Indicios visibles de la resurrección de Jesús

por Lorenzo Bianchi

Benedicto XVI rezando ante la Sábana Santa en la Catedral de Turín, domingo 2 de mayo de 2010 <BR>[© Osservatore Romano]

La sección “Nova et vetera” contiene cosas viejas y nuevas, esta vez entorno al tema de la resurrección del Señor.
En primer lugar publicamos de nuevo una entrevista que nos concedió en 2000, tras un artículo suyo publicado en La Civiltà Cattolica, el jesuita Jean Galot, que entonces era profesor emérito de Cristología en la Gregoriana (falleció en abril de 2008). En ella Galot valorizaba algunos logros exegéticos que, basándose en una atenta consideración de los vocablos griegos usados por el Evangelio de Juan, parecían y siguen pareciendo dar razón de modo más plausible tanto de lo que Juan y Pedro vieron en el sepulcro donde había sido colocado el cuerpo de Jesús, como de la primera manifestación en Juan de la fe en la resurrección de Jesús. Decía el padre Galot: «Como refiere el texto evangélico la causa del comienzo de su adhesión a la fe está en lo que vio en el sepulcro. Son indicios exiguos, pero reales, visibles».
Es interesante, además, la afirmación de Galot de que sólo ante la presencia de los signos Juan recuerda el preanuncio de la resurrección, que él y los demás apóstoles varias veces habían oído hacer a Jesús. Con esto, el padre Galot hace entrever la imprescindible relación entre las palabras pronunciadas por Jesús, los indicios presentes en el sepulcro tal y como los refiere el Evangelio, y el inicio en Juan de la fe en la resurrección de Jesús.
El otro texto que ofrecemos comunica resultados interesantes que proceden de recientes investigaciones ópticas relativas a la Sábana Santa de Turín.
Paolo Di Lazzaro, responsable del Laboratorio Láser excimer del Centro de investigaciones de ENEA (Agencia nacional para las nuevas tecnologías, la energía y el desarrollo económico sostenible), nos comenta las investigaciones llevadas a cabo por un equipo de investigadores italianos a partir de 2005 para responder a la pregunta principal sobre el lienzo sindónico, desde el punto de vista científico, esto es: cómo se formó la imagen.
Dichas investigaciones han mostrado que mediante la irradiación de tejidos de lino (semejantes al lienzo sindónico) con rayos láser ultravioletas con determinados valores de potencia (miles de millones de vatios) y duración (nanosegundos) sobre una superficie muy limitada (poquísimos centímetros cuadrados) se consigue provocar un efecto de cromaticidad con las mismas características químicas y físicas (en especial la extrema superficialidad del orden de milésimos de milímetro) que se han constatado en la Sábana Santa, algo que hasta ahora no había sido posible reproducir en un laboratorio con otras metodologías. Esto llevaría a considerar la figura de la Sábana Santa como el producto de un fenómeno físico de irradiación de luz, catorce mil veces superior, teniendo en cuenta las dimensiones, a lo que se ha reproducido en el laboratorio, con parámetros de potencia y al mismo tiempo de concentración en el espacio y en el tiempo que no se hallan en la naturaleza.
Indicios exiguos, pero reales, visibles –como decía el padre Galot– en apoyo de la fe en la resurrección de Jesucristo.
El cardenal Severino Poletto, arzobispo de Turín, escribió en el mensaje del pasado 1 de abril que anunciaba la exposición de la Sábana Santa: «El beato Sebastián Valfré, gran devoto de la Sábana Santa, decía: “La Sábana Santa es un signo de Jesús comparable a la cruz, pero con esta particularidad: la cruz acogió a Jesús vivo y nos lo devolvió muerto, la Sábana Santa, en cambio, lo acogió muerto y nos lo devolvió vivo”».