la vida! El hombre olvida pronto, nosotros en cambio hemos de hacer siempre el bien, seguir el ejemplo de nuestro Señor, el rastro que dejó caminando. Como él subió al Gólgota, soportándolo todo, pero luego resucitó, así también nosotros hemos de pasar por el mismo camino de sufrimientos, críticas, maltratos, pero estamos seguros de que al final tendremos la resurrección y la victoria.
En América hay una nueva administración. ¿Tiene algo que comentar sobre el tema?
DELLY: No, estas cosas no me atañen... En cambio estoy contento de nuestros cristianos, que están realmente firmes en su fe, a pesar de las dificultades en las que se encuentran hoy.
Bagdad, 31 de octubre de 2008: una manifestación de solidaridad con la comunidad cristiana de Mosul, que en las últimas semanas ha vuelto a ser objetivo de una trágica oleada de violencias [© Associated Press/LaPresse]

Bagdad, 31 de octubre de 2008: una manifestación de solidaridad con la comunidad cristiana de Mosul, que en las últimas semanas ha vuelto a ser objetivo de una trágica oleada de violencias [© Associated Press/LaPresse]

¿Tiene algún episodio que contar al respecto?
DELLY: Puedo solo decir que son realmente devotos, tienen fe, conocen sus deberes religiosos y los cumplen fácilmente, pese a las dificultades, pese al miedo. Cada domingo llevan a sus hijos a misa, y esto es algo bueno. Es verdad, la situación no es fácil, también a veces las escuelas están amenazadas; así que muchos han dejado de mandar a sus hijos temiendo que sean secuestrados o asesinados.
¿Así pues los grupos de violentos contra los cristianos siguen actuando?
DELLY: Son fanáticos que actúan por interés propio... Pero cuando llega hasta oídos del gobierno dejan de actuar. Nuestro gobierno es independiente, a pesar de que es chiíta trata de hacer el bien también a los cristianos, para ganarse su respeto y alabanzas, no la sospecha. Como le decía nunca hemos oído hablar de ningún decreto contra los cristianos solo por ser cristianos, por lo menos hasta ahora. Los chiítas defienden a los cristianos. Dicen que hay que ayudarles y que hay que darles trabajo, porque forman parte de Irak e Irak no puede vivir sin cristianos.
Sin embargo también hay algunos que se preocupan solo de sus propios intereses, algunas franjas musulmanas...
La Constitución iraquí mantiene la sharía como fuente del derecho.
DELLY: Pero no todos están de acuerdo sobre el texto de la Constitución, incluso entre los musulmanes.
¿Existe todavía la posibilidad de conseguir una reforma del texto constitucional?
DELLY: Hay muchas cuestiones todavía abiertas con respecto a la Constitución: la libertad religiosa, que, por ejemplo, no existe. La Constitución se basa en el Corán, que ninguna ley puede contradecir, mientras que las fuentes del derecho podrían ser muchas, porque existen otras religiones. Ojalá fuera este nuestro único problema...
Quién sabe la cantidad de consejos desapasionados o interesados sobre la manera de resolverlos que habrá recibido...
DELLY: De los días en Roma, como estudiante seminarista, recuerdo a un profesor mío que me explicaba qué es la filosofía: «Es la ciencia con la cual, o sin la cual, el hombre sigue siendo tal cual».


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