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CHINA
Sacado del n. 12 - 2009

Treinta años desde la “Reforma de la apertura” de Deng Xiaoping

Buscamos la verdad en los hechos


Encuentro con Wang Chen, ministro de Información de la República Popular China


Entrevista a Wang Chen por Giovanni Cubeddu


Giulio Andreotti, el ministro Wang Chen y Cesare Romiti, presidente de la Fundación Italia-China, durante la Conferencia sobre el desarrollo del Tibet, Roma, 22-23 de octubre de 2009

Giulio Andreotti, el ministro Wang Chen y Cesare Romiti, presidente de la Fundación Italia-China, durante la Conferencia sobre el desarrollo del Tibet, Roma, 22-23 de octubre de 2009

Señor ministro, ¿piensa que es posible comunicar adecuadamente en Occidente un mensaje político –como el de China– concebido en Oriente?
WANG CHEN: El tema es muy interesante. Pese a estar en marcha un proceso de globalización en el campo de las comunicaciones, las diferencias entre la cultura occidental y la oriental, tanto en el contexto histórico como en la estructura social, siguen existiendo, y por ello es necesario reforzar realmente las relaciones recíprocas.
Nosotros no favorecemos la transmisión de ideología, y por lo mismo no promovemos en Occidente nuestra concepción ni nuestros principios políticos. Nuestro trabajo es presentar en el exterior la situación actual del desarrollo económico-social chino, nuestra historia y nuestra cultura, y explicar los fenómenos que acontecen en China y que interesan en el exterior.
¿Cómo será su país al terminar el undécimo plan de desarrollo quinquenal?
WANG CHEN: Es una cuestión muy importante, tanto para nuestro gobierno como para nuestro pueblo. Todo el mundo ha asistido a la celebración del sesenta aniversario de la República Popular China –con el aparato militar y las grandes manifestaciones populares de júbilo al lado de nuestros mandatarios–, durante la cual el pueblo chino mostró su gran orgullo por los éxitos conseguidos. En este largo período, de país débil y pobre que éramos, hemos alcanzado con continuos esfuerzos notables metas, como el desarrollo de nuestra fuerza económica, acompañado de la sensible mejoría del tenor de vida del pueblo, del nivel de civilización y del status internacional.
Por lo que respecta a este último punto, China es hoy el primer país por reservas de divisas, el segundo por importación y exportación, el tercero por producto interior bruto. Puede que el mundo se asombre y no comprenda qué ha llevado al rápido renacimiento y prosperidad de una nación antigua y retrasada.
Desde mi punto de vista la razón es que el pueblo, gracias a la emancipación del pensamiento y a la búsqueda de la verdad en los hechos, ha conseguido encontrar un camino de modernización socialista que corresponde a la realidad china: lo que nosotros llamamos “socialismo a lo chino”.
Puede afirmarse que sin la reforma económica y la “Reforma de la apertura” que puso en práctica Deng Xiaoping hace treinta años, no hubiéramos podido asistir al progreso y al desarrollo de la China de hoy. La experiencia de estos sesenta años nos ha enseñado que desde hoy y a largo plazo hemos de seguir considerando fundamental edificar la economía, sacar adelante la política de las reformas y de la apertura, promover el incremento económico, político, cultural y social, proteger el ambiente.
Por el momento hay buenas perspectivas por lo que respecta a la finalización del undécimo plano quinquenal. Creo que no tendremos problemas a la hora de llevar a la práctica en el tiempo previsto todos los programas, aunque en su proceso de aplicación hemos notado la grave crisis económica global: las influencias negativas se han sentido en la esfera de nuestra exportación, el consumo interior y otros sectores. Para resolver estos problemas, como todo el mundo ha podido ver, nuestro gobierno ha puesto en práctica medidas apropiadas de tipo macroeconómico, incrementando el consumo interior y las inversiones en infraestructuras. Gracias a estas medidas eficaces los bancos y las empresas no han quebrado, la tasa de desempleo está bajo control y la situación económica actual es bastante buena: nuestro trabajo se dirige ahora a consolidar los resultados. Y creo que está a nuestro alcance conseguirlo.
Hemos de concentrar todas nuestras energías y recursos en la realización del desarrollo. Con este espíritu, sin perplejidades y sin pereza, podremos superar los obstáculos que encontremos en nuestro camino y ganar los desafíos.
Resumiendo brevemente: tras el undécimo plan quinquenal nos convertiremos en el segundo país por producto interior bruto; pero lo que cuenta es que la estructura social mejorará, como también el tenor de vida de nuestro pueblo.
SHANGAI. Detrás del cartel publicitario se realizan obras para la Exposición universal de 2010 <BR>[© Associated Press/LaPresse]

SHANGAI. Detrás del cartel publicitario se realizan obras para la Exposición universal de 2010
[© Associated Press/LaPresse]

