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MEDIO ORIENTE
Sacado del n. 04 - 2006

Encuentro con el obispo auxiliar de Bagdad

La tragedia de Irak, hoy


«Con Sadam existía la dictadura, las guerras… pero la gente vivía bastante bien. Hoy existe la inseguridad total, nadie te garantiza por la mañana que vayas a volver a casa por la noche, parece absurdo pero es así».


Entrevista con Shlemon Warduni por Giovanni Cubeddu


La mezquita de Samarra, al norte de Bagdad, destruida por un atentado el 22 de febrero de 2006

La mezquita de Samarra, al norte de Bagdad, destruida por un atentado el 22 de febrero de 2006

La Iglesia caldea ha celebrado el mes de mayo un importante sínodo para nombrar a nuevos obispos, tanto en Irak, como en la numerosa diáspora del exterior. Se espera que el primer gobierno salido de las elecciones democráticas del año pasado pueda realmente gobernar el país, reuniendo a las diversas facciones. La vida cotidiana mientras tanto sigue pagando un alto precio en sangre e inseguridad.
Nos hemos entrevistado con Shlemon Warduni, obispo auxiliar de Bagdad.

Excelencia, ¿puede contarnos cómo viven ustedes estos días difíciles en Irak?
SHLEMON WARDUNI: Ante todo hablemos sólo de lo que se vive cotidianamente, sin entrar en el debate político, que no nos corresponde… aunque a veces no se puede prescindir de tocar lo político. ¿Que cómo vivimos? Pues en una situación trágica. Y por desgracia cada vez va peor. Cada nuevo día tenemos la esperanza de que irá mejor, pero luego hay que reconocer que ha ido como el día antes o incluso peor. Pero nuestra esperanza siempre ha estado, está y estará en el Señor. Y en la buena voluntad de los hombres, para que trabajen realmente por el bien de todos, y no por el provecho de unos pocos. ¿Cómo puede ser la vida bajo los bombardeos, y ahora entre coches bomba, hombres bomba y sobre todo secuestros de persona? Decenas de personas son secuestradas cada día, y ustedes en Occidente no lo saben. Si son periodistas, voluntarios o políticos entonces sí, hay noticia, pero si se secuestra a un comerciante, un funcionario o un padre de familia irakí, en el exterior nadie mueve un dedo. A la familia del secuestrado se le piden muchos miles de dólares. Los delincuentes piden cinco “cuadernos” –en argot un cuaderno vale diez mil dólares– o diez cuadernos… pero no sólo esto. A veces se paga sólo por conseguir por lo menos el cadáver del ser querido.
Estos criminales se informan sobre quién puede pagar, y luego actúan. Atacan a la gente normal, por dinero o por venganza, por política o también por terrorismo.
¿Era algo que sucedía ya en época de Sadam Husein?
WARDUNI: De ningún modo. Ni punto de comparación. Con Sadam había dictadura, guerras… pero la gente vivía bastante bien. Hoy la inseguridad es total, nadie te garantiza por la mañana que vayas a volver a casa por la noche. Parece absurdo, pero es así. Le puedo contar un episodio vivido por mí en primera persona, si cree.
Cuéntenos.
WARDUNI: El pasado 6 de marzo iba yo en el coche, metido en el tráfico. Giro a la izquierda para adelantar y oigo disparos de ametralladora. Una lluvia de balas cae sobre mi coche e instintivamente me agacho sobre los asientos. Quien vio la escena me contó que el fuego procedía de los “todo terreno” blindados, con vidrios oscuros, que llevan sólo las fuerzas aliadas, sin los distintivos del ejército iraquí. Y no iban en servicio de escolta de nadie en aquel momento. Después de algunos metros, detuve el coche. Los del coche de detrás se pararon a ver si seguía vivo, me preguntaban cómo estaba, eran todos musulmanes iraquíes. Los de los todo terreno, después de dispararme, se habían ido sin preocuparse de mí. Pero si tienen miedo de la gente, ¿por qué caminan junto a nosotros por Bagdad? Así son un peligro para nosotros y para ellos mismos. ¿Por qué no llevan distintivos, o, por lo menos, no señalan su presencia estos “omnipotentes”?
Algunos musulmanes me llevaron inmediatamente a mi casa, diciéndome precisamente que la Virgen y esta cruz que llevo en el pecho me habían salvado, que era un milagro, y yo le daba gracias a Dios…
En Bagdad puedes morir por un adelantamiento, porque creen que eres un terrorista.
Una explosión en una ciudad iraquí al norte de Bagdad

