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EE UU y la Santa Sede
Sacado del n. 02 - 2004

Historia de las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos de América y la Santa Sede

Prefacios de Colin Powell





Una de las fuerzas motrices del compromiso de América a nivel internacional es hoy nuestro deseo de luchar por la dignidad a la que aspira el género humano. En este esfuerzo tenemos un socio internacional insuperable: la Santa Sede. Durante el pontificado del papa Juan Pablo II la Santa Sede ha estado activa en todos los continentes para promover la dignidad humana y defender la libertad de los hombres.
Desde el comienzo de nuestras relaciones diplomáticas formales, en 1984, los Estados Unidos han colaborado con la Santa Sede en temas centrales en cada época, como el final del comunismo, la solución de conflictos regionales en América Latina y África y el proceso de paz en Oriente Próximo. Hoy la embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede trabaja en todo el mundo con la Santa Sede para promover los derechos humanos, la democracia y la libertad.
Del mismo modo que los Estados Unidos, la Santa Sede piensa y actúa globalmente, haciendo posible esta extraordinaria partnership. Los viajes realizados por el Papa a más de 130 países han llevado su mensaje de esperanza y paz a todos los rincones de la tierra. Los diplomáticos del Vaticano están presentes en más de 170 países defendiendo los valores de la vida humana y promoviendo la reconciliación y la tolerancia. Las organizaciones católicas dedicadas a la caridad y las no gubernamentales afiliadas actúan en todo el mundo con aportaciones relevantes, aunque a veces poco reconocidas, en la asistencia y el desarrollo, ocupándose de la cuarta parte de los enfermos de Sida, dando comida en cantidad y otras ayudas humanitarias en situaciones de desastres naturales y en las regiones devastadas por la guerra.
Con ocasión de este 20º aniversario del establecimientos de relaciones diplomáticas plenas entre los Estados Unidos y la Santa Sede, podemos mirar atrás con recíproca satisfacción a la aportación que juntos hemos dado para mejorar el género humano, y al mismo tiempo mirar hacia el futuro con humilde determinación a los retos que nos esperan.
Los Estados Unidos saludan favorablemente la oportunidad de trabajar al lado de la Santa Sede en los próximos veinte años, y aún más allá, para difundir la libertad, la justicia, la tolerancia religiosa y étnica y el desarrollo social y económico. Guiados por nuestros valores compartidos de compasión y respeto por la dignidad humana, seguiremos construyendo esta peculiar partnership global a favor de la dignidad humana.


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