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Sacado del n.06/07 - 2007


CARTAS DESDE LOS MONASTERIOS


CARMELITAs del MONASTERiO de dolbeau
Dolbeau, Canadá

Leemos regularmente la revista en el refectorio

Dolbeau, 5 de junio de 2007

Señor director:
Con gratitud deseamos darle las gracias por el envío de la revista 30Jours. Es un regalo magnífico que nos ha hecho compañía todo el año. Es una revista bien escrita, agradable de ver, e incluso los artículos más serios son accesibles. Apreciamos asimismo los artículos de contenido espiritual: como las meditaciones del cardenal Martini y del Santo Padre. Los artículos sobre nuestro Santo Padre nos han tocado especialmente. Leemos regularmente la revista en el refectorio, para que cada una pueda saber lo que está escrito.
Nuestra comunidad de carmelitas es una comunidad procedente de Hanoi, Vietnam, que desde 1957 se refugió en la diócesis de Chicutimi, en la provincia de Québec, Canadá, y aquí continuamos nuestra misión de oración y vida retirada en el corazón de la Iglesia.
En este año jubilar de nuestra fundación, le aseguramos nuestras oraciones para que su revista pueda seguir siendo siempre un eco fiel de la vida de la Iglesia.
Fraternalmente,

sor Denise-Thérèse de la Croix ocd, archivera


benedectinas de la iglesia Bizantina del monasterio Reina del cielo
Warren, Ohio, Estados Unidos

Gracias por las historias vivas sobre los cristianos de Oriente Próximo

Warren, 11 de junio de 2007

Querido señor Andreotti:
Muchas gracias por habernos enviado los ejemplares de 30Days. Nos gusta de verdad leer la revista. A mí personalmente me interesan mucho los artículos relativos a la vida política en relación con la vida de la Iglesia en el mundo.
Porque somos monjas benedictinas de la Iglesia bizantina estamos especialmente interesadas en los espléndidos artículos publicados por usted sobre las Iglesias de Oriente Próximo. La prensa laica no se ocupa de las situaciones difíciles de muchos de los cristianos de allí. Es algo muy bueno que usted mantenga estas historias vivas en su revista.
Gracias también por el librito Who prays is saved. Recuerde en sus oraciones a las hermanas de Warren, en Ohio.
Devotamente suya en san Benito,

sor Margaret Mary Schima osb, priora


Carmelitas del monasterio DE La ASUNcIóN
Sebikotane, Senegal

Regalamos Quien reza se salva a los obreros y a las familias con niños pequeños

Sebikotane, 16 de mayo de 2007

Señor director:
Acabamos de recibir los libritos Qui prie sauve son âme. Deseamos agradecerle de todo corazón este hermoso regalo. El librito está muy bien hecho y nos alegra poderlo regalar a nuestros jóvenes trabajadores y a las familias con niños pequeños. Con este gesto usted hace un óptimo apostolado, hasta este pequeño rincón nuestro de sabana. Por desgracia no hay muchos sacerdotes ni muchas religiosas, y los cristianos, a menudo abandonados a su suerte, poco a poco están olvidando el poco catecismo que se les había enseñado. La mies es abundante. La palabra del Señor siempre es actual; hay que rezar para pedir “obreros”, sacerdotes, misioneros.
Es nuestro deber de carmelitas rezar por esta intención. Y en nuestro caso más aún porque nuestro carmelo se halla cerca del seminario mayor donde se forman los futuros sacerdotes para todas las diócesis de Senegal.
Este año tenemos doce diáconos, que dentro de poco serán ordenados sacerdotes. El día de la Ascensión van a venir todos a nuestro monasterio para celebrar una misa de acción de gracias antes de dejar el seminario. Haremos una fiesta hermosa en nuestra capilla y será la ocasión para asegurarles nuestras oraciones a estos jóvenes que se preparan a comenzar su ministerio.
Rezamos siempre según sus intenciones por todos los que trabajan en su revista.
Le deseamos que la próxima fiesta de Pentecostés llene su corazón de alegría y fervor, para anunciar la buena nueva con todos los medios posibles.
Señor director, reciba con nuestra gratitud mi religioso respeto.