¿El bipolarismo estratégico entre China y Estados Unidos es un hecho? ¿Supondrá más estabilidad para el mundo?
WANG CHEN: El concepto de “G2” fue en su origen una idea de los estudiosos occidentales y americanos –que consideran que China se ha convertido en la segunda potencia después de Estados Unidos– e inmediatamente se difundió a través de los medios de comunicación. Pero sinceramente he de decir que nosotros no estamos de acuerdo con esta concepción, porque no refleja la situación internacional actual y ni siquiera los principios y la política diplomática china. Insistimos siempre en una política diplomática pacífica, independiente y autónoma.
Somos favorables a la multilateralidad y a la democratización de las relaciones internacionales, nos oponemos a todo tipo de oligarquía y monopolio político en los asuntos internacionales. Uno o dos países o un grupo político restringido no conseguirían nunca resolver solos los problemas del mundo. La multipolaridad y la multilateralidad son las tendencias del modelo internacional que el mundo ha de seguir.
Por ello sostenemos el esfuerzo para realizar un acuerdo homogéneo y a mismo tiempo la pluralidad. No nos fijamos en las diferencias en cuanto a la estructura y la ideología social, no imponemos a los demás con la fuerza nuestros valores ni nuestra ideología, no pretendemos aliarnos con ningún país ni ningún grupo: estos son nuestros principios diplomáticos esenciales. Siempre defendemos el trato igualitario sin hacer distinciones de grandeza o de grado de riqueza entre los países, nos comprometemos a promover un ordenamiento político y económico internacional que persiga la justicia y la racionalidad. La sustancia de este nuevo orden internacional se basa en la igualdad, en el respeto, en los intereses y las ventajas recíprocos. El objetivo final es la realización de un mundo armonioso, en continua paz y prosperidad.
Además, nuestro compromiso en el camino hacia el desarrollo de la paz deriva tanto de la realidad actual de China como de nuestra cultura tradicional. Es esencial construir un contexto internacional pacífico en el que China pueda desarrollarse, y precisamente a través del desarrollo del país queremos >Señor ministro, le propongo una lista: comunismo, confucianismo, capitalismo, desarrollo económico y social, mayor libertad del pueblo y del individuo. Quisiera que nos dijera usted cómo se relacionan entre sí estos factores en la China de hoy, y como forjarán la China del mañana.
WANG CHEN: Realmente habría que escribir un libro para responder... Pero puedo explicarlo brevemente. Nosotros defendemos la pluralidad de las civilizaciones y las culturas. La historia de la humanidad atestigua que la civilización se enriquece y desarrolla mediante los intercambios y la integración entre las distintas naciones. Así que es difícil imaginar cómo sería nuestro planeta con una única civilización o una única cultura. La pluralidad de las culturas y de las civilizaciones no solo existía en el pasado, sino que existe hoy y existirá en el futuro.
Los factores que usted ha citado –confucianismo, capitalismo, desarrollo del pueblo, libertad para el individuo– representan a mi modo de ver conceptos creados por distintos países en diferentes períodos de la historia de la humanidad, por lo que pueden considerarse dones. Su principal característica es precisamente la diversidad de los métodos utilizados para su realización. No existe un método unitario: estos conceptos no se han desarrollado gracias a una mentalidad subjetiva. Así es que la civilización y la cultura humana, al igual que los intercambios y la integración, ha generado el mundo variopinto y heterogéneo de hoy.
PEKÍN. Ceremonia de apertura del Congreso nacional del pueblo, marzo de 2009 [© Associated Press/LaPresse]

PEKÍN. Ceremonia de apertura del Congreso nacional del pueblo, marzo de 2009 [© Associated Press/LaPresse]

Y mañana, ¿cuál será el camino para el “socialismo a lo chino”...?
WANG CHEN: Es sabido por todos que el objetivo del Partido Comunista Chino es el comunismo. La sociedad ideal es la comunista, de la que la sociedad socialista representa solo una fase primitiva e inicial. Un tema importante que hay que afrontar es la modalidad con que se enriquece y desarrolla el socialismo en nuestro recorrido de modernización y de “Reforma de la apertura”. Ante todo hemos de conocer profundamente las realidades fundamentales de China, que está en una fase inicial del socialismo, y hemos de ser conscientes de que construir un país socialista moderno, rico, democrático, armonioso, en una nación en vías de desarrollo con más de mil millones de habitantes, es una tarea sin precedentes, compleja y ardua. En segundo lugar hemos de insistir siempre en la reforma y la innovación. En los últimos treinta años hemos conseguido grandes éxitos en la aplicación de la política de reforma y de apertura y en la construcción de una sociedad moderna. Por un lado hemos de valorizar estos grandes éxitos, por el otro hemos de absorber todos los resultados conseguidos por la sociedad humana, independientemente del lugar del mundo en que se hayan conseguido. Como dice un proverbio chino: «El mar es grande porque puede recibir y contener cien ríos». El socialismo por ello es como el mar: puede absorber todos los resultados civiles buenos y útiles. Para pasar de la teoría a la práctica es necesario hacer un recorrido histórico bastante largo, y por eso hemos promovido la línea política de la “fase inicial” de cien años, insistiendo siempre en la reforma y la innovación, y manteniendo de este modo la vitalidad del “socialismo a lo chino”.
Para terminar, ¿qué episodio de su carrera política es para usted más significativo, y cuál es el mejor deseo que le gustaría que le dirigieran?
WANG CHEN: Repito: sin la “Reforma de la apertura” no hubiéramos podido asistir al desarrollo y la prosperidad de la China actual. No solo ha cambiado el destino de la nación china, sino que esto ha influido en la actividad y la creatividad de todos los chinos. Yo he sido uno de ellos. Realmente no podría decir que he hecho carrera política, soy solamente un trabajador del sector de la información y la prensa. Me encanta este trabajo porque me ha dado la posibilidad de ayudar con mi dedicación a mi patria. También todos los colegas con los que trabajo en el sector de la información están orgullosos de dar una aportación práctica a nuestra nación, y pienso que en China hay cientos de miles de personas como yo... Por lo que respecta a los buenos deseos, yo se los dedicaría a mi país: que China siga por este camino de reforma, apertura e innovación, siempre abierta a las novedades. De este modo la nación se hará fuerte y también más próspera y democrática, más abierta, más avanzada y armoniosa.
El mejor deseo que me gustaría recibir yo mismo es seguir trabajando y dando mi aportación a la realización de la China del mañana. Sería la mayor felicidad para mí, y el recuerdo más hermoso de mi vida.


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