Una explosión en una ciudad iraquí al norte de Bagdad

¿La inseguridad de la que habla es mayor debido a motivos religiosos?
WARDUNI: De ningún modo, perjudica a todos indiscriminadamente. Motivos políticos, de venganza, de terrorismo o religiosos añaden solo color a un cuadro ya de por sí oscuro y agobiante. Cuando no hay seguridad no hay gobierno, no hay regla que valga, y todos, desde los sectores más disparatados aportan “válidas” razones para justificar su actuación. Pero quien sufre las consecuencias es la población, los inocentes, que no pueden hacer nada. O mejor, solo pueden hacer una cosa: rezar.
¿Han cambiado positivamente las elecciones democráticas las expectativas del pueblo?
WARDUNI: Nosotros esperábamos que de ellas saliera algo bueno, y seguimos esperando que haya un gobierno estable, fuerte, compartido, para que nuestro Irak eche a andar. Pero nada de esto ha ocurrido hasta hoy. Seguimos teniendo esperanza de que ocurra en el futuro.
¿La Iglesia caldea tiene puesta alguna esperanza en la hipótesis de un gobierno de coalición?
WARDUNI: Es la mayoría de los iraquíes quienes quieren un gobierno en el que todos los partidos colaboren por la paz y la reconstrucción. Si alguien queda marginado, inmediatamente surgirán nuevas contradicciones y enfrentamientos. Por el momento lo mejor es la coparticipación y la reconciliación. Sin premiar intereses personales, étnicos, religiosos o “nacionales”. La estabilidad es posible solo compartiendo la idea de que todos juntos busquemos el bien de los iraquíes, todos.
¿Está la nueva Carta constitucional iraquí a la altura de lo que está usted describiendo? ¿Podrían hacérsele enmiendas en alguna parte?
WARDUNI: Hay optimismo sobre la Constitución. En ella se recogen excelentes principios sobre la libertad de conciencia, sobre la igualdad, los derechos del hombre. Pero queda el dilema del artículo sobre los principios del islam, que, según la Constitución, que ninguna ley puede desobedecer. Y si esta norma constitucional se pone en práctica, será fuente de discriminación para una parte de la población iraquí, de impedimento real para la libertad de conciencia y los derechos humanos. Pongamos el ejemplo de la libertad de religión, dado que en el islam no se admite la conversión a otra fe. Tenemos aquí el problema de los hijos menores, porque si el padre y la madre se hacen musulmanes, ellos deben seguir automáticamente la fe de los padres, y una vez alcanzados los 18 años, no podrán volver a su fe original. A nosotros nos gustaría que a los hijos se les dejara libres.
Otro ejemplo de aplicación de la sharia: los licores, que están prohibidos por el islam, por lo que grupos de fanáticos musulmanes atacan las tiendas que tengan aunque solo sea una botella, o incluso matan a los comerciantes.
Por eso, el juicio sobre la Constitución es positivo en líneas generales, siempre que se le puedan ir añadiendo algunas enmiendas. Nosotros las pedimos como iraquíes y como cristianos, pero solo por el bien de Irak, y siempre dispuestos a cooperar para conseguirlo.
Mientras tanto la minoría cristiana es cada vez menor por la emigración. Algunos, entre ellos el presidente Talabani, proponen como una ayuda el traslado de los cristianos al Kurdistán iraquí, en el norte, donde hay más seguridad. El patriarca Delly no parece estar muy a favor.
WARDUNI: La emigración no es una exclusiva de los cristianos, sino que afecta también a los musulmanes, porque, sencillamente, es un drama de todos los iraquíes. Nosotros solemos decir que antes de ser cristianos somos iraquíes, y lo mismo vale, en nuestra opinión, para los musulmanes, que antes que nada son iraquíes. Los cristianos somos iraquíes desde el principio, estamos aquí desde hace dos mil años.