Sor Marie-Agnès de l’Enfant Jésus ocd


CARMELITAs del MONASTERiO Our Lady of maravillas and Saint Joseph
Dumaguete City, Filipinas

Los niños serían felices de recibir Quien reza se salva como regalo

Dumaguete City, 8 de abril de 2007

Querido senador Andreotti:
¡Una gloriosa y feliz Pascua!
Acabamos de recibir la incomparable revista 30Days y es el Señor resucitado quien debe haber elegido precisamente este día para testificar su amabilidad por enviárnosla gratuitamente, como regalo.
Gracias infinitas, senador Giulio Andreotti. Who prays is saved es también muy bello. Quisiéramos pedirle si es posible recibir otros ejemplares paras distribuirlos entre los que quieran leer este utilísimo librito. Los niños que vendrán al centro de catecismo durante el mes de la Virgen para celebrar las tradicionales Flores de Mayo serían felices de recibir un ejemplar de este librito al final del mes, como si fuera un premio. Se trata de niños de seis a catorce años que vienen de distintas aldeas para participar en esta actividad realizada por catequistas voluntarios. Y así también los adultos que acostumbran a venir podrían sacar provecho de Who prays is saved.
Somos una comunidad de dieciocho monjas. De las seis hermanas españolas que vinieron de Madrid a fundar este convento quedo sólo yo. La otra que quedaba ha tenido que volver a España por problemas de salud. El pasado 8 de noviembre celebré mis cincuenta años de profesión. Ese mismo día fue inaugurada nuestra nueva capilla restaurada.
Con la ayuda de Dios, el 16 de noviembre del próximo año celebraremos el cincuentenario de esta fundación. Ayúdenos a dar gracias a Dios por este gran acontecimiento.
También le pedimos a Dios que le ayude y le sostenga en su fe hasta el final. Siga adelante con la buena obra que Dios ha comenzado a través de 30Days. Nuestras oraciones le acompañarán a usted y a sus colaboradores en esta delicada tarea de difusión de 30Days.
Que la Virgen del Carmen lo conserve bajo su manto de amor y protección.
Siempre agradecida en Cristo,

sor María Angélica Verdugo ocd, priora, y comunidad


Carmelitas descalzas del monasterio Biara Pertapaan
Bajawa, Indonesia

Leemos en ella noticias del mundo de las que no sabíamos nada

Bajawa, 25 de marzo de 2007

Querido señor Giulio Andreotti:
Le agradecemos muchísimo que nos envíe con tanta fidelidad y gratuitamente 30Days. Le pido disculpas por haber tardado tanto en responderle. Es una revista que nos enriquece, pues recibimos pocas noticias del exterior. Leemos en ella noticias del mundo de las que no sabíamos nada. Es muy estimulante para nuestra vida de oración descubrir que hay tantas intenciones por las que rezar. Acostumbramos a leer muchos artículos en el refectorio, durante las comidas.
Somos una gran comunidad, veinte monjas profesas con votos solemnes. Recientemente hemos tenido la alegría de dar vida a una nueva fundación.
Disculpe, me he olvidado de decirle dónde se encuentra nuestro monasterio. Estamos en Indonesia, un archipiélago formado por muchas islas, concretamente en la isla de Flores, en el sureste del país. Como bien sabe usted numerosos desastres, tsunami, terremotos, erupciones, inundaciones atormentan nuestra nación. Sólo Dios sabe por qué permite que pase todo esto.
Estamos esperando los nuevos ejemplares de 30Days. Le tendremos presente en nuestras oraciones y aprovechamos la ocasión para desearle a usted y a sus colaboradores una feliz Pascua.
Sinceramente suya en Jesús y María,

