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EXCLUSIVA
Sacado del n. 10 - 2005

Irak, patria de todos


Diálogo entre el presidente de la República de Irak, Jalal Talabani, y el patriarca de Babilonia de los caldeos, Emmanuel III Delly, en exclusiva para 30Días


Entrevista con Jalal Talabani y el patriarca Emmanuel III Delly por Giovanni Cubeddu


Aquí arriba, el presidente iraquí, Jalal Talabani, con el patriarca Emmanuel III Delly, en la sede de la “Obra de la Iglesia”, Roma, el 10 de noviembre de 2005

Aquí arriba, el presidente iraquí, Jalal Talabani, con el patriarca Emmanuel III Delly, en la sede de la “Obra de la Iglesia”, Roma, el 10 de noviembre de 2005

«Ahora, al volver a vuestras respectivas sedes, estáis fortalecidos por esta experiencia de comunión vivida ante las tumbas de los apóstoles san Pedro y san Pablo. Es una comunión que encuentra una expresión particular aquí, hoy, al elevar al Señor, junto con el Sucesor de Pedro, la oración común de acción de gracias.
Os exhorto, queridos hermanos, a proseguir vuestro compromiso pastoral y vuestro ministerio de esperanza para toda la nación iraquí. Al encomendar a cada una de vuestras comunidades a la dulce protección de la Madre de Dios, os imparto de buen grado a vosotros, a vuestros sacerdotes, a los religiosos y a las religiosas, y a todos los fieles, la bendición apostólica, prenda de paz y de consuelo del cielo».
Así saludaba al terminar la audiencia del 12 de noviembre el papa Benedicto a su beatitud Emmanuel III Delly, patriarca de Babilonia de los caldeos (Irak) y a los prelados que participaron en el Sínodo especial de los obispos caldeos, comenzado el 8 de noviembre y recién concluido. La mañana del jueves 10 de noviembre el presidente de la República de Irak, Jalal Talabani, se reunía por primera vez con el papa Benedicto XVI. El mismo día había sido recibido por el patriarca Delly y los obispos caldeos en la sede de la “Obra de la Iglesia”, en Roma, en un encuentro amistoso en el que también habían participado el secretario para las Relaciones con los Estados, el arzobispo Giovanni Lajolo, y el prefecto de las Iglesias orientales, Ignace Moussa I Daoud. Un día intenso, en el que se intentó –en diálogos a veces explícitos o mediante alusiones discretas de diplomacia de gestos– concretar las muchas esperanzas de la comunidad cristiana en Irak.
En la audiencia, el Papa hablaría luego de gratitud y esperanza. Las mismas que volveremos a encontrar en lo que el patriarca Delly dijo a 30Días, en esta entrevista exclusiva concedida el 10 de noviembre junto al presidente Talabani.
Señor presidente Talabani, como usted recuerda la Santa Sede estuvo en contra de la guerra de Irak. Usted se ha visto por primera vez con el papa Benedicto XVI .¿En qué temas se ha centrado el coloquio? ¿Qué desea la Santa Sede del nuevo Irak y qué le piden ustedes?
JALAL TALABANI: Con el Papa hemos hablado de Irak. Le he puesto al corriente de los avances democráticos que están ocurriendo, sobre la situación general y también sobre lo que está haciendo el terrorismo. Y le he pedido que bendiga al pueblo iraquí.
Le he presentado al Papa algunos detalles de la nueva Constitución que serán examinados en el nuevo Parlamento.
Espero que Su Santidad ayude a los cristianos de Irak. Le he explicado que en el país nuestras hermanas y nuestros hermanos cristianos están sufriendo demasiado, por culpa a veces de los terroristas, a veces de los extremistas, a veces de bandas excarceladas por Sadam Husein, que secuestran a la gente para conseguir el rescate. Luego nuestros cristianos se fueron hacia Siria, pese a que nosotros les animamos a ir al Kurdistán iraquí, y no hay modo de pararlos. Le he pedido a Su Santidad que ayude a nuestras hermanas y a nuestros hermanos cristianos, y él ha prometido que lo hará.
Si puedo expresarme de este modo, ¿qué cosas le ha pedido la Santa Sede al presidente del nuevo Irak?
TALABANI: El Papa ha sido realmente amable, nos ha bendecido. Le ha alegrado el progreso de nuestra situación y las explicaciones que le he dado sobre la nueva Constitución.
Beatitud, ha oído usted lo que acaba de decir el presidente Talabani. ¿Qué puede decirnos a propósito del apoyo que, desde la guerra en adelante, ha tratado de dar la Santa Sede a la Iglesia caldea?
EMMANUEL III DELLY: En realidad, la Santa Sede nunca ha dejado de intervenir para llevar la paz a Irak y nunca quiso la guerra. Desde el principio hasta hoy la Santa Sede pide que en Irak reinen la paz, la seguridad y la tranquilidad, y en esta línea no ha habido nada que hayamos pedido al Vaticano que no hayamos recibido. Pero sobre todo cuando le he dicho al Papa que Irak está enfermo él me ha respondido: «La medicina es la oración». Y ha añadido: «Rezo y hago todo lo que puedo para que la paz reine en Irak, país de Abraham».
Señor presidente, la Constitución ha pasado el examen del referéndum, y dentro de poco celebrarán nuevas elecciones al Parlamento. Pero, ¿es suficiente esto para definir al nuevo Irak un país realmente democrático?
TALABANI: El nuevo Parlamento representará un gran paso adelante hacia un nuevo Irak democrático. Creo que por primera vez habrá un equilibrio entre los representantes de los varios estamentos sociales.Esta vez habrá cinco escaños para los cristianos además de los candidatos presentes en otras listas. También por primera vez concurrirá una lista de árabes sunnitas con una presencia realmente numerosa, así que creo que habrá nuevos representantes parlamentarios después del experimento de este año.
El Parlamento y la nueva Constitución representan naturalmente los dos principales pasos adelante hacia la democratización. Pero no es suficiente. Necesitamos práctica, alcanzar la igualdad entre todos los iraquíes y hemos de hacer que sea efectiva la Constitución con la formación de nuevas y originales federaciones en otras partes de Irak.
Beatitud, ¿puedo preguntarle con qué ánimo ha vivido la Iglesia caldea la aprobación de esta Constitución? Porque el texto no contempla la garantía de libertad que los cristianos le han pedido al nuevo Irak…
DELLY: Todos los obispos de Irak, católicos y no católicos, hemos estudiado la Constitución y hemos hallado en ella muchas cosas buenas, pero también otras que nos preocupan. Entre estas está sobre todo el artículo 2, cuya abolición o modificación hemos pedido ya, y por esta razón les hemos pedido a todos los que pueden hacer algo concreto que lo hagan. También le damos las gracias al Vaticano, que ha hecho todo lo posible para continuar garantizando la libertad de todos los iraquíes, sin distinciones, y especialmente le damos las gracias por el apoyo que le ha dado al embajador de Irak ante la Santa Sede, que es cristiano y… debe ser cristiano, porque puede conocer mejor las prácticas del Vaticano, cosa que no entendería si perteneciera a una religión no cristiana.
Benedicto XVI con el presidente iraquí Jalal Talabani, el 10 de noviembre de 2005

