Home > Archivo > 05 - 2007 > Crecer entre líneas
SOCIEDAD
Sacado del n. 05 - 2007

La generación del papel impreso y la de los píxels

Crecer entre líneas


«Cuando leen ustedes el periódico, cuando se informan sobre lo que ocurre a su alrededor, están ustedes contribuyendo de manera activa a la tutela de su libertad y de la democracia». La intervención del embajador estadounidense ante el Estado italiano en el simposio del Observatorio Permanente Giovani-Editori, en Borgo La Bagnaia (Siena), el 26 de mayo de 2007


por Ronald P. Spogli


Ronald Spogli con motivo del simposio “Crecer entre líneas”, 
organizado y promovido por el Observatorio permanente Giovani-Editori, el 26 de mayo de 2007

Ronald Spogli con motivo del simposio “Crecer entre líneas”, organizado y promovido por el Observatorio permanente Giovani-Editori, el 26 de mayo de 2007

Deseo ante todo agradecer al presidente del Observatorio Permanente Giovani-Editori, Andrea Ceccherini, el haberme invitado a participar en este importante acontecimiento. Me congratulo con él por el excelente trabajo desarrollado en estos años en sensibilizar a la escuela sobre la necesidad de desarrollar en los estudiantes de hoy una capacidad crítica que les permita ser en el futuro ciudadanos conscientes e informados.
Es siempre un gran placer para mí dirigirme a ustedes, los jóvenes. Siempre he reservado especial atención a sus potencialidades y por eso apoyo programas de estudio internacionales e iniciativas de investigación en distintos campos.
La formación siempre ha representado un aspecto fundamental de mi vida. Gracias al estudio hoy tengo el honor de ser embajador de Estados Unidos precisamente en el país del que emigró mi abuelo en 1912 para ir a trabajar a Pensilvania.
Estoy firmemente convencido de que una de las principales bases del proceso formativo de los jóvenes es precisamente la lectura. Y especialmente la lectura del periódico, que estimula el análisis atento, consciente y crítico.
El proceso de comprensión de la realidad que nos rodea comienza con la lectura atenta del periódico como instrumento de información fundamental. Comprender los hechos nos permite formular opiniones. Y tener opiniones garantiza y defiende la democracia.
A los Estados Unidos se les asocia a menudo con la gran idea de libertad como derecho fundamental e inalienable del hombre. La primera enmienda de la Constitución americana garantiza precisamente la libertad de prensa, reconociendo de este modo su papel esencial para la defensa de la democracia.
Sepan, pues, que cuando leen el periódico, cuando se informan ustedes de lo que ocurre a su alrededor, están contribuyendo de manera activa a la tutela de sus libertades y de la democracia.
Con respecto al pasado hoy los periódicos son solo una de las muchas fuentes de información. Tenemos a disposición la televisión, la radio y sobre todo Internet. Ustedes, como también mis hijos, han nacido en plena era digital. La mayor parte de lo que leen, que escuchan y la manera misma en que se comunican es digital. Cada vez me doy más cuenta de que están revolucionando las dinámicas de la comunicación de masa y por ello el periódico les puede parecer a veces anacrónico y obsoleto.
Nosotros somos la generación del papel. Ustedes son la generación de los píxels. En esta distancia tecnológica que nos separa, sin embargo, hay una idea común que nos debe unir: informarse no siempre quiere decir comprender. Una cosa es saber que un acontecimiento ha ocurrido, y otra cosa es comprender por qué ha ocurrido.
La pluralidad de fuentes y las nuevas tecnologías representan sin duda alguna importantes pasos adelante para el mundo de la comunicación, pero el principal instrumento de profundización cotidiano sigue siendo el viejo y querido periódico.
Tengan en cuenta que no es solo un viejo como yo quien sostiene esta idea. Rob Curley, por ejemplo, es vicepresidente y responsable de Internet de la sociedad editora del Washington Post, uno de los diarios más difundidos en los Estados Unidos. Tiene poco más de treinta años, es uno de los mayores expertos de información on line y sostiene que la web sin periódicos no existiría. Que la versión on line puede ofrecer elementos complementarios como vídeo, fotos, audio, enlaces a documentos externos, pero no puede sustituir al papel impreso.
Hace tres meses el presidente del New York Times, Arthur Sulzberger, anunció que quizá para dentro de cinco años el periódico se publicaría solo on line. Su declaración provocó un encendido debate del que surgió un principio compartido por la mayoría de los comunicadores: pese a la creciente difusión de Internet, son los periódicos los que siguen dictando la agenda política, los que publican los análisis y las encuestas más incisivas, los que lanzan las modas y profundizan en las dinámicas de nuestra sociedad.
Esto, en mi opinión, es un punto esencial. Vivimos en sociedades cada vez más articuladas, en continua evolución, abiertas a nuevos retos que también los ciudadanos hemos de afrontar de manera activa.
Para comprender una sociedad tan… complicada, digamos, ¿puede bastar una noticia televisada de minuto y medio? Con todo el respeto para la televisión… yo diría que no. No se trata de establecer un parangón entre los medios de información o de elegir al bueno y al malo. Se trata de reflexionar sobre cómo aprovechar hasta el fondo las fuentes de información que hoy tenemos a disposición para formular nuestra opinión.
Quisiera invitarles a construir una relación personal con la información, leyendo por ejemplo periódicos distintos que ofrecen interpretaciones a veces opuestas del mismo hecho.
Es una tarea muy trabajosa, lo sé, pero no se detengan nunca, traten siempre de seguir adelante, de desenmascarar en lo posible la información no correcta.
La lectura del periódico en clase