sor Marie Thérèse ocd






Lectura espiritual/9


Después de haber propuesto como lectura espiritual todos los fragmentos delCredo del Pueblo de Dios del papa Pablo VI en los que aparecía la palabra gracia, comenzamos, con la publicación de los cánones 3 y 4 del Concilio de Cartago del 418, la presentación de las definicones dogmáticas relativas a la gracia.
Para comprender el contexto de aquel Concilio utilizaremos Evangelio de la gracia (Ediciones Sígueme, Salamanca, 1965) de M. Flick y Z. Alszeghy, un clásico de la teología dogmática.
Se lee en dicha obra que fue la controversia pelagiana la que le «ofreció a la Iglesia la ocasión de explicar su doctrina sobre la debilidad del hombre, dañado por el pecado original y necesitado, por tanto, de que la gracia de Cristo le restaure» (Evangelio de la gracia, p. 54). Y que la primera Iglesia que se manifestó contra quienes ponían en tela de juicio esto fue desde el año 411 la Iglesia africana. El motivo es muy sencillo: los responsables de dicho contraste, Pelagio y Celestio, que precedentemente residían en Roma, en el 410, para huir del saqueo de los godos, fueron primero a Sicilia y luego a Cartago.
Más tarde, sin embargo, puesto que las doctrinas de Pelagio y de Celestio habían superado las fronteras africanas y sobre todo porque habían recibido un aval oficial en Palestina en el 415, la Iglesia africana se vio obligada a presentar una apelación al obispo de Roma para que interviniera en virtud de su jurisdicción universal. Mediante dos concilios provinciales, que se celebraron en el verano del 416 en Cartago y Milevi y en los que participaron las dos veces unos sesenta obispos, se invoca la autoridad de Roma que –decían estos obispos– tiene la misma doctrina de la Iglesia africana acerca del pecado y de la gracia, pero la predica con más prestigio (illustrius). Los obispos africanos no pretenden añadir su propio arroyo al ya abundante manantial de la Iglesia de Roma –parafraseando la conclusión de la carta 177 de Agustín, Alipio,Aurelio y otros obispos africanos–; al contrario, esperan que Inocencio, que estaba entonces en la cátedra romana (401-417), les diga que su arroyo nace del mismo manantial y les anime atestiguando que participan de la misma gracia.
Volvemos a citar Evangelio de la gracia: «Las respuestas de Inocencio [las cartas 181-183 del epistolario de Agustín, n. de la r.] tienen capital importancia. Esta primera intervención de la sede romana contra el pelagianismo afirma abiertamente que la gracia, entendida como auxilio interno que Dios concede por los méritos de Cristo, es absolutamente necesaria para evitar el pecado. Es imposible que el hombre observe por sí mismo los mandamientos. Inocencio enseña que: “Es inevitable que el hombre, sin la gracia, sucumba a las insidias diabólicas, cuando se esfuerza por observar todos los preceptos de la vida únicamente en alas de la libertad”. Resulta evidente, pues, que el pontífice no condena tan sólo la pretensión de poder realizar actos útiles en orden a la salvación (actos saludables, según la terminología moderna), sin la gracia de Cristo. Excluye además el error de que es posible evitar el pecado propiamente dicho, puesto que el libre albedrío, según escribieron los padres de Cartago, no está libre del dominio de la concupiscencia. Así se realiza la palabra del Señor: “Si, pues, el Hijo os liberare, seréis verdaderamente libres” (Jn 8, 36)» (Evangelio de la gracia, p. 64).
Se podía pensar que la cuestión quedaba zanjada, como diría luego san Agustín en su sermón 131 con la expresión que se haría proverbial: Roma locuta est, causa finita est! En realidad tras la muerte de Inocencio, su sucesor Zósimo (417-418), griego de nacimiento, como escribe el Liber pontificalis, vaciló respecto a lo establecido por Inocencio. «El papa Zósimo aceptó las explicaciones de Celestio y Pelagio. Escribió a los obispos africanos, reprobándoles su precipitación e invitando a los adversarios de Pelagio a venir a Roma para sostener sus acusaciones. Fue ése el momento en que san Agustín dedicó todas sus energías a impedir que los “enemigos de la gracia” prevalecieran» (Evangelio de la gracia, p. 64).
Impulsado por los argumentos de Agustín y por las quejas de los obispos africanos, Zósimo escribió en marzo del 418 que estaba dispuesto a rediscutir su postura. La carta les llegó el mes siguiente a los más de doscientos obispos africanos reunidos en Cartago. Aquí se elaboran los dos cánones que publicamos (conocemos ocho en total) a los que también Zósimo dará su consentimiento con su Epistula tractoria. «Se conservan sólo algunos fragmentos de esta carta; pero sabemos, por el testimonio de Mario Mercator, que se envió a todos los obispos del mundo para que la firmaran [tractoria era el nombre con el que se denominaban en África las circulares dirigidas a los obispos]. Se consideró siempre, por tanto, a los cánones del concilio de Cartago como regla de fe en virtud de la aprobación pontificia, según afirma ya Próspero de Aquitania» (Evangelio de la gracia, p. 65).
La causa, por lo demás, no concluyó tampoco en esta ocasión. San Agustín tuvo que luchar hasta el final de su vida, especialmente contra algunos obispos italianos encabezados por Julián de Eclana. «Pero en el año 418 pudo cantar victoria, puesto que Zósimo, abandonando toda vacilación, había confirmado plenamente el juicio de su antecesor, al tener conocimiento más preciso de las condenaciones debidas a Inocencio» (Evangelio de la gracia, p. 65).
Como comentario a los dos cánones del Concilio de Cartago, publicamos de nuevo (véase p. 46 ) una entrevista a Nello Cipriano, profesor ordinario del Instituto Patrístico Augustinianum, sobre la concepción de la gracia en la herejía pelagiana. Son palabras que sorprenden por su actualidad.