Y estamos contra la emigración. Pero a un joven iraquí, cristiano, que me pregunta qué pasará con su futuro, con su vida, ¿qué le puedo responder? No estoy seguro ni de mi propia vida, ¿cómo puedo protegerle? El primer punto no es la emigración de los cristianos, sino la tragedia de Irak. Sobre el segundo punto, el Kurdistán iraquí… no es tan fácil dar con una solución. Los cristianos viven con la gente, en el mundo, quieren ser su sal, atestiguar el amor cristiano, la humildad, por el bien de Irak. Y además, aunque los cristianos fueran colocados en lugares separados, ¿quién iba a garantizar su seguridad? Por no decir que queriendo vivir por nuestra cuenta, en sitios separados de la gente común, daríamos ejemplo de egoísmo y fanatismo. Y todo esto cuando precisamente hay tantos musulmanes que piden que sus vecinos sean cristianos, y quieren relacionarse con ellos porque son gente de paz, honrada, dispuesta a ayudar a su prójimo…
De todos modos, la cuestión sigue siendo teórica, porque de hecho nadie ha ofrecido soluciones ya practicables, y el patriarca y nosotros, los obispos, estamos tratando de comprender, nos informamos.
«Con los jefes musulmanes, con los vecinos musulmanes, existe sólo amistad, que es el mejor medio para repetirles que nuestra actuación es solo caridad, humildad, solidaridad y deseo de reconstruir nuestro país»
Entre las distintas denominaciones cristianas –caldeos, sirios, latinos–, ¿existe unidad de puntos de vista y de intenciones?
WARDUNI: En general no existen graves divergencias. Todos los cristianos vivimos la hermandad, la solidaridad, el deseo de reconstruir el país. Pero ni que decir tiene que puede haber opiniones distintas. Somos hombres, naturalmente. Pero sobre el bien de Irak existe concordia, y todas las voces cristianas se unen fácilmente en un llamamiento, para decirle al pueblo y al gobierno que los cristianos quieren ser considerados plenamente iraquíes, que están aquí desde hace milenios, antes que nadie, y que siempre han estado con Irak y por Irak.
Quien nos mete en el mismo saco que a los occidentales comete un error, nosotros no somos americanos, ni ingleses, sino iraquíes. En Irak el Señor Dios nos ha querido dar a Jesucristo a nosotros, y el islam a los demás. El cristianismo existe tanto en Irak como en Occidente, pero ¿cuántos son realmente cristianos, en Irak y en Occidente, ahora sobre todo que corren estos malos vientos de descristianización y se oyen cosas que dan escalofríos? Matrimonios entre dos hombres, o dos mujeres, con hijos de laboratorio… Esto para los orientales es una vergüenza, algo contra natura.
Volviendo a los cristianos iraquíes: entre nosotros existe unidad sobre las cosas fundamentales, libertad sobre el resto.
Los Estados Unidos hacen saber que es útil conseguir la ayuda de Teherán para guiar a su país hacia la paz. ¿Cuánto cuenta Irán en Irak, visto desde su punto de observación?
WARDUNI: Es un tema delicado, político, pero también religioso, dado que los chiíes son la mayoría tanto en Irán como en Irak. Como es obvio, tienden a ponerse de acuerdo entre ellos, como harían los católicos en la misma situación… Muchos iraquíes no aceptarían de buen grado que otro país terciara. Pero responder a esta pregunta me lleva a superar los límites de mi competencia.
¿Qué ayuda le pide a la Santa Sede?
WARDUNI: Pedimos solo algo que ya ha hecho por nosotros, es decir, el consuelo moral de repetir “No a la guerra”, hablar de justicia para nuestro pueblo y de derechos humanos, de esperanza y de paz. Es algo que apreciamos grandemente. También los musulmanes, cuando han visto a tantos y tantos cristianos rezar por la paz han comprendido que la guerra no procedía de ellos. Le agradecemos esta ayuda a la Santa Sede, que hace aquí lo posible, como en todo el mundo, para traer la paz. Los niños, los jóvenes iraquíes tienen derecho a vivir como todos los demás. Ahora no tienen esperanza. Por esto el patriarca Delly ha lanzado el llamamiento a la oración y al ayuno que fue recogido por el papa Benedicto, «en nombre de Dios, Alá»… que lleve la paz a los iraquíes.
¿Llegan las multinacionales extranjeras? ¿Se está reactivando la economía?
El obispo Warduni durante una rueda de prensa con los líderes religiosos chiíes en Bagdad el 4 de febrero de 2006. Los líderes religiosos chiíes, suníes y católicos hicieron una declaración conjunta en la que se condenan las viñetas satíricas contra
el profeta Mahoma publicadas en Europa

