LOS CUARENTA AÑOS DEL SERMIG
Nadie es extranjero
La intervención del presidente del Consejo pontificio para la justicia y la paz en el encuentro con el Sermig. El Vaticano, 31 de enero de 2004
por el cardenal Renato Raffaele Martino

El cardenal Renato Raffaele Martino con Ernesto Olivero, durante la audiencia en la Sala Pablo VI el 31 de enero de 2004
El diálogo tiene un punto de arranque del que no se puede prescindir: el reconocimiento y el respeto de la dignidad de la persona humana y de sus derechos, además de los derechos de los todos los pueblos. En esta perspectiva, nos podemos abrir confiados al diálogo, a la aceptación y a la comprensión de las razones de los demás. La persona abierta al diálogo entra en comunicación con los demás porque, educada a vivir con y para los demás, sabe percibir sus exigencias profundas y sus estímulos buenos o que pueden canalizarse hacia el bien. La persona abierta al diálogo elimina la noción misma de “extranjero”. El concepto de “extranjero” (de extra nos, fuera de nosotros) contiene la idea del diverso, de aquel que está fuera: es un concepto que transmite un sentimiento de separación, de división. En la Universidad del Diálogo, en cambio, se debe aprender a considerar a todos como criaturas únicas e irrepetibles, amadas por Dios, y a saber que todos somos hermanos en el Señor.

Palestinos saltando el muro de división en Cisjordania
Gracias, querido Ernesto, gracias, queridos jóvenes, por recordarnos que los bienes de la paz y del desarrollo se consiguen con un activo trabajo de solidaridad, dentro de una red, tejida tenazmente, todo los días, con los hilos de la amistad, del amor y del diálogo.