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SANTO ROSTRO
Sacado del n. 04 - 2009

La visita de Benedicto XVI al Santo Rostro de Manoppello



por Carmine Cucinelli


Benedicto XVI visita el santuario del Santo Rostro de Manoppello (Pescara), el 1 de septiembre de 2006 [© Santuario di Manoppello]

Benedicto XVI visita el santuario del Santo Rostro de Manoppello (Pescara), el 1 de septiembre de 2006 [© Santuario di Manoppello]

Los capuchinos y el Santo Rostro
El convento de los capuchinos se fundó de 1618 a 1620, precisamente en los años en que Donat’Antonio De Fabritiis mandaba colocar el Sagrado Velo entre los dos cristales. La iglesia se le dedica a san Miguel Arcángel y al Santo Rostro, que queda expuesto a la veneración del pueblo el 6 de abril de 1646. Después de esta fecha, durante unos cuarenta años no fue objeto de culto público, sino que fue guardado casi privadamente en un nicho al lado derecho del altar mayor. Solo en 1686 se construye, en el lado izquierdo de la iglesia, una pequeña capilla con un altar donde se traslada la sagrada reliquia y se introduce la fiesta litúrgica del 6 de agosto, día de la Transfiguración del Señor.
Será un acontecimiento negativo lo que haga que aumente fuertemente el culto del Santo Rostro. El año 1700 comienza con una serie de fuertes terremotos que sacuden incesantemente Umbria, Abruzos y la zona de Sannio. De este modo, a partir de 1703, el padre Bonifacio de Ascoli expone varias veces el Santo Rostro a la veneración pública y se comienza a pensar en una procesión que lleve el Sagrado Velo hasta dentro de las murallas (procesión que comenzará en 1712, el segundo domingo de mayo).
La procesión plantea un problema de seguridad y para proteger mejor el Sagrado Velo, el padre Bonifacio da Ascoli en 1703 quiere cambiar los vidrios, así como también, en 1714, el padre Antonio da Poschiano además de los cristales querrá adornar el conjunto con un marco de plata. En ambos casos, tras separar los cristales, la imagen de Cristo desaparece, volviendo a aparecer solo cuando todo se coloca de nuevo tal y como estaba originalmente.
En 1750, para evitar la coincidencia con la fiesta de san Justino, patrón de Chieti, la procesión se pasa al tercer domingo de mayo, fecha que ha seguido hasta hoy. El siglo XIX está marcado por las leyes de supresión de las órdenes religiosas, y los frailes tendrán que dejar el convento dos veces. La primera el 6 de septiembre de 1811; el mismo día el Santo Rostro es transportado hasta las clarisas, cuyo monasterio estaba situado dentro de las murallas. El convento de los capuchinos se queda desierto y el santuario cerrado hasta el 16 de mayo de 1816, cuando los capuchinos regresan. El domingo siguiente, 19 de mayo, tras celebrar la fiesta, el Sagrado Velo se vuelve a trasladar triunfalmente a su santuario. Pero el 27 de diciembre de 1866 una ley expulsa de nuevo a los frailes del cenobio; el Santo Rostro se queda dentro del santuario cerrado. Los religiosos volverán el 27 de octubre de 1869 y se quedarán hasta el día de hoy. En fin, en 1871 se termina la nueva capilla. En 1946 la comunidad de Manoppello regala la nueva urna en la que actualmente se conserva el velo del Santo Rostro.

Benedicto XVI en Manoppello
En 2006 celebramos el 500 aniversario de la llegada a Manoppello, según la tradición, del Sagrado Velo con la imagen de Cristo, reliquia que, sobre todo en los últimos años, ha conocido una extraordinaria notoriedad en Italia y en todo el mundo, gracias a los estudios que han afirmado su autenticidad.
El 1 de septiembre de 2006 hubo un acontecimiento que sin duda alguna cambiará la historia de esta importante reliquia de toda la cristiandad: la visita de Benedicto XVI al santuario del Santo Rostro de Manoppello. El Papa entre nosotros, el Papa con nosotros –como escribió monseñor Bruno Forte–. «Así es como lo vimos, padre, amigo, hermano, que a todos saludaba, y a todos bendecía. El Papa teólogo que nos ha abierto su corazón de creyente, comunicándonos con transparencia y sencillez la experiencia vivida en los largos minutos de intensa oración ante aquel Rostro. […] El Papa que viene de la gran cultura teológica y filosófica alemana, que no duda en presentarse como el enamorado del Señor, que ha vivido y sigue viviendo continuamente esa experiencia».
Después de una larga espera que duró siglos y siglos, el primer Papa venía a Manoppello, pasado muy poco tiempo de su elección al trono de Pedro. Y la aguda observación del padre Pfeiffer, que dice: «Yo estoy convencido de que muchos de sus predecesores han visto ya la misma imagen, cuando este mismo Rostro Santo todavía era llamado la “Verónica”, conectándolo con la tradición legendaria y la devoción popular de una mujer piadosa del mismo nombre que enjuagó el rostro de Cristo durante su camino al Calvario. Es enorme y benéficamente significativo que el actual Papa haya visto y contemplado largo tiempo con sus propios ojos esta imagen de Cristo que fue venerada durante los siglos como la reliquia más importante de la cristiandad. […] Además del gozo del encuentro con el pueblo de Manoppello y de toda la región de los Abruzzos, la larga estancia de Benedicto XVI frente a la imagen-reliquia fue el gesto más elocuente de su visita. El Papa estaba visiblemente emocionado y permaneció en profundo silencio ante la imagen de Cristo, como en un encuentro directo con Jesús, hecho posible por el Santo Rostro».

Benedicto XVI con el padre Carmine Cucinelli ante al Santo Rostro de Manoppello [© Santuario di Manoppello]

Benedicto XVI con el padre Carmine Cucinelli ante al Santo Rostro de Manoppello [© Santuario di Manoppello]

Basílica menor e indulgencias
El 22 de septiembre de 2006, pocos días después de su peregrinación al Santo Rostro, Benedicto XVI elevó el santuario a Basílica menor. ¿Qué significa este título?
En general se eleva a Basílica una iglesia que goza de cierta celebridad en toda la diócesis, por ejemplo, porque fue construida y consagrada a Dios con motivo de algún acontecimiento histórico-religioso especial, o porque en ella se guarda el cuerpo o una reliquia insigne de un santo, o bien porque en ella se venera de manera especial alguna imagen sagrada. En nuestro caso porque aquí se guarda la reliquia del velo sobre el que está impreso el Santo Rostro de Jesús.
El Santo Padre, elevando a Basílica la iglesia del Santo Rostro, la ha acercado más a sí, como si su visita durara todavía hoy. Esto beneficia también a los peregrinos y a los devotos, que pueden sentirse más unidos al Papa y escuchar con fe sus enseñanzas.
Los fieles que visitan devotamente la Basílica y que en ella participan en algún rito sagrado o por lo menos rezan el Padrenuestro y el Credo, y con las condiciones sabidas (confesión, comunión eucarística y oración según la intención del sumo pontífice) pueden beneficiarse de la indulgencia plenaria: a) el día del r">


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