El obispo Warduni durante una rueda de prensa con los líderes religiosos chiíes en Bagdad el 4 de febrero de 2006. Los líderes religiosos chiíes, suníes y católicos hicieron una declaración conjunta en la que se condenan las viñetas satíricas contra el profeta Mahoma publicadas en Europa

WARDUNI: Pero a los que trabajan con los aliados los secuestran… aunque sean ciudadanos iraquíes. Y de nuevo se trata de padres de familia. Si los extranjeros vienen a trabajar a Irak, lo hacen secretamente. Las mejoras económicas las ven hoy los funcionarios o los que reciben de algún modo un salario del Estado, como los jubilados. Los demás, ¿cómo pueden vivir en una “economía del miedo”? ¿Qué sistema económica florece en el miedo general, en el caos? Por eso los iraquíes queremos por fin un gobierno fuerte. ¿Y los precios? ¿Se había oído alguna vez antes de ahora que en un país productor de petróleo falte el petróleo? Una bombona de gas costaba 75 céntimos de euro, y hoy de 15 a 20 euros. Un litro de gasolina 15 céntimos, hoy va de 1,5 a más de 4,5 euros. Las casas que tienen generadores eléctricos no tienen gasóleo para ponerlos en marcha, si no es a unos precios que están por las nubes. ¿Podría usted vivir sin energía eléctrica a cincuenta grados a la sombra?
¿Influye todo lo que está ocurriendo entre Israel y los palestinos en las facciones en Irak?
WARDUNI: La mayoría de los árabes no ama a Israel, la mayoría de los judíos no ama a los árabes, no digo nada nuevo, por desgracia. Hoy en Irak los árabes están de una parte, los americanos y los ingleses de otra.
Mientras tanto los atentados en Irak tienen muchos autores…
WARDUNI: El tema es complicado. Pero no faltan los que vienen de fuera. Con la cooperación de los que están aquí dentro. Las razones se entrecruzan, son las más dispares y desesperadas, es decir, están metidos en ello quienes ya lo han perdido todo. Cada día hay un nuevo grupo terrorista, cada día se dice que proceden de este o de aquel país, cada día se sospecha que pertenecen a este o a aquel partido. ¿Alguien puede comprobarlo?
¿Advierte usted resignación en la comunidad caldea?
WARDUNI: No, no todo va mal en Irak. Tenemos nuestras escuelas, enseñamos el catecismo, hay muchas reuniones de jóvenes, aunque no es como antes… Pero las fiestas que hemos hecho siempre han sido bonitas, y esperamos que lo sigan siendo. Conseguimos dar ayudas alimenticias, y con nuestros tres dispensarios caldeos ofrecemos medicinas y cuidados a los enfermos de cualquier religión, en su mayoría musulmanes. Con los jefes musulmanes, con los vecinos musulmanes, existe sólo amistad, que es el mejor medio para repetirles que nuestra actuación es solo caridad, humildad, solidaridad y deseo de reconstruir nuestro país.
Luego, como ya he dicho, algunos empiezan a tener un salario estable y digno, y en los periódicos, que son más numerosos que antes, hay más libertad de expresión, quizá demasiada, para dañar a este o a aquel adversario político…
Pero es la esperanza lo que nos hace vivir. Sobre todo en este tiempo de Pascua, de resurrección, paz y renovación espiritual. Desde Irak se la deseamos a todos ustedes. Es lo mismo que ustedes nos desean a nosotros.


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