Benedicto XVI con el presidente iraquí Jalal Talabani, el 10 de noviembre de 2005

Así pues, el Vaticano está haciendo de todo por el bien del país. Yo le he preguntado al señor Jalal, el presidente: «¿Qué tal esta Constitución?», y me ha respondido, textualmente: «No tenga miedo, la Constitución garantiza la libertad de los cristianos y de las minorías en Irak».
Señor presidente, también la comunidad internacional le pide a su país un programa concreto de tutela de las minorías. ¿Qué puede decirnos sobre esto?
TALABANI: Proteger a las minorías es deber nuestro como nación, siguiendo nuestros principios morales, no porque nos lo pida la comunidad internacional, sino por interés del pueblo iraquí. Las minorías son una parte importante de Irak, y juegan un papel realmente importante –especialmente los cristianos– en la cultura, la instrucción, la ayuda que llevan a la población en todas partes. Las Iglesias siempre han ayudado a los iraquíes, musulmanes, yazidis y otros. Por ese motivo nuestro deber es garantizar su protección. Haremos de verdad todo lo posible. Gracias a nuestra Constitución tenemos ahora algunos artículos que garantizan la libertad religiosa, la igualdad de todos los iraquíes, y trataremos de realizar esto con todos los medios, especialmente para conseguir que el país sea más seguro. Haremos valer el Estado de derecho, por lo que todas las minorías serán respetadas y protegidas.
Beatitud, ¿tiene usted una idea o una esperanza de cómo podrán los cristianos por fin vivir como minoría su vida política y social en el país? En la Iglesia caldea también hay quienes querrían una Iglesia más militante y “organizada”…
DELLY: Pues entonces yo digo, y no porque esté aquí delante de mí, lo que el presidente me ha repetido y garantizado muchas veces, siempre que nos hemos visto: «Tú eres mi hermano, estoy dispuesto a hacer lo que quieras, lo que quieran los cristianos. Porque todos los iraquíes son mis hijos y he de cuidarlos a todos. A los cristianos en especial, no tengáis miedo, estoy aquí para ayudaros. Soy tu hermano, trabajaré para el bien de las minorías presentes en Irak». El presidente ama a todos sin distinción, y hasta nos ha invitado a su casa privada y nos ha ofrecido una buena comida… También estaban el nuncio apostólico en Irak, otros obispos, las hermanas, los sacerdotes. Sí, el presidente se considera y se siente el padre de todos y quiere hacer el bien a todos, más allá de las diferencias. Esto es lo que en concreto pensamos de él.
Señor presidente, ¿cómo harán para que los suníes –que siguen siendo la minoría más importante– entren en el gobierno del país?
TALABANI: Imagino que usted se refiere a los suníes árabes. ¡Sería bueno recordar que yo también soy suní! Desde el principio hemos tratado de hacer que los suníes árabes entraran en el gobierno. Hemos elegido a un suní como vicepresidente, el portavoz del Parlamento es suní, el viceprimer ministro es suní, seis ministros del gobierno, y entre ellos el ministro de Defensa y el de Industria, son suníes. Les hemos animado para que participaran en el referéndum para la aprobación de la Constitución, y lo han hecho, unos votando a favor y otros en contra. Ahora los estamos animando a tomar parte en el proceso electoral. Hoy tenemos numerosas listas de suníes árabes que desean estar presentes en el Parlamento y, cuando los suníes sean elegidos, tendrán más posibilidades de llegar al gobierno, a los puestos importantes, de participar en el gobierno del país, de establecer la política de Irak.
Permítame continuar, señor presidente. Lo que suceda en Irak puede estabilizar o desestabilizar todo Oriente Medio, y viceversa. Existen problemas no resueltos en la región que influyen directamente en el destino de su país, en primer lugar el proceso de paz israelo-palestino; por ejemplo, en Líbano hay todavía prófugos palestinos…–. Por no hablar de Irán.
TALABANI: Ante todo nosotros estamos trabajando por la reconstrucción de nuestro país. A nosotros nos interesa construir un Irak democrático y amante de la paz, y este Irak, democrático y federal, influirá en todo Oriente Medio con el ejemplo, no invadiendo otros países. Este Irak será pacífico en su interior y con sus vecinos. Nosotros trataremos de alcanzar la igualdad entre todos los iraquíes, musulmanes, shiíes, suníes, kurdos, árabes, turcomanos, cristianos, para ofrecer nuestro ejemplo a la región: por ejemplo, sobre cómo respetar los derechos de las minorías, de los turcomanos o de todos los cristianos –considerando que tenemos distintos grupos de cristianos– o de los kurdos… Pienso que con este ejemplo Irak podrá influir en Oriente Medio.
El presidente Talabani es recibido por el patriarca Delly y los obispos caldeos reunidos en el Sínodo especial, en Roma

