Home > Archivo > 03 - 2004 > «Nam quid divinius isto ut puncto exiguo culpa cadat populi?»
AMBROSIO Y AGUSTÍN
Sacado del n. 03 - 2004

«Nam quid divinius isto ut puncto exiguo culpa cadat populi?»


«¿Hay acaso algo más divino que la culpa de un pueblo se derrumbe en un breve instante?» Así terminan los versos de san Ambrosio, compuestos para el baptisterio donde Agustín se hizo cristiano


por Lorenzo Bianchi


El cardenal Giovanni Battista Montini visitando el 5 de julio de 1961 los restos arqueológicos del baptisterio hallados en la plaza del Duomo de Milán durante  las obras del metro

El cardenal Giovanni Battista Montini visitando el 5 de julio de 1961 los restos arqueológicos del baptisterio hallados en la plaza del Duomo de Milán durante las obras del metro

«In fontibus qui beati Iohannis ascribuntur, Deo opitulante a beato Ambrosio, cunctis fidelibis adstantibus et videntibus, in nomine sanctae et individuae Trinitatis (Augustinus) baptizatus et confirmatus» («En la pila bautismal consagrada a san Juan, con la ayuda de Dios y ante la presencia y la mirada de todos los fieles, san Ambrosio bautizó y confirmó a Agustín en el nombre de la santa e indivisible Trinidad»). En el baptisterio de San Giovanni alle Fonti, en Milán, Agustín recibió de Ambrosio el bautismo en la vigilia pascual del 24 al 25 de abril del 387, según la tradición conservada por Landolfo Seniore a principios del siglo XII en la Historia mediolanensis (I, 9).
Para la construcción de este baptisterio, cuyos restos arqueológicos, adyacentes a los de la antigua basílica dedicada a la virgen y mártir santa Tecla, se encuentran unos cuatro metros por debajo del nivel de la plaza del Duomo (se entra por la catedral), Ambrosio mismo escribió una composición poética de ocho dísticos en dos estrofas, que, quizá colocado a lo largo de las paredes interiores del edificio, debía leerse en relación con los ocho lados de la pila bautismal. Algo parecido ocurre, por ejemplo, con los versos compuestos por el papa Sixto III (432-440) que se leen en el baptisterio de San Juan de Letrán, en Roma (también este denominado desde sus orígenes con el nombre de “San Giovanni in Fonte”) aunque aquí en los arquitrabes que unen las ocho columnas que rodean la pila.
Entre las varias atribuciones de edificios que la tradición pone en relación con Ambrosio, la del baptisterio es segura, gracias a las investigaciones arqueológicas realizadas en 1996 (tras las primeras excavaciones llevadas a cabo en 1961-62) que aportaron los siguientes elementos seguros para establecer una fecha: una moneda de Valente, emperador desde el 364 al 378 d.C., hallada en materiales de desecho precedentes al edificio; la indicación dada por el análisis con el C14 sobre los carbones presentes en la argamasa utilizada en uno de los pilares angulares exteriores; la fecha del 387 d. C. +/- 145 años que surge del análisis de la termoluminiscencia de un ladrillo empleado en el mismo pilar (cf. S. Lusuardi Siena, M. Sannazaro, “Los baptisterios del complejo episcopal milanés a la luz de las recientes investigaciones arqueológicas”, en L’edificio battesimale in Italia. Aspetti e problemi. Atti dell’VIII Congresso nazionale di Archeologia cristiana, 21-26 settembre 1998, Bordighera, 2001, págs. 647-674.).
También la composición epigráfica de Ambrosio, seguramente transcrita en el siglo VIII y conservada por la tradición manuscrita en el Códice Palatino Latino 833 (fol.41r-v) de un anónimo del siglo IX o comienzos del siglo X, conservado en la Biblioteca Apostólica Vaticana, debe referirse a los años inmediatamente anteriores al 387, quizá al 386. El texto, publicado en las varias colecciones epigráficas de los siglos XIX y XX (De Rossi, Bücheler, Corpus Inscriptionum Latinarum, Diehl), ha sido de nuevo publicado últimamente en la Opera omnia di sant’Ambrogio. Inni, Iscrizioni, Frammenti, preparada por S. Banterle, G. Biffi, I. Biffi, L. Migliavacca, Milán, 1994, págs. 96-99), con alguna ligera variante respecto al texto que se ha podido verificar en el códice, y que presentamos en la página anterior (con la única corrección de un evidente error del copista).
No todos los estudiosos están de acuerdo en la autenticidad de algunos de los varios textos epigráficos que se le atribuyen a Ambrosio, sin embargo, esta composición no plantea ninguna duda, ni en la comparación con escritos seguramente ambrosianos (cf. O. Perder, L’inscription du baptistère de Sainte Thècle à Milan et le “De sacramentis” de saint Ambroise, en Rivista di Archeologia Cristiana, XXVII 1951, págs. 145-166), ni en la correspondencia arqueológicamente verificada con lo que queda del antiguo baptisterio.
La entrada al área arqueológica. A la izquierda de quien entra está la transcripción de los versos compuestos por Ambrosio para la edificación del edificio bautismal de San Giovanni alle Fonti

La entrada al área arqueológica. A la izquierda de quien entra está la transcripción de los versos compuestos por Ambrosio para la edificación del edificio bautismal de San Giovanni alle Fonti