La lectura del periódico en clase

Cada día, por ejemplo, me despierto y leo en los periódicos los artículos sobre mis “vidas paralelas”. Desde que algunos periodistas me han rebautizado Richard, en vez de Ronald, en la embajada decimos que debe haber sido Richard el que ha dicho algo o el que se ha visto con alguien, o bien el que ha hecho algo que en realidad yo, Ronald, nunca he hecho. En fin, es como si tuviera un mellizo con el que nunca consigo coincidir. Por curiosidad he buscado en Google a Richard Spogli. He encontrado cientos de páginas en las que se dice que Richard Spogli se ha visto con el ministro… Richard Spogli ha dicho que… Mañana quizá leamos también que Richard Spogli ha intervenido en el Observatorio Giovani-Editori de Bagnaia… Richard, ¿dónde estás? ¡Que se te vea!
Como es obvio se trata de un error banal, pero es significativo observar cómo un error tipográfico ha sido proyectado inmediatamente desde las páginas de algún periódico a cientos de sitios de Internet.
Generalmente estos errores en el papel impreso se corrigen. Los directores de los periódicos han de ser y son responsables frente al lector.
Pero en Internet es distinto. Hay miles de millones de informaciones en la red, la mayor parte de las cuales escapa a cualquier tipo de control en cuanto a su vericidad. El periódico desarrolla un papel de filtro fundamental que evita que el lector sea esclavo de un caos de informaciones. El lector renuncia sin duda a la libertad de leer cualquier cosa, verdadera o falsa, pero a cambio consigue no tener que perder tiempo con informaciones no correctas o incluso falsas.
El tema de Internet merece ser analizado de manera más profunda, cosa que me es imposible hacer aquí, pero es cierto que la web es una dimensión que tiende a lo uniforme. Como ha escrito Tom Friedman, en una economía globalizada e internetizada todos somos iguales. En el bien y en el mal.
Una democracia participativa, en la que el ciudadano asume cada vez más un papel central, ¿puede ser posible solo con la ayuda de Internet? Por ejemplo, podremos celebrar un referéndum para cada temática importante y votar con un clic. Pero, según ustedes, ¿esto nos haría más democráticos? ¿Conseguiríamos resultados positivos sin poder contar con una información válida, detallada y digna de confianza?
Por eso las nuevas tecnologías todavía no están en condiciones de prescindir de sólidos instrumentos intelectuales que los medios más tradicionales pueden ofrecer. ¿Por qué? Porque el papel impreso garantiza una pluralidad de perspectivas hacia la noticia. Porque ayuda a reflexionar sin quedarse ciegamente anclados en las certezas propias. Porque no se limita a contar un acontecimiento, sino que ofrece puntos de reflexión de corte cultural, político, económico y social. Porque, algo importantísimo, le permite al lector acceder a la noticia siguiendo su ritmo y sus modos de lectura, dejando espacio al pensamiento. Y pensar es previo a toda acción.
Un joven que lea sin profundizar no sabe pensar de manera creativa e independiente, y, por consiguiente, es más pobre. Por eso no estará en condiciones de aprovechar muchas oportunidades. Será sin duda mucho más superficial y esto le hará más fácilmente víctima del conformismo. Un joven que no lea de manera analítica, observa la realidad, pero no está en condiciones de captar su significado.
Desde hace mucho tiempo, los Estados Unidos son una República creada y regida por los representantes del pueblo. Al principio el sistema estaba regulado por principios de carácter esencialmente práctico. El número de participantes en una reunión estaba limitado a quienes de ellos consiguieran escuchar la voz del ponente o según la distancia que se podía recorrer para participar en ella. Estos, por suerte, son hoy parámetros superados. Ahora, para ser individuo activo en el ámbito de su país y ciudadanos de este tiempo, tienen la tarea de leer, de estar informados y ser competentes para poder ser cada vez más partícipes en las decisiones. En el pasado existía la distancia física entre el poder y el ciudadano. Hoy es la falta de información lo que crea una distancia que ya no es física pero que puede ser igualmente insuperable.
La página principal del New York Times