El presidente Talabani es recibido por el patriarca Delly y los obispos caldeos reunidos en el Sínodo especial, en Roma

¿También en Israel y Palestina?
TALABANI: Por lo que concierne a las dificultades entre los árabes e Israel, usted sabe que Irak es un miembro fundador de la Liga Árabe que se ha comprometido, según la Constitución, a respetar la Carta de la Liga Árabe y las decisiones y resoluciones aprobadas por la Liga Árabe. En el último encuentro de ésta en Beirut los países árabes adoptaron la propuesta del entonces príncipe, y ahora rey saudí, Abdalá, y según esta propuesta los árabes piden a Israel que adopte las resoluciones aprobadas por las Naciones Unidas. Si Israel acepta aquellas resoluciones, aprobadas por la ONU, los países árabes, incluido Irak, están dispuestos a normalizar las relaciones con Israel, a nivel diplomático, económico y de todo tipo. Ahora le toca dar el siguiente paso a Israel, que tendrá que dar una respuesta. Si acepta la propuesta, creo que dejarán de existir las dificultades y las guerras entre árabes e israelíes.
Con respecto a los palestinos refugiados en los países árabes, sepan que a mí me caen especialmente bien los palestinos, porque son un pueblo que ha sufrido lo indecible. Fueron deportados de su tierra, han sufrido por culpa de los países árabes y no sólo de Israel. Sin embargo, considero que la cuestión de los refugiados palestinos en Líbano es una cuestión interna libanesa, que se ha de resolver respetando la independencia y la soberanía de aquel país, y el equilibrio de todas sus partes sociales. Porque si ellos acogen a un número mayor de musulmanes, ese equilibrio sufrirá inevitablemente cambios. En mi opinión, la cuestión puede resolverse gradualmente en el futuro cuando la disputa entre árabes e israelíes se solucione.
Beatitud, después de este viaje del presidente al Vaticano, y frente a la dura realidad actual de su país, ¿qué quiere decirles a los fieles caldeos, incluidos los de la diáspora?
DELLY: Lo único que hay que hacer es colaborar siempre con el gobierno: esta es la política del Patriarcado caldeo. Respetar a nuestras autoridades, como nos dijo san Pablo, obedecer a nuestros gobernantes civiles, que vigilarán durante la noche, mientras nosotros dormimos. Tenemos que ser fieles al gobierno, que nos protege. Creo que todos nuestros cristianos, como sabe su excelencia el presidente, son leales, porque se sienten amados. El presidente los ha invitado muchas veces a ir al norte de Irak, pero la gente no puede dejar su casa, vender todo e irse, porque Irak es nuestra tierra, de la misma manera que lo es de nuestros hermanos musulmanes. Estamos allí desde hace miles de años y, como cristianos, desde el principio del cristianismo. Así pues, hemos de colaborar con el gobierno justo y legítimo, como el actual, hemos de serle siempre fiel, especialmente al presidente, que nos ama y es amado por nosotros.


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