ITINERARIOS
Sacado del n. 12 - 2008

Las tumbas de los apóstoles

San Andrés


El primero de los apóstoles en ser llamado


por Lorenzo Bianchi


San Andrés

San Andrés

Andrés, hermano de Pedro, es el apóstol de los griegos. Después de Pentecostés, desarrolló su predicación en Oriente, en Escitia, región entre los ríos Danubio y Don. Refiere esta noticia Orígenes (185-225 circa), citado por Eusebio de Cesarea (Historia eclesiástica, III, 1): «En cuanto a los santos apóstoles de nuestro Salvador y a los discípulos fueron esparcidos por toda la tierra. Tomás, según sostiene la tradición, recibió Partia; Andrés, Escitia, y Juan, Asia, y allí vivió hasta morir en Éfeso». Pero luego Andrés debió de ir a la provincia de Acaia, donde especialmente llevó a cabo su predicación, como dice san Jerónimo, y fue obispo de Patras. Los Hechos apócrifos de Andrés (fechables entre finales del siglo II y principios del III, pero modificados por numerosas intervenciones posteriores, y que Eusebio de Cesarea rechaza con decisión como heréticos) le atribuyen también, antes de su definitiva permanencia en Acaia, la predicación en Epiro y en Tracia; aquí, según una tradición bizantina, se convirtió en el primer obispo de Bizancio, la ciudad que con Constantino se transformará en la nueva capital del Imperio romano, Constantinopla.
La Pasión de Andrés, antigua narración de principios de siglo VI, habla de la muerte de Andrés en Patras, mártir hacia el año 60 (el martirio en realidad ocurrió unos años más tarde) bajo el procónsul romano Egea, que lo condenó al suplicio de la crucifixión. Análogamente a su hermano Pedro, Andrés, según la narración, pidió que se le crucificara en una cruz distinta de la de Cristo: una cruz decusata, a forma de aspa, que será la característica principal de la iconografía del apóstol. También en este caso, como para Pedro, la tradición mantiene con buenas probabilidades un dato histórico real: se trata de una modalidad de suplicio conocida en el mundo romano.
La tradición antigua es unánime en ubicar también la sepultura de Andrés en Patras. Desde allí, como sabemos primero por Jerónimo (Los hombres ilustres, III, 7, 6) y luego por el Chronicon Paschale de la primera mitad del siglo VII, el emperador Constancio II trasladó en el año 357 el cuerpo de Andrés a Constantinopla, junto con el del evangelista Lucas, y lo colocó en el Apostoleion, la basílica dedicada a los apóstoles, a donde el año anterior había sido trasladado también el cuerpo de Timoteo. Fuentes sucesivas llevan a deducir que no todo el cuerpo de Andrés llegó a Constantinopla, y que casi toda la cabeza se quedó en Patras. En este momento cronológico se sitúa la noticia legendaria del traslado de parte de las reliquias de Andrés a Escocia (la nación que lo tiene por patrono y que ha adoptado la cruz de su martirio como emblema de su propia bandera), a la ciudad de Kilrymont (hoy Saint Andrews), por obra de san Régulo. La leyenda probablemente nació tras la evangelización comenzada en el 597, bajo el impulso del papa Gregorio Magno, por obra del monje Agustín (san Agustín de Canterbury). Conservadas, según la tradición, en la Catedral de San Andrés de Edimburgo, estas reliquias se perdieron tras la destrucción del interior del edificio llevada a cabo por los protestantes el 14 de junio de 1559.
Catedral de San Andrés Apóstol, Amalfi

Catedral de San Andrés Apóstol, Amalfi

A principios del siglo XIII las reliquias de Andrés llegaron a Italia. Las llevó a Amalfi el cardenal Pietro Capuano, legado pontificio de Inocencio III en la expedición de la IV Cruzada, que, en vez de llegar a Tierra Santa, se desvió primero hacia Zara y luego hacia Constantinopla, que fue atacada y saqueada en abril de 1204. Pietro Capuano regresó a Occidente en 1206 y depositó temporalmente las reliquias quizás en Conca de’ Marini; luego hizo construir expresamente (como nos dicen las fuentes de mediados del siglo XIII –especialmente la Translatio Corporis sancti Andree de Constantinopoli in Amalphiam de Matteo de Gariofalo– y como han confirmado recientes prospecciones) la cripta de la Catedral de Amalfi y el 8 de mayo de 1208 depositó allí con todos los honores el cuerpo de Andrés. Es probable que en esta ocasión se separe del núcleo de las reliquias una parte del cráneo, parte que fue hallada primero en 1603, durante las obras de transformación de la cripta, y luego de nuevo en 1864, cuando se colocó en un relicario aún visible.
En cambio, la cabeza conservada en Patras, que en 1460 corría el peligro de caer en las manos de los turcos que avanzaban en la conquista de la Acaia, llegó con una solemne ceremonia a Roma en 1462, traída a petición del papa Pío II por Tomás Paleólogo tirano de Morea en fuga, y fue conservada en San Pedro (en la columna llamada de San Andrés) hasta junio de 1964, cuando por voluntad de Pablo VI fue devuelta en señal de amistad hacia la Iglesia ortodoxa al obispo metropolitano de Patras, donde hoy se conserva en la iglesia dedicada a san Andrés, edificada en el lugar que la tradición señala como el de su martirio. En 1969, Pablo VI entregó también una reliquia de san Andrés a la Catedral de Santa María de Edimburgo, donde se venera con otra donada por el arzobispo de Amalfi en 1879, tras el restablecimiento de la jerarquía católica en Escocia.


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