Los dogmas del Concilio de Cartago

«Si el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres» (Jn 8, 36)

Canon 3. Item placuit [omnibus episcopis in sancta Synodo Carthaginiensis Ecclesiae constitutis], ut quicumque dixerit gratiam Dei, qua iustificatur homo per Iesum Christum Dominum nostrum, ad solam remissionem peccatorum valere quae iam commissa sunt, non etiam ad adiutorium ut non committantur, anathema sit.

Igualmente plugo [a todos los obispos... congregados en el santo Concilio de la Iglesia de Cartago establecer]: Quienquiera dijere que la gracia de Dios, por la que se justifica el hombre por medio de Nuestro Señor Jesucristo, solamente vale para la remisión de los pecados que ya se han cometido, pero no de ayuda para no cometerlos, sea anatema.

Canon 4. Item, quisquis dixerit, eandem gratiam Dei per Iesum Christum Dominum nostrum propter hoc tantum nos adiuvare ad non peccandum, quia per ipsam nobis revelatur et aperitur intellegentia mandatorum, ut sciamus, quid appetere, quid vitare debeamus, non autem per illam nobis praestari, ut quod faciendum cognoverimus, etiam facere diligamus atque valeamus, anathema sit. Cum enim dicat Apostolus: «Scientia inflat, caritas vero aedificat» [1Cor 8, 2], valde impium est, ut credamus, ad eam quae inflat nos habere gratiam Christi, et ad eam, quae aedificat, non habere, cum sit utrumque donum Dei, et scire, quid facere debeamus, et diligere, ut faciamus, ut aedificante caritate scientia nos non possit inflare. Sicut autem de Deo scriptum est: «Qui docet hominem scientiam» [Sal 94, 10] ita etiam scriptum est: «Caritas ex Deo est» [1Gv 4, 7].

