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IGLESIA
Sacado del n. 06/07 - 2006

Mi África bendecida por el Señor


El cardenal Bernardin Gantin, decano emérito del Sagrado Colegio, comenta desde Benin los datos del crecimiento impresionante de la Iglesia católica en el continente


Entrevista al cardenal Bernardin Gantin por Gianni Cardinale


El cardenal Bernardin Gantin visita el seminario de Ouidah, Benín

El cardenal Bernardin Gantin visita el seminario de Ouidah, Benín

En el espacio de veintiséis años la Iglesia católica en África ha crecido, y mucho. El número de fieles se ha triplicado, los sacerdotes han aumentado en un 85%, las religiosas en un 60%, el número de seminaristas se ha cuadruplicado. En este cuadro tampoco el aumento de obispos en un 45,8% sigue la tendencia de otros continentes, como el europeo (véase el recuadro). La noticia fue dada con motivo de la publicación del Anuario estadístico de la Iglesia del año 2004 y fue sustancialmente confirmada el pasado 27 de junio durante la presentación de los lineamenta del segundo Sínodo africano. De este “boom” de la Iglesia africana han escrito periódicos laicos como Le Monde y Le Figaro en Francia. 30Días le ha pedido un comentario a estos datos a una de las personalidades más eminentes de la Iglesia en África: el cardenal Bernardin Gantin, decano emérito del Colegio cardenalicio, ex prefecto de la Congregación para los obispos, que hace unos años regresó a su país, Benín, como simple “misionero romano”.

Eminencia, los últimos datos de la Oficina de estadística de la Santa Sede subrayan un gran crecimiento numérico de la Iglesia católica en África. ¿Cómo explica este “boom” católico del continente, que concierne de manera significativa a los seminaristas?
BERNARDIN GANTIN: Todas las vocaciones son un don de Dios. Es verdad que la vocación sacerdotal ha sido concedida en abundancia a los jóvenes cristianos africanos de nuestros días, en todos nuestros países. En mi Benín el fenómeno es realmente impresionante. Para este año están previstas 67 ordenaciones sacerdotales, de personas procedentes sobre todo de las diócesis del sur, la zona donde comenzó la evangelización de esta país por parte de los miembros de la Sociedad de las misiones africanas fundada hace 150 años por monseñor Marion de Brésillac. Él y sus hijos espirituales tenían como objetivo principal la formación del clero local, obra que han continuado con fidelidad sus colaboradores y sucesores, obispos y sacerdotes, para la creación y la multiplicación de seminarios mayores y menores. Hoy en Benín tenemos siete seminarios: dos mayores, cuatro menores y uno propedéutico. Lo que nos preocupa es que en general no haya un número suficiente de sacerdotes educadores que puedan formar bien a los seminaristas. Pero los obispos no quieren ser negligentes en la obra fundamental de la evangelización, obra que requiere hombres y medios, y por eso envían regularmente al extranjero a sacerdotes jóvenes y elegidos para que estudien las diferentes disciplinas. De modo que cuando regresen puedan formar a los jóvenes seminaristas. Todo esto es un don por el que siempre debemos dar gracias al Señor.
Además de muchos bautismos hay siempre muchísimas vocaciones. Los seminarios y los noviciados están llenos de candidatos. ¿Se trata de candidatos válidos? ¿O existe el peligro, como parece entreverse en algunos discursos pontificios a los obispos africanos en visita ad limina, de que el sacerdocio sea considerado como un medio de progreso social?
GANTIN: El peligro existe en todas las cosas humanas. Pero el peligro al que se refiere usted no nos desanima. El Señor nos asiste. Porque muchas vocaciones son buenas e incluso excelentes. El árbol se juzga por sus frutos. De los seminaristas de hoy la Iglesia elegirá mañana sus obispos, sus buenos pastores. Está claro que no todos los seminaristas serán sacerdotes. Un discernimiento sano y bueno debe existir siempre. Y por esto el Papa les pide a los obispo en visita ad limina que vigilen con cuidado. Naturalmente hay fracasos, en África como en todas partes, entre el clero como en la vida religiosa. Pero no nos desanimamos.
La Iglesia en África es tan rica en clero que comienza a exportarlo. También en nuestras zonas hay párrocos procedentes de su continente. ¿Qué piensa de este fenómeno?
GANTIN: Se trata, podríamos decir, de sacerdotes y religiosos fidei donum al contrario. Confirma la bondad de la Iglesia en África. La misión es un deber universal. De todos modos, también en este caso hace falta discernimiento. Personalmente y gracias a mi experiencia, puedo aconsejar a estos sacerdotes fidei donum en Occidente que regresen después de un periodo a su patria: de modo que por un lado puedan enriquecer su país con su experiencia, y, por el otro, hacer un viaje de vuelta saludable a las fuentes de su vocación. Luego, si su obispo lo permite, pueden volver de nuevo a Occidente. Lo que hay que evitar es que los sacerdotes africanos, sin el permiso de sus obispos, vaguen por las diócesis del mundo occidental buscando más su bienestar material que por una auténtica solicitud pastoral.
El mismo fenómeno, quizá de manera menos masiva, sucede con las religiosas. ¿Qué opina al respecto?
GANTIN: Las congregaciones religiosas europeas agonizantes o amenazadas de extinción no deberían acudir a fortalecerse por las buenas a las jóvenes Iglesias de Asia o África. Estoy convencido de que el nuevo prefecto de Propaganda Fide, el cardenal indio Ivan Dias, piensa lo mismo. Y actuará en consecuencia.
De todos modos, en África siguen desarrollando su actividad muchos misioneros y muchas misioneras que proceden de Occidente. ¿Sigue siendo valiosa y necesaria su ayuda?
GANTIN: Los misioneros siguen siendo necesarios por su trabajo, por su testimonio, por su solidaridad y por su lealtad a una tierra y a una humanidad que aman y que les quiere como a hermanos o hijos en la misma fe. Su número disminuye, pero no su solicitud apostólica. Todavía tienen mucho que ofrecer, que ofrecernos.
La iglesia de la Santa Trinidad en Onitsha, Nigeria

