El 18 de diciembre Benedicto XVI nombró al arzobispo Antonio Mennini nuevo nuncio apostólico en Gran Bretaña. Mennini es el único nuncio original de la Urbe, donde nació hace 63 años. Recibió la ordenación sacerdotal en 1974. Obtuvo el doctorado en teología. Procede de una familia de servidores de la Santa Sede. En 1978 entró en la Academia Eclesiástica Pontificia y el 3 de abril de 1981 comenzó a trabajar en el servicio diplomático de la Santa Sede como agregado en la nunciatura en Uganda. En 1984 fue trasladado a Turquía y en 1986 a la segunda sección de la Secretaría de Estado, la que se ocupa de las relaciones con los Estados, donde permaneció durante catorce años. En julio de 2000 fue nombrado nuncio en Bulgaria. El 6 de noviembre de 2002 fue nombrado representante pontificio en Rusia. El 9 de diciembre de 2009 se anunció el establecimiento de relaciones diplomáticas plenas entre la Santa Sede y la Federación Rusa, con la que existían solo relaciones de tipo especial. Mennini , pues, ha sido el primer nuncio apostólico propiamente dicho en Moscú. Desde 2008 era también representante en Uzbekistán.

IGLESIA/1
La Constitución italiana y la «licencia de laicidad»

En el Corriere della Sera del 19 de diciembre Alberto Melloni se interrogaba sobre la relación entre Iglesia y política, estigmatizando algunos esquemas «brutales» que aparecen en los periódicos, según los cuales «la Iglesia» apoya un determinado partido o proyecto político. Una «conclusión» negativa, según él, determinada también por «convicciones» y tomas de posición de exponentes de la misma Iglesia. Sobre esta conclusión, escribe Melloni, pesa «la revocación de esa “licencia de laicidad” que la Constitución republicana –el único proyecto cultural logrado por el catolicismo italiano, la última pasión del Dossetti político– había ofrecido a la edad democristiana de Italia y de la que (desde Andreatta a Andreotti) se ha hecho un uso muy dispar».


IGLESIA/2
El lobby de los valores

¿Se ha reducido la Iglesia a un «lobby de los valores»? Plantea esta pregunta el editorial del periódico La Stampa del 28 de diciembre, firmado por Gian Enrico Rusconi. Se lee en el periódico de Turín: «No hace falta evocar el “retorno de la religión en la edad post-secular” para constatar en nuestro país la fuerte presencia pública de la religión-de-iglesia (es decir, de la expresión religiosa mediada exclusivamente por las estructuras de la Iglesia católica). Pero la importancia pública de la religión, fuerte en temas “éticamente sensibles” (como se dice), va acompañada por una dificultad comunicativa sustancial en los contenidos teológicos que deberían ser el fundamento de dichos temas. O mejor dicho, los contenidos teológicos son citados sólo si son funcionales a las recomendaciones morales. Estamos ante una religión des-teologizada, que busca una compensación en un nuevo énfasis sobre la “espiritualidad”. Pero esta se presenta con una fenomenología muy frágil, que va desde la elaboración totalmente subjetiva de motivos religiosos tradicionales hasta terapias de bienestar psíquico. Los contenidos de “verdad” religiosa teológicamente firmes y relevantes –los conceptos de revelación, salvación, redención, pecado original (por no hablar de otros dogmas más complejos)–, que en su formulación dogmática han condicionado íntimamente el desarrollo espiritual e intelectual del Occidente cristiano, son apartados del discurso público. Para los creyentes quedan un fondo y un soporte “narrativo” e ilustrativo, que ya no es fundante de la práctica ritual. La Natividad que acabamos de celebrar está fundada en el dogma teológico de Cristo “verdadero Dios y verdadero hombre”. Se trata de una “verdad” que ha incidido profundamente y formado generaciones de creyentes durante siglos. Hoy se repite –oprimida por un clima de sentimentalismo superficial– sin la comprensión del sentido de una verdad que ya no es traducible en los modos del discurso público. Pero surge la duda de que lo que hoy les interesa sobre todo a los hombres de Iglesia en su discurso público es exclusivamente la defensa de lo que ellos llaman “los valores” tout court, que coinciden con la temática de la “vida”, de la “familia natural” y los problemas bioéticos, como los entiende la doctrina oficial de la Iglesia. No otra cosa».


MUNDO
Kamikazes pagados como sicarios

«EI “salario ordinario” del kamikaze de Al Qaeda en Afganistán era, en 2006, de 50.000-100.000 dólares, pero podía llegar hasta “un millón”. [...] Se lee en los cables militares americanos enviados desde Irak y Afganistán y que Wikileaks ha dado a conocer en 2010». Noticia dada por la agencia de prensa italiana Ansa el 30 de diciembre.


