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VATICANO
Sacado del n. 12 - 2005

LA FÁBRICA DE LOS SANTOS

Novedades en el camino hacia los altares


En diciembre Benedicto XVI introdujo una variación en la práctica que se sigue para promulgar los decretos de aprobación de los milagros, del martirio y de las virtudes heroicas de beatos y siervos de Dios. La ilustra, en estas páginas, el prefecto de la Congregación para las causas de los santos.


Entrevista al cardenal José Saraiva Martins por Gianni Cardinale


Benedicto XVI recibe en audiencia al cardenal José Saraiva Martins 
el 19 de diciembre de 2005

Benedicto XVI recibe en audiencia al cardenal José Saraiva Martins el 19 de diciembre de 2005

Uno de los terrenos donde Benedicto XVI ha intervenido más veces durante estos primeros meses de pontificado es el de los procedimientos relativos a las causas de beatificación. Una de las primeras novedades introducidas por el papa Ratzinger establece que, en general, el Pontífice no preside las ceremonias de beatificación, sino sólo las de canonización. En realidad no se trata de una verdadera novedad, pues se vuelve a la práctica en uso durante los últimos siglos, hasta 1968. El Papa tomó esta importante decisión con motivo de los ritos de beatificación que se celebraron en San Pedro el pasado 14 de mayo, cuando presidió la ceremonia el prefecto de la Congregación para las causas de los santos “de mandato Summi Pontificis”. El 29 de septiembre L’Osservatore Romano publicó con amplio resalte en primera página una “Comunicación”, en latín e italiano, con la que la Congregación oficializaba y formalizaba “las nuevas disposiciones”. Disposiciones que son una vuelta a la práctica seguida desde 1662 hasta 1968 y que reafirman que la beatificación es siempre un acto del pontífice pero presidido por un representante suyo, por lo general el prefecto de la Congregación para las causas de los santos.
Además, Benedicto XVI introdujo antes de Navidad una nueva variación en la práctica que se sigue para promulgar los decretos de aprobación de los milagros, del martirio y de las virtudes heroicas de beatos y siervos de Dios. Tampoco en este caso se trata de una innovación. Para ilustrar esta nueva práctica 30Días le ha hecho algunas preguntas al cardenal portugués José Saraiva Martins, desde 1998 prefecto de la Congregación para las causas de los santos.
Eminencia, el pasado 19 de diciembre el Papa le recibió en audiencia y autorizó a la Congregación que usted dirige a promulgar los decretos relativos a 19 causas de beatificación y canonización. Se trató de una audiencia privada. Una novedad respecto al anterior pontificado…
JOSÉ SARAIVA MARTINS: En efecto, con Juan Pablo II esta cita había tomado características de especial solemnidad. Estaba previsto un discurso del cardenal al Papa y la lectura de los decretos en cuestión se hacía ante un numeroso grupo de participantes. Normalmente se invitaba a las audiencias a los postuladores y los ponentes de las causas, los obispos locales o los responsables de las órdenes religiosas de los candidatos, además de sus familiares. Recuerdo que en la audiencia concedida por Juan Pablo II el 20 de diciembre de 2004, la última con el antiguo sistema, participaron mas de ciento cincuenta personas.
Incluidos algunos embajadores…
SARAIVA MARTINS: Sí, en la lectura de los decretos, precedida por la audiencia privada al cardenal prefecto, a veces participaban miembros del cuerpo diplomático que lo habían solicitado.
El papa Benedicto XVI ha decidido simplificar.…
SARAIVA MARTINS: El Pontífice actual, con la sobriedad que le caracteriza, ha decidido cambiar la práctica seguida en los últimos años.
Y volver a una práctica usada en el pasado…
SARAIVA MARTINS: Antes, en la lectura de los decretos “coram Sanctissimo” (ante el papa, n. de la r.] participaba no solo el prefecto de la Congregación y los prelados superiores [el secretario, el subsecretario, el promotor de la fe y el relator general, n. de la r.], sino también los postuladores de las causas interesadas. Ahora, en cambio, se hace todo con una audiencia privada del Papa al cardenal prefecto.
¿Qué sucede en este tipo de audiencia?
SARAIVA MARTINS: Sucede que el Papa da su aprobación al dispositivo de los decretos preparados por nuestra Congregación. Decretos que pueden ser relativos a la aprobación de milagros atribuidos a la intercesión de siervos de Dios cuya causa de beatificación se está examinando o de beatos en espera de la canonización. O también decretos relativos al martirio de candidatos al honor de los altares, o decretos relativos a la proclamación de las virtudes heroicas de los candidatos.
El cardenal José Saraiva Martins preside la ceremonia 
de beatificación del cardenal Clemens August von Galen, 9 de octubre de 2005

El cardenal José Saraiva Martins preside la ceremonia de beatificación del cardenal Clemens August von Galen, 9 de octubre de 2005

¿Se llevan directamente a la audiencia del Papa los decretos que prepara su Congregación?
SARAIVA MARTINS: Una semana antes, más o menos, nuestra Congregación le envía al Santo Padre las llamadas “hojas de audiencia”, una por cada decreto cuya aprobación se solicita. Se llaman hojas de audiencia, pero en realidad son pequeños fascículos de 4/5 páginas cada uno en los que se ilustra sintéticamente el camino de la causa de beatificación inherente a los decretos en cuestión. De este modo el Santo Padre tiene tiempo para poder estudiar cada fascículo antes de recibir en audiencia al cardenal prefecto.
¿Qué sucede después de que el Papa da su aprobación a los decretos?
SARAIVA MARTINS: La Congregación redacta materialmente los decretos en la lengua oficial de la Iglesia que es el latín y los envía a la Secretaría de Estado que se encarga de publicarlos en los Acta Apostolicae Sedis, el boletín oficial de la Santa Sede. Y en efecto, en cada fascículo de los Acta muchas páginas están dedicadas a los decretos de nuestra Congregación.
¿Así que no es el Papa quien firma los decretos en cuestión?
SARAIVA MARTINS: Los decretos “super miraculo”, “super martyrio” o “super virtutibus” los firman el cardenal prefecto y el arzobispo secretario de la Congregación. La firma del Papa aparece en las “cartas decretales” en los que se proclaman los nuevos santos, mientras que las “cartas apostólicas” para la proclamación de los nuevos beatos las firma “de mandato Summi Pontificis” el cardenal secretario de Estado.
Eminencia, la última pregunta: ¿puede suceder que el Papa no dé su aprobación a los decretos preparados por la Congregación?
SARAIVA MARTINS: Puede suceder.


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