La iglesia de la Santa Trinidad en Onitsha, Nigeria

También aumenta el número de los obispos. ¿Cuál es, según usted, el nivel del episcopado africano?
GANTIN: Las nuevas diócesis que han sido creadas atestiguan el hecho de que en África la cristiandad crece, aumentan los catecúmenos, así como la necesidad de ofrecer los sacramentos. Por desgracia crecen también las sectas. Los obispos nombrados en África son generalmente muy jóvenes, pero posen la cultura, la experiencia, la conciencia y la solicitud necesarias para la evangelización. Si tengo que hacer una crítica es esta: si antes los obispos se movían poco, hoy viajan demasiado. Sentarse, escuchar, rezar con sus fieles hoy más que nunca es necesario y urgente para ellos. Teniendo siempre presente lo que establece el canon 395 del Código de derecho canónico sobre la obligación de residencia en la diócesis, pueden ser de ejemplo también para sus propios sacerdotes.
El número de cardenales africanos, sin embargo, no crece. Todo lo contrario. En el último consistorio fue creado sólo un purpurado africano octogenario. ¿Qué piensa de este “descuido”?
GANTIN: El número de los cardenales africanos podría aumentar como señal de aliento, por ejemplo, en Burkina Faso, Senegal, Gabón, República Democrática del Congo. O también en Congo-Brazzaville, cuyo primer cardenal, Emile Biayenda, fue salvajemente asesinado el 23 de marzo de 1977. Pero entendemos que el Papa piense principalmente en el equilibrio de la Iglesia universal. Y además, en mi opinión, no se debería crear o mantener en la mentalidad de los africanos esta expectativa de tener muchos cardenales. La evangelización no tiene la misma antigüedad en todas partes. El cardenalato no es necesariamente ni por igual señal de reconocimiento, garantía de madurez o de igualdad con los demás. Me imagino los apuros del Papa cuando debe elegir. Pero el Papa no se olvida de nadie.
Procesión de sacerdotes nigerianos en Lagos

Procesión de sacerdotes nigerianos en Lagos

El 27 de junio fueron presentados los lineamenta del próximo Sínodo africano que podría celebrarse en Roma en 2008. ¿Se trata de un acontecimiento esperado en África?
GANTIN: Todavía no he visto nada al respecto. Aquí en África las noticias llegan con retraso… De todos modos no creo que se haya fijado ya una fecha. Con todo, quisiera que no sólo África, sino todos los continentes adquieran “un espíritu sinodal” de modo que lo vivan constantemente, en la paz y en la prueba. En fin, como he dicho habría que evitar que nuestros obispos se alejen demasiado de sus sedes.
Durante la primera semana de julio se celebró un Congreso litúrgico relativo a toda la Iglesia africana. África ha sido un terreno privilegiado para la inculturación de la liturgia latina. ¿Cuáles son, según usted, los aspectos positivos y menos positivos de esta inculturación?
GANTIN: Una sana inculturación puede ser una ayuda. Pero no hay que separarse nunca del Magisterio de la Iglesia universal. Y nuestras misas no deben ser demasiado especiales. No deben ser comprendidas sólo por los africanos. Cualquier católico que participe en una función religiosa nuestra debe poder reconocerla, debe poder sentirse en su casa. El catolicismo no es el protestantismo.
Una pregunta personal. Usted está ligado especialmente al actual Pontífice entre otras cosas porque Pablo VI les creó cardenales en el mismo consistorio de 1977. ¿Ha tenido la posibilidad de hablar con él de África?
GANTIN: Si Dios quiere y la salud me lo permite, espero ir pronto a Roma para ver al Papa. Pero no para hablar, sino para escuchar: él es el Vicario de Jesucristo, que tiene palabras de vida eterna. Él es el Padre y el Pastor de la Iglesia universal. Nosotros aquí, desde el lejano Benín, tratamos de leer siempre sus homilías y sus discursos: son como estrellas que resplandecen en la actual noche oscura en la que parece que se ha sumido el mundo.


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