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INÉDITOS
Sacado del n. 04 - 2005

6 de agosto de 1979 en Castelgandolfo


De los diarios de Giulio Andreotti. Cronohistoria del encuentro con el papa Wojtyla, en el día del primer aniversario de la muerte de Pablo VI


por Giulio Andreotti



En Castelgandolfo (en el patio, monseñor De Bonis y don Macchi, que me presenta a las monjas que estuvieron con Pablo VI: la superiora 24 años, primero en Milán. Está también el director de la Villa, doctor Ponti).
Subimos en ascensor. Están ya el sobrino Montini con su mujer Longinotti y los hijos. Más adelante: monseñor Silvestrini, monseñor Martínez Somalo, monseñor Noè y el párroco de Castelgandolfo. Hay también un sacerdote ex colaborador de Macchi, está el doctor Buzzonetti y un joven que no conozco. Un diácono.
Antes de la misa el Papa lee una breve introducción reevocadora; la epístola es leída por Buzzonetti. Canto del Aleluya y del Agnus Dei. Al final el Magnificat.
Página del diario de Giulio Andreotti del 6 de agosto de 1979

Página del diario de Giulio Andreotti del 6 de agosto de 1979

Después del Evangelio ha hablado Macchi, conmovido y preciso. Recuerda que el Papa poco antes de morir dijo que había llegado el momento de un sucesor que, con menos rémoras, pudiera afrontar los problemas de la Iglesia en un momento tan grave. Quiso mostrarse abierto con quienes le habían provocado amarguras: algunos recibieron el mensaje, otros no.
Sobre el tema se volverá durante el almuerzo. Antes, don Macchi me da las gracias por la ayuda prestada en la difusión del testamento: algunos parlamentarios le han escrito (otro “lanzamiento” en las parroquias de Lacio, a través del padre Cremona). Distribuye un fascículo sin fecha de pensamientos de Pablo VI sobre la muerte.
Después de la oración de gracias, el Papa se despide de los Montini-Longinotti y nos invita a los que allí quedamos al desayuno. «Usted no es nuevo aquí». Hace él mismo la distribución de los asientos.

“Parochus super Papam”. El único modo de tenerlo super es tenerlo al lado.
Se enteró de la muerte de Pablo VI en una casa de montaña donde pasaba las vacaciones. Hacia el mediodía del 7. La hija de su anfitrión captó la noticia por radio. Le pregunta a Macchi cómo podía el Papa seguir la misa desde la cama.
Macchi: «Teniendo las dos puertas abiertas no éramos conscientes de que eran las últimas horas, a pesar de que el Papa estaba grave».
Del Gallo: Ya el martes, visitando la tumba de Pizzardo, no conseguía leer. Noè se empeñaba en pedir más luz, pero no era cuestión de luz.
Magee: Hizo ademán de querer bajar de la cama, pero lo detuvo diciendo que estaba a punto de llegar la Comunión. Se quedó quieto y unió las manos.
Pablo VI con su secretario personal  monseñor Pasquale Macchi

Pablo VI con su secretario personal monseñor Pasquale Macchi

Buzzonetti: Iba y venía. Vio que el Papa sufría y para auscultar los pulmones tuvo que subirse a la cama. Comprendió que era un edema y dudó unos instantes: ¿hacer que se saltara la Comunión o ponerle enseguida la inyección? Era el Papa: dejó que antes comulgase.
Andreotti: ¿Es cierto que si hubiera habido cámara de reanimación hubiera podido superar la crisis? Lo ha escrito Barnard.
Buzzonetti: No. ¿Y quién iba a pensar en llevar al Papa al hospital? En México le seguía la ambulancia con oxígeno… De todos modos, ninguna terapia le hubiera beneficiado. Temperatura fuera del termómetro (por eso Macchi creía que no tenía fiebre).
Papa: Nos lo dijo el cardenal Villot en una Congregación.
Macchi: El Papa no le temía a la muerte. De joven había estado muy enfermo. Casi nunca en el seminario y, una vez ordenado, el obispo no sabía qué hacer con él. Así que lo mandó a Roma.
Andreotti: En Milán se piensa que en Roma no se trabaja. Pero GBM fue un ejemplo de laboriosidad toda la vida.
Juan Paolo II con su secretario personal  monseñor Stanislaw Dziwisz

