Los siete “paquetes de armonización”
Cuenta atrás
por Gianni Valente

Un empleado del Parlamento europeo instala la bandera turca para la apertura de la sesión extraordinaria, 19 de noviembre de 2002
Turquía presentó su petición de adhesión a la UE en el 99, pero sin resultados positivos, mientras que se aceptaban las candidaturas de distintos países del Este de Europa. Justifican los titubeos europeos las anomalías de la realidad turca en campo económico y político y en el de la tutela de los derechos civiles. El gobierno se comprometió a resolver estas lagunas con los “paquetes de armonización”, las reformas legislativas introducidas a ritmo forzado para adecuar el sistema turco a Europa. Los informes provisionales, redactados por los organismos comunitarios para controlar el proceso de reforma, han puesto en evidencia aspectos positivos y negativos. Se ha considerado positivamente la abolición casi total de la pena de muerte y las declaraciones de disponibilidad a conceder a 12 millones de ciudadanos curdos la plena igualdad de derechos lingüísticos y culturales. Pero el informe de 2003 ha resaltado la lentitud y las carencias en lo que respecta a la aplicación concreta de las reformas. También exhorta a que se vaya reduciendo gradualmente el anómalo papel clave en los equilibrios políticos nacionales del ejército, que se erigió en guardián de la laicidad del Estado en la época de la revolución kemalista.
Más allá de cada punto concreto, las objeciones principales a la entrada de Turquía en Europa por parte de las élites y de la opinión pública europea nacen de reservas de tipo político (el peso de Turquía incluso en términos meramente demográficos desbarataría los equilibrios consolidados) y de dudas sobre la adaptación de un país de cultura islámica a los parámetros occidentales de convivencia civil. De todo ello era consciente el ministro de Exteriores turco Abdullah Gul, quien el pasado 14 de febrero trató de convencer a los asombrados participantes del congreso del Partido Popular europeo, poniendo de relieve los resultados alcanzados por el gobierno islámico moderado: «Hemos demostrado que una sociedad musulmana puede alcanzar los standards contemporáneos de democracia, estado de derecho, libertad religiosa, derechos humanos, transparencia, credibilidad y buen gobierno…».