Para su construcción Ambrosio siguió un esquema arquitectónico laico e imperial, visible en Milán en el mausoleo imperial de San Vittore al Corpo: un edificio de planta externamente octogonal; tipología que se repetirá más tarde en San Aquilino, capilla adjunta a San Lorenzo que aún conserva sus formas originales. Pero Ambrosio reinterpreta simbólicamente la forma arquitectónica: el número de los lados de la pila bautismal y del edificio que la comprende no es casual, sino voluntario, como dicen explícitamente los mismos versos. De modo que también la composición epigráfica dedicatoria mantiene en su estructura el número ocho (ocho son los dísticos, es decir, la pareja de versos compuestos por un hexámetro y un pentámetro).
Para comprender la insistencia de este número (y explicarse el porqué de la difusión de la tipología del baptisterio de forma octogonal, de los cuales uno de los primeros fue precisamente el de San Giovanni alle Fonti, y el primero probablemente el de la basílica romana de San Juan de Letrán), hay que considerar que el número ocho, en la simbología de los antiguos Padres de la Iglesia, indica el día del Señor, la dies dominica, sucesivo al séptimo, es decir al sábado. Mientras el número siete recuerda la Genésis (los días de la creación) y cierra el Antiguo Testamento, simbolizando la ley, el ocho se refiere al Nuevo Testamento, a la plenitud y superación de la ley antigua, a la nueva creación, es decir, a la venida de Jesús, a la regeneración mediante el bautismo que libra del pecado, a Jesucristo resucitado de la muerte, salvación para todos los hombres.
Este sencillo y, para los antiguos, usual lenguaje simbólico, defendido por Ireneo de Lyon contra las abstractas construcciones de los gnósticos (de Valentín y sus seguidores especialmente), es usado también por Ambrosio, cuando dice, por ejemplo: «Septimus dies legis mysterium signat, octavus resurrectionis» (Epístola 26, 8: «El séptimo día inicia el misterio de la ley, el octavo el de la resurrección»), o también, más ampliamente: «Hebdomas veteris Testametni est, octava novi, quando Christus resurrexit, et dies omnibus novae salutis illuxit. Ille dies, de quo ait propheta: “Hic dies, quem fecit Dominus, exsultemus et laetemur in eo” (Ps 117, 24); de quo die se fulgor plenae et perfectae circumcisionis humanis peccatoribus infudit. Propterea et vetus Testamentum dedit partem octavae in circumcisionis solemnitate. Sed illa adhuc in umbra latebat: venit sol iustitiae (Ml 3,20) et consummatione passionis propriae revelavit sui luminis radios: quos retexit omnibus, et viate claritatem aperuit aeternae» (Epístola 44, 4: «El séptimo día es del Antiguo Testamento, el octavo del Nuevo, cuando Cristo resucitó y apareció luminoso el día de una nueva salvación para todos. Ese día del que dice el profeta: “Este es el día que el Señor ha hecho, exultemos y gocemos en él”; desde ese día el esplendor de la plena y perfecta circuncisión se ha introducido entre los hombres pecadores. Por esto también el Antiguo Testamento ha participado del octavo día con la solemnidad de la circuncisión. Pero quedaba aún escondido en la sombra: ha venido el sol de justicia y en el cumplimiento de la propia pasión ha revelado los rayos de su luz: y los ha descubierto para todos, y ha hecho visible el esplendor de la vida eterna»).
Incluso la estructura concreta del lugar está conformada para hacer visible, e indicar a la vista y a la mente de los fieles la nueva vida en Cristo, a la que se accede mediante el sacramento del bautismo.


Versus Ambrosii ad fontem eiusdem ecclesiae [sanctae Tecle]

OCTACHORVM SANCTOS TEMPLVM SVRREXIT IN VSVS
OCTAGONVS FONS EST MVNERE DIGNVS EO
HOC NVMERO DECVIT SACRI BAPTISMATIS AVLAM
SVRGERE QVO POPVLIS VERA SALVS REDIIT
LVCE RESVRGENTIS CHRISTI QVI CLAVSTRA RESOLVIT
MORTIS ET E TVMVLIS SVSCITAT EXANIMES
CONFESSOSQVE REOS MACVLOSO CRIMINE SOLVENS
FONTIS PVRIFLVI DILVIT INRIGVO
HIC QVICVMQVE VOLVNT PROBROSA[E] CRIMINA VITAE
PONERE CORDA LAVENT PECTORA MVNDA GERANT
HVC VENIANT ALACRES QVAMVIS TENEBROSVS ADIRE
AVDEAT ABSCEDET CANDIDIOR NIVIBVS
HVC SANCTI PROPERENT NON EXPERS VLLVS AQVARVM
SANCTVS IN HIS REGNVM EST CONSILIVMQVE DEI
GLORIA IVSTITIAE NAM QVID DIVINIVS ISTO
VT PVNCTO EXIGVO CVLPA CADAT POPVLI

Versos de Ambrosio en la pila de la misma iglesia [Santa Tecla]:
El edificio con ocho nichos ha sido levantado para los usos sagrados.
la pila octogonal es digna de este don.
Ha sido oportuno que sobre este número surgiera el aula del sagrado bautismo
que a los pueblos ha dado la verdadera salvación
en la luz de Cristo resucitado, él que abre
la prisión de la muerte y saca de las tumbas a los exánimes
y, librando a los que se confiesan culpables de la mancha del pecado, los lava en la corriente
de la fuente que fluye pura.
Aquí todos los que quieren abandonar las culpas de una vida viciosa
laven el corazón, tengan el ánimo puro.
Aquí vengan solícitos, que aunque oprimidos por las tinieblas, si tienen el valor de acercarse,
regresarán más cándidos que la nieve.
Aquí corran los santos: todos los santos experimentan estas aguas.
En ellas está el reino y el plan de Dios.
¡Oh gloria de la justicia! ¿Hay acaso algo más divino
que la culpa de un pueblo se derrumbe en un breve instante?


Italiano English Français Deutsch Português