Juan Paolo II con su secretario personal monseñor Stanislaw Dziwisz

Papa: También Wyszynski estuvo enfermo de los pulmones en el seminario y después de ser ordenado tuvo que esperar un día antes de poder decir su primera misa.
Macchi: Sigue la narración. El Papa comenzó una secuencia de Pater, Ave, Salve Regina, Magnificat, Anima Christi. Cuando se cansó, se detuvo en el Pater. Estaba distante. Ni una palabra al secretario de Estado. A las 21.40 sonó el despertador (cada día a las 6) que le había regalado su madre cuando fue a Polonia. Lo había puesto mal Macchi. Y fue el final.
Andreotti: ¿Siente mucho el calor aquí?
Ponti: Es un lugar ideal. Urbano Barberini inspeccionó toda la zona de los Castelli para construirlo. No hay comparación con Roma y nunca epidemias.
Párroco: Ponti no es infalible.
Andreotti: El año pasado venían columnas de humedad del lago (alusión a Martínez Somalo, que se muestra conforme, a la utilidad de disponer de algunos aparatos de urgencias médicas).
Papa: Se vive al día, paseando mañana y tarde. No existen las lluvias que alegran el verano de Polonia.
Andreotti recuerda la Villa durante la ocupación. El Papa pregunta si había judíos. Aquí no, pero sí en Letrán, en la Casa parroquial vaticana, etc. ¿Los alemanes violaban la extraterritorialidad? Sí, en el Colegio Lombardo y en San Pablo el general que sabía…
Papa: ¿Es cierto que Pío XII tenía que ser deportado?
Silvestrini: Maletas listas en la Secretaría de Estado.
Andreotti: A mí me dijo: yo de aquí no me muevo por nada del mundo.


La audiencia del jueves a Pertini. Salió sollozando («Un presidente no debería: perdonadme»), lo recuerda Del Gallo. El Papa tenía 38 de fiebre, pero tras cerrarse la puerta, le dijo a Macchi: me las he apañado para que no se me notara. El domingo Pertini estaba preocupado.
Andreotti: Educación salesiana.
Papa: Tengo la sensación de que busca la religión. ¿Estuvo alguna vez en un campo de concentración?
Andreotti: No. Pero cuando era un joven abogado estuvo en la cárcel y luego exiliado. Albañil. Volvió y estuvo en la cárcel de Regina Coeli. Fuga y activo en la liberación de Milán. En el campo de concentración terminó su hermano, muerto en Alemania.
Del Gallo: Era fascista.
Andreotti: No lo sé. Sé que no se interesaba por la política y que se hizo comunista cuando se enteró de la falsa noticia del fusilamiento de Sandro.

Papa: ¿Era ya socialista el presidente durante la guerra? (Aunque es difícil entender qué significa socialista en Italia…).
Andreotti: Sí. Pertini era socialista ya de joven. Hasta el 21 dos socialismos: el reformista e internacionalista y el maximalista. Luego la escisión que creó el comunismo.

Niños judíos en Auschwitz, Polonia

Niños judíos en Auschwitz, Polonia


La alusión a Alemania y los campos de concentración lleva al Papa a observar la gran cantidad de duros recuerdos de un régimen dictatorial que duró poco más de diez años. Otras dictaduras llevan decenios, ¿cómo y cuándo terminarán? Solo Dios lo sabe.
Andreotti: Observa que de cada dictadura hay que observar el antes. Hay países en los que había democracia, por lo que se puede pensar en un regreso al pasado: otros como Rusia no pueden volver al pasado representado por el zarismo. Durante mucho tiempo los campesinos rusos ignoraban que había cambiado el régimen.
Papa: A los rusos quizás no les ha gustado que yo haya recibido al ucranio Moss. Por qué lo recibí… porque monseñor Del Gallo lo introdujo. Cuando quería llevar el tema al patriarcado y a aspectos políticos, dije: por hoy basta. Hablaba polaco. Nació en tierras que habían sido polacas. Slipyj pide un patriarcado que nunca existió. Cierto que Kiev es la cuna del cristianismo, pero cuando después de las invasiones tártaras empezó la reconquista en Moscú, fue aquí donde se creó el patriarcado. No en Kiev.

Hoy las diásporas uniatas son fuertes (Andreotti alude a Canadá y a la recomendación de Brini en la reunión) pero la mayoría sería ortodoxa para un patriarcado.
Ucrania (tierra marginada). Se debería llamar Rutenia: Rusia. Amplias referencias históricas. Nunca fue una nación. Es un territorio (la contradicción con la pertenencia autónoma a la ONU).


El Papa dice al despedirme: «Silvestrini me había dicho que para mediados de agosto ya se habría formado un gobierno».
Silvestrini: En septiembre se empieza otra vez todo desde el principio.
Andreotti: Esperemos que no.



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