Igualmente, quien dijere que la misma gracia de Dios por Jesucristo nuestro Señor sólo nos ayuda para no pecar en cuanto por ella se nos revela y se nos abre la inteligencia de los preceptos para saber qué debemos desear, qué evitar, pero que por ella no se nos da que amemos también y podamos hacer lo que hemos conocido debe hacerse, sea anatema. Porque diciendo el Apóstol: «La ciencia hincha, mas la caridad edifica» [1Cor 8, 2]; muy impío es creer que tenemos la gracia de Cristo para la ciencia que hincha y no la tenemos para la caridad que edifica, como quiera que una y otra cosa son don de Dios, lo mismo el saber qué debemos hacer que el amar a fin de hacerlo, para que, edificando la caridad, no nos pueda hinchar la ciencia. Y como de Dios está escrito: «El que enseña al hombre la ciencia» [Sal 94, 10], así también está: «La caridad viene de Dios» [1Jn 4, 7].






CARTAS DESDE LAS MISIONES


La misión de Teresina, Brasil

La misión de Teresina, Brasil

Misioneros combonianos
Teresina, Brasil

Un trabajo agotador pero que me realiza plenamente

Teresina, 26 marzo 2007

Ilustrísimo señor senador:
Gracias por la revista, que contiene noticias importantes e interesantes. Soy un misionero de Como, de 83 años, que está en Brasil desde 1952. A parte de los dieciocho años que viví en Portugal, he pasado toda mi vida sacerdotal (57 años) aquí.
Desde hace tres años me han dispensado de los safaris, no muy indicados para mi edad. Aquí celebro la misa en la ciudad, a las ocho, y luego confieso hasta las 11, más o menos: un trabajo agotador, pero que me da muchas satisfacciones y me realiza plenamente. La tarde la paso sentando ante el ordenador, escribiendo o traduciendo por cuenta del superior o del provincial. Durante 12 años he estado solo: el cura más cercano, otro comboniano, estaba a 70 kilómetros de distancia (una hora y media de coche, en invierno dos horas).
Para viajar he usado: el “coche de san Fernando”, mulo, moto, jeep. Le he puesto también un motor a una barca (¡aunque no sé nadar!). A causa de una hemorragia provocada por la extracción de una muela por parte de un dentista de paso, he tenido que suministrarme una endovenosa solo. He excavado un pozo sólo con mis brazos. Me han hecho doce operaciones. Para distraerme colecciono chistes: ayudan a vivir mejor y más tiempo... Incluso los de efecto retardado.
Aquí estamos cuatro combonianos: un hermano portugués, casi de mi edad, un padre brasileño, uno mexicano y yo, que soy italiano. Algunas veces nos llevamos tan bien que la gente nos pregunta si somos hermanos… Antes de venir a Teresina, capital del Estado de Piauí, trabajé con un colega en una parroquia dividida a lo largo por una carretera asfaltada de 70 kilómetros y a lo ancho por una carretera de tierra y arena de 60 kilómetros a la derecha y 60 kilómetros a la izquierda por todo el recorrido. Hay, en el centro, cinco municipios con, respectivamente, 12.000, 10.000, 8.000, 4.000, y 2.000 habitantes; en la periferia otros muchos habitantes distribuidos en sesenta pequeñas comunidades.
En Brasil, además del ministerio, digamos, “normal”, hay un campo especial: la justicia, o mejor dicho, las injusticias. Los brasileños son muy hospitalarios, corresponden y saben ser agradecidos. Pero ciertos políticos y latifundistas... Cuántos laicos, sindicalistas, religiosas y sacerdotes, amenazados y asesinados… Así que hay que predicar, organizar y reaccionar ante las injusticias pero...: alguien me ha enseñado a tirar la piedra y esconder la mano, de modo que no acabo nunca en la cárcel. A los que se asombran de mi edad, les respondo: trabajar poco, si uno no tiene mucho que hacer; comer bien, cuando se puede; dormir a pierna suelta, si te lo permiten los vecinos que bailan; y no quejarse nunca, ¡ni siquiera con Jesús!
Además de dar las gracias, me gustaría recibir la edición portuguesa de su revista, para facilitar la lectura a mis tres colegas. ¡Que el Señor nos haga “estallar” a todos de... amor!