La página principal del New York Times

Cuando la República americana fue creada en los albores de la Revolución francesa, algunos miembros de la élite federalista como Hamilton y Madison temían el gobierno de las masas. La democracia campesina, capitaneada por Jefferson, temía por su parte el excesivo poder de la aristocracia. Sobre la delicada relación entre las masas, la élite y el papel de los medios de información, Jefferson dijo: «Si tuviera que elegir entre un gobierno sin periódicos y periódicos sin gobierno, no dudaría ni un instante en elegir la segunda solución. Pero con una condición: que todos tengan acceso a los periódicos y que todos estén en condiciones de leer». Así se subrayaba el papel de la prensa y de la información libre como pilar de la democracia y muro de contención contra los excesos.
También nosotros, como representantes del pueblo americano en Italia damos nuestra aportación a la formación y a la información de los ciudadanos y sobre todo de los estudiantes italianos. Como la mayor parte de las instituciones también nosotros nos valemos de una variedad de medios con el objetivo de crear el mayor número posible de nuevos contactos. De este modo hacemos diplomacia pública. Usamos distintos instrumentos, por ejemplo, tenemos un sitio web que publica información sobre casi todas nuestras actividades y sobre los temas que afrontamos cada día. También hemos inaugurado “Face 2 Face”, nuestra vídeo webchat, en la que ustedes, la audiencia, pueden formular en directo las preguntas a los invitados del plató como en una entrevista periodística.
De todos modos, el papel impreso sigue siendo un instrumento fundamental de nuestro trabajo. Enviamos newsletters, informes y publicamos artículos y editoriales. Mediante estos vectores tratamos de hacerles llegar el significado de qué es América y de aquello en lo que creemos.
Ustedes están hoy aquí representando a más de un millón y medio de jóvenes estudiantes a los que el proyecto “El periódico en clase” va dedicado. A ustedes se les quiere ofrecer la oportunidad de aprender a hojear las páginas del periódico. De acostumbrarles a la información diaria no casualmente sino de manera consciente y guiada. De comprender mediante los titulares y los contenidos del periódico cómo va cambiando su país. De completar su ya apretado programa de estudios con una nueva asignatura, la historia contemporánea, y de aprender a apreciar y valorar el trabajo del periodista como historiógrafo del tiempo que vivimos.
Gracias, chicos, y buena lectura.


Italiano English Français Deutsch Português