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DIPLOMACIA
Sacado del n. 06/07 - 2010

ROMA VISTA DESDE PEKÍN. Cuarenta años de amistad

«Hablarse sinceramente, escucharse recíprocamente»


«Quienes gobiernan deberían saber escuchar de manera sincera lo que los otros tienen que decir, en vez de recurrir siempre a acciones que son la señal de una tentación de hegemonía», dice el embajador de la República Popular China en Italia


por Ding Wei


El embajador Ding Wei [© Embajada de la República Popular China en Italia]

El embajador Ding Wei [© Embajada de la República Popular China en Italia]

Como cualquier nuevo embajador al comienzo de su mandato yo también estoy acumulando sensaciones. Y la primera ha sido muy fuerte. Recién llegado a Italia me sentí como envuelto por su larga historia, por su espléndida cultura; en una palabra, por su tradición. En el arte y en la arquitectura, en el derecho, en la ciencia y en la astronomía, en la religión, Italia ha dado mucho al mundo entero. Por tanto, estoy orgulloso de estar aquí.
En segundo lugar la característica de los italianos que más llama la atención es su creatividad. Por eso el proyecto y realización del pabellón italiano de la Expo de Shangai es una obra excelsa de innovación, y uno de los más visitados, con más de 3 millones de presencias: a pesar del clima tórrido y las tres horas de fila que a veces hay que hacer para entrar…
La tercera sensación sobre los italianos es que son un pueblo en busca de la belleza y la elegancia, el estilo, el diseño, y son una vanguardia. Por eso muchos productos italianos no son desconocidos para los chinos: éstos les reconocen a los italianos esta tendencia hacia la excepcionalidad, que los chinos debemos estudiar y aprender.
Generosa, amistosa, orientada a una vida bella: esta es la gente que vive en Italia. Y que expresa todas estas cualidades mediante la acogida del extranjero. Creo que lo que he percibido hasta ahora ha de ser conocido por los de más, en primer lugar por mis compatriotas chinos.
Esto resulta más fácil sabiendo que las relaciones entre nuestros países son buenas a todos los niveles de competencia y de personas, desde las de más rango hasta las más sencillas.
En la administración de los asuntos exteriores, tanto a nivel bilateral como multilateral, son numerosas las posturas compartidas. Igualmente, en el intercambio económico la cooperación se va intensificando y el año pasado, incluso en medio de la crisis financiera, el intercambio alcanzó los 31,2 mil millones de dólares. Las empresas italianas trabajan ya desde hace tiempo en China; ahora ha comenzado el flujo de las inversiones chinas hacia Italia, y según las estadísticas de nuestro Ministerio de Desarrollo las exportaciones italianas a China, único caso entre los países destinatarios de mercancías italianas, estaba creciendo ya el año pasado, en contratendencia respecto a la crisis. En los primeros tres meses de este año el intercambio entre China e Italia aumentó en un 64%, un dato alentador para tratar de alcanzar el nivel programado de 40 mil millones de dólares.
Este año marca también el comienzo del Año de la cultura china en Italia, y es aún más significativo porque coincide con el 40 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China e Italia. Hay que celebrarlo. En 1970 el intercambio anual era de 120 millones de dólares, y en estos cuarenta años este dato se ha multiplicado por cuatrocientos: hoy se intercambia en un día lo que en 1970 se intercambiaba en un año.
Italia es también una de las metas principales de los turistas chinos: el año pasado vinieron 400.000, y el número de chinos que cada día visita Italia es superior a la suma de los turistas chinos en Italia y de los turistas italianos en China antes de las relaciones diplomáticas. Con orgullo y entusiasmo reconocemos que en cuarenta años se han dado cambios epocales en las relaciones bilaterales.
Para celebrar también todo esto los líderes italianos y chinos han convenido sobre la oportunidad de inaugurar este Año de la cultura china en Italia. Gracias al Año de la cultura italiana en China de 2006 los admiradores chino de Italia aumentaron en número; nuestro deseo es que ahora pase lo mismo entre los italianos, que esperamos puedan conocer nuestro país en toda su tradición y modernidad, y amarlo. En octubre nuestros líderes políticos vendrán a Italia para la inauguración del Año de la cultura china que tiene en su agenda más de cien eventos.
En fin, hay amistad entre nosotros, y gracias a todo lo que ya representa la tradición de las relaciones entre Italia y China, espero que nuestra cooperación sea aún más vital y visible.
En el Año de la cultura china quisiéramos comunicar que, al igual que Italia, China es un país con una larga historia, una espléndida cultura y una tradición milenaria, y que los chinos son un pueblo laborioso, inteligente y amante de la paz: deseamos la paz, en un mundo armonioso, e iniciativas que fortalezcan los vínculos entre los pueblos. Anunciamos, además, que hay muchos espacios aún abiertos en la cooperación económica, y se pueden obtener más frutos. El mensaje que entregamos es que los chinos están deseosos de cultura italiana, quieren saber más, y nosotros esperamos que los italianos sientan lo mismo por China.
El presidente chino Hu Jintao con el presidente italiano Giorgio Napolitano en el Quirinal el 6 de julio de 2009 con ocasión de la visita de Estado [© AFP/Getty Images]