Padre Candido Poli


Vicariato San AgustÍn de ApurÍmac
Cuzco, Perú

Gracias por el regalo que ha querido hacer a los agustinos

Cuzco, 3 de mayo de 2007

Excelentísimo senador:
Aunque con retraso, quiero con la presente darle las gracias de todo corazón por la iniciativa “regalo” de 30Días que ha querido hacer a los agustinos y, por consiguiente, también a nosotros que desde hace cuarenta años nos dedicamos a la Misión agustina en los Andes del sur de Perú y que usted probablemente conoce, ya que estaba en contacto con el fallecido padre Ettore Salimbeni, que nos dejó el 25 de marzo del corriente, tras treinta y nueve años de servicio misionero sin reservas.
Personalmente aprecio de modo especial su “regalo” ya que he sido un asiduo lector desde los comienzos, aunque luego tuve que dejarlo por obvios motivos. Recibir aquí 30Giorni es una suerte y poder leer la revista en español aún más porque así también mis hermanos peruanos y los seminaristas pueden beneficiarse de su riqueza.
Gracias, senador, y como superior del Vicariato San Agustín de Apurímac, reciba el agradecimiento de nuestro obispo, monseñor Domenico Berni, y de mis hermanos agustinos.
Con sentimientos sinceros de estima y gratitud,

padre Giovanni Boffelli osa,
vicario


misioneros combonianos
Gulu, Uganda

Quien reza se salva nos hizo volver a ser niños

Gulu, 29 de abril de 2007

Excelentísimo senador Andreotti:
Reciba nuestros saludos más calurosos de la comunidad comboniana de Lavibi, en Gulu.
Acabamos de recibir el número de marzo de 30Giorni, enteramente dedicado a Benedicto XVI. Este número es historia viva y quedará para la historia de la Iglesia. Por eso, cuando los miembros de la comunidad terminen de leerlo, lo pondremos en el archivo para consultarlo en el futuro.
Al mismo tiempo, recibimos como suplemento Chi prega si salva. Lo hemos hojeado y nuestros sentimientos volvieron a cuando éramos niños, cuando aprendimos las mismas oraciones de nuestras buenas madres y de las lecciones de catecismo.
Es verdad, hay mucho mal en el mundo, pero también es verdad que hay muchísimo bien y es por esto por lo que el mundo sigue existiendo.
Usted, ilustrísimo senador, contribuye en gran parte a este bien mediante 30Giorni, y nosotros aquí en la misión tratamos de hacer nuestra pequeña parte en favor de esta gente, especialmente por los jóvenes que han crecido en un clima de guerra (21 años) y que no han visto nada más que tragedias. Llevamos adelante un instituto técnico superior con unos ciento veinte estudiantes. El único de la zona.
En este momento, aquí en el norte de Uganda se vislumbra un rayo de paz, pero aún es muy débil. Por eso quisiéramos invitar a todos los lectores de 30Giorni, especialmente a las buenas y simpáticas monjas de clausura, a unirse a nosotros en la oración para que esta inútil y olvidada guerra termine pronto sin más derramamientos de sangre y el buen Dios nos conceda una paz duradera.
A usted y a todo el equipo de 30Giorni un gracias inmenso y les deseamos las bendiciones del Señor,

padre Benito Ricci


MisionerOS del pime
Khammam, Andhra Pradesh, India

Vivo en una zona de selvas para dar conocer a Jesucristo

Khammam, 26 de marzo de 2007

Querido amigo Giulio:
Gracias infinitas por la estupenda revista 30Giorni que recibo desde hace unos meses. Me hallo en una zona tribal haciendo obra de evangelización. No sé cómo ha recibido mi dirección. 30Giorni es un regalo especial para mí que vivo aislado en una zona de selvas con el único fin de dar a conocer a Jesucristo a las poblaciones víctimas de injusticias, corrupción, superstición y violencia.
¡Bravo! Que Dios le bendiga,

reverendo padre Orlando Quintaba pime




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