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PALACIO DE CRISTAL
Sacado del n. 12 - 2003

Notas desde el Palacio de Cristal

Mejor una moratoria




Mientras escribimos continúan los trabajos de la 58 Asamblea general de la ONU (AG), por lo que nos comprometemos a hablar con más detenimiento de reformas de las Naciones Unidas la próxima vez, teniendo en cuenta las resoluciones aprobadas por la Asamblea General.
Mientras tanto, sigue vivo el eco de una reciente e importante votación que en noviembre sancionó el compromiso de las delegaciones gubernamentales sobre el tema vital, nunca mejor dicho, de la clonación.



El pasado 6 de noviembre, el VI Comité de la Asamblea General de la ONU –que trata de cuestiones jurídicas– presentó una moción para que se introdujera una moratoria de dos años en el debate sobre la clonación humana. Ya en 2002, por iniciativa de Francia y Alemania, se había abierto un debate para redactar una Convención contra la clonación reproductiva. Francia y Alemania deseaban urgentemente prohibir clara y universalmente la clonación humana con finalidad reproductiva. Pero consideraban oportuno dejar la puerta abierta a la clonación humana de embriones con fines terapéuticos (es decir, para producir embriones de los que extraer “material” para curar enfermedades hasta ahora incurables). Contra esta propuesta se interpuso la iniciativa americano-española, que pedía la prohibición absoluta de la clonación humana, tanto en sus aspectos reproductivos como terapéuticos. La razón principal de esta postura es que, según las revistas científicas más importantes, la clonación con fines terapéuticos de embriones humanos no ha ofrecido hasta el momento ninguna garantía de éxito y, además, es moralmente inaceptable puesto que implica la creación de millones y millones de embriones humanos con el único objetivo de utilizarlos y luego destruirlos. Se entró inmediatamente en un estancamiento, y, debido a la importancia de la cuestión, se prefirió no apresurar las conclusiones y aplazar el debate hasta la 58 sesión de la Asamblea General de la ONU de 2003.



En la sesión de la actual AG se ha asistido a un cambio de caballos… pero las carrozas siguen siendo las mismas. La postura americano-española estuvo representada por Costa Rica, que presentó un proyecto de Resolución para conseguir que la Asamblea redactara una Convención que prohibiera totalmente la clonación humana. Los EE UU pusieron en circulación un excelente borrador (no oficial) de apoyo. Francia y Alemania también hicieron circular otro borrador con una postura más matizada que la del año pasado, contemplando la prohibición total, sin ninguna reserva, de la clonación reproductiva. Y, por lo que se refiere a la clonación terapéutica, dado que algunos países ya han puesto en marcha experimentos, proponen una serie de opciones que comprenden también medidas contra los países dispuestos a decretarla. Pero los términos de esta propuesta no fueron considerados satisfactorios por parte de muchas delegaciones gubernamentales, pese a la voluntad de alcanzar un compromiso. Efectivamente, deja las puertas abiertas a la clonación humana de embriones, la cual, además de no ofrecer ninguna garantía de eficacia terapéutica, es moralmente inadmisible, y, una vez legalizada la clonación de embriones para la investigación, ninguna Convención podría impedir eficazmente que alguien pueda utilizarlos para implantarlos en el útero y dar vida a clones humanos.



También la Santa Sede se ha asociado al debate, haciendo que el grupo de trabajo del VI Comité adopte su position-paper, es decir, el texto propuesto, a favor de la prohibición total de la clonación humana –considerada moralmente inaceptable– y por las inversiones en la investigación científica sobre el uso de las células estaminales adultas, al fin de encontrar cuanto antes curas para enfermedades hasta el momento incurables.



La contraposición en las Naciones Unidas ha dado un salto de calidad. De los temas de actualidad que están en el orden del día, el de la clonación humana es el que ha recibido mayor atención, con la participación de la casi totalidad de las delegaciones gubernamentales. Se tenía la sensación de estar trabajando sobre el “debate del siglo XXI”. Gracias al trabajo de información y persuasión llevado a cabo por algunos países “co-promotores” de la Resolución de Costa Rica –especialmente la Santa Sede, también a través de sus representaciones pontificias–, el número de defensores de la prohibición total de la clonación pasó en un mes de treinta a sesenta y seis. No pudiendo Alemania defender su posición presentando un proyecto de Resolución, por razones de incompatibilidad con la legislación nacional, la propuesta franco-alemana fue defendida por Bélgica con un detallado proyecto de Resolución que contó con veinticuatro adhesiones. La votación de las dos Resoluciones se presentaba, por consiguiente, bastante arriesgada, sobre todo para el frente de la prohibición parcial, el cual (pese a considerar urgente la prohibición de la clonación reproductiva) se conformó con una moción de moratoria, introducida en el último momento por la Conferencia de países islámicos (aunque no apoyada unánimemente por sus países miembros). Esta moción fue adoptada con 80 votos a favor y 79 en contra. En definitiva, por el momento… mejor la moratoria.


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