CURIA
Nuevos secretarios en Propaganda Fide, Causas de los santos y Clero

El 23 de diciembre Benedicto XVI nombró arzobispo y secretario de la Congregación para la Evangelización de los pueblos al salesiano don Savio Hon Tai-Fai. Por primera vez un chino ha sido llamado a desempeñar un cargo de categoría en la Curia romana. Savio Hon Tai-Fai nació en Hong Kong el 21 de octubre de 1950. Ingresó en los salesianos, donde emitió la profesión temporal en 1969 y la perpetua en 1975. Recibió la ordenación sacerdotal en 1982 en su ciudad natal. Cursó los estudios filosóficos en la Universidad de Londres y los teológicos en la Pontificia Universidad Salesiana de Roma, donde obtuvo el doctorado en 1988. Ha conseguido también diplomas lingüísticos de francés en París, y de alemán en Bonn. Ha desempeñados varias actividades de enseñanza como profesor invitado en varios Seminarios de la China continental. Es autor de numerosas publicaciones en chino, inglés e italiano. En 2008 comentó con un artículo publicado en L’Osservatore Romano la Carta de Benedicto XVI a la Iglesia en China. Fue el responsable de la traducción al chino del Catecismo de la Iglesia católica. Pertenece a la Provincia salesiana de China (que comprende la China continental, Hong Kong, Macao, Taiwán), de la que fue provincial desde 2001 a 2006. Es académico ordinario de la Pontificia Academia de teología desde 1999, y miembro de la Comisión teológica internacional desde 2004. En el último período era profesor de teología del seminario de Hong Kong.
El 29 de diciembre hubo una serie de nombramientos en la Curia romana. Benedicto XVI nombró al italiano Marcello Bartolucci, de 66 años, arzobispo y nuevo secretario de la Congregación para las causas de los santos. Substituye a Michele Di Ruberto que cumplió 76 años en agosto. Natural de Bastia Umbra, provincia de Perusa y diócesis de Asís, Bartolucci es sacerdote desde 1968. Obtuvo el doctorado en teología en la Universidad Lateranense y la licenciatura en derecho canónico en la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino. Después de diez años de actividad pastoral, comenzó en 1977 a prestar servicio en la Congregación para las causas de los santos, de la que era subsecretario desde 2007, cuando substituyó en este último cargo a Di Ruberto. El nuevo subsecretario de la Congregación es el polaco Boguslaw Turek, de 46 años, sacerdote desde 1989 de la congregación de San Miguel Arcángel, que trabaja en el mismo dicasterio desde 1994 (desde 2009 era jefe de oficina).
Su Santidad, además, nombró arzobispo y nuevo secretario de la Congregación para el Clero al español Celso Morga Iruzubieta, de 63 años, sacerdote desde 1972 con doctorado en derecho canónico por la Universidad de Navarra del Opus Dei, que trabaja desde 1987 en el dicasterio, desde 2000 come jefe de oficina y desde 2009 como subsecretario. El Papa, en fin, nombró al monseñor canadiense Serge Poitras, de 61 años, subsecretario adjunto de la Congregación para los obispos. Ordenado sacerdote en 1973 por la diócesis de Chicoutimi en Quebec, Poitras ha sido en los últimos diez años colaborador local de la nunciatura de Ottawa y desde el pasado mes de octubre era oficial del dicasterio, donde fue llamado por el cardenal canadiense Marc Ouellet, que había sido nombrado el pasado 30 de junio prefecto de la Congregación para los obispos.


DIPLOMACIA
Francesco Maria Greco nuevo embajador de Italia

El 17 de diciembre Benedicto XVI recibió las credenciales del nuevo embajador de Italia ante la Santa Sede. Se trata de Francesco Maria Greco, de 60 años, natural de Siracusa. Emprendió la carrera diplomática en 1974, durante la cual ha desempeñado su servicio en varias oficinas del Ministerio de Exteriores italiano y en las sedes de Belgrado, Bruselas, Bangkok (donde fue consejero de embajada) y Madrid. Desde 2000 fue consejero de asuntos internacionales de los ministros de Defensa Sergio Mattarella (gobiernos D’Alema y Amato) y Antonio Martino (gobierno Berlusconi) y en 2002-2006 fue embajador en Indonesia. Desde 2009 era director general para la promoción y la cooperación del Ministerio de Asuntos Exteriores. Es autor del volumen Grande crisi e ordine internazionale. L’Italia fra Europa e Stati Uniti (Esi, Nápoles 2003) usado come texto en varias universidades y por los licenciados que preparan el concurso diplomático.