El presidente chino Hu Jintao con el presidente italiano Giorgio Napolitano en el Quirinal el 6 de julio de 2009 con ocasión de la visita de Estado [© AFP/Getty Images]

En Italia hay otro pequeño Estado que se llama Ciudad del Vaticano, sede del gobierno de la Iglesia católica. Respirando Italia se entra en contacto con su tradición católica. En China conocemos ya mucho de la cultura católica. La cual, al igual que otras culturas importantes, tiene gran influencia en muchos países, mientras que la fe católica, como todas las grandes religiones, ha desempeñado su papel en la evolución de nuestro mundo. La libertad religiosa está recogida en nuestra Constitución. En China se han desarrollado diferentes creencias religiosas, y viven numerosos fieles del budismo, del islam, del catolicismo y del cristianismo protestante. La difusión del catolicismo tiene muchos siglos de historia, y hay que reconocer que en los últimos cincuenta-sesenta años ha gozado en nuestro país de un buen desarrollo. Los chinos estamos arraigados en el principio, que reafirmamos, de amar la patria, amar la Iglesia y administrar de manera independiente los asuntos religiosos. Hoy los fieles católicos en China son más o menos 6 millones, y en muchas ciudades, incluidas las principales como Pekín, Shangai, Tianjin, hay varias iglesias católicas. Creemos que también en el futuro la Iglesia católica seguirá desarrollándose, de manera sana y estable. No nos falta la buena voluntad y deseamos mejorar las relaciones con la Santa Sede.
El director de esta revista es el presidente Giulio Andreotti, un amigo de China de toda la vida, un hombre de Estado que se merece el pleno respeto de los chinos. Ha estudiado detenidamente la política interior e internacional, y con este bagaje sabe ofrecer observaciones singulares. Como cuando señala que los líderes de los países deben saber escuchar las razones del interlocutor y no dar voz siempre y solo a las propias. Este es un criterio esencial para que sean buenas las relaciones en la comunidad internacional, y que se deberá cumplir cada vez más. Tengamos en cuenta los problemas que surgieron en el curso de la historia de los pueblos simplemente a causa de incomprensiones: quienes gobiernan deberían saber escuchar de manera sincera lo que los otros tienen que decir, en vez de recurrir siempre a acciones que son la señal de una tentación de hegemonía. Respecto a este principio –hablarse sinceramente, escucharse recíprocamente– los líderes chinos están en sintonía con el presidente Andreotti, y ven posibilidades de sinergia.


(Conversación con Giovanni Cubeddu revisada por el autor)


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