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DESARME NUCLEAR
Sacado del n. 09 - 2006

HANS BLIX. Libertad de las armas nucleares

Enriqueced a los pobres, no el uranio


Decía que en Irak no había armas de destrucción de masa. Ahora pide que «Occidente se dirija a Irán como a un país que posee su propia dignidad». Y que la no proliferación vaya acompañada de ayuda a los países en vías de desarrollo. Entrevista con Hans Blix


Entrevista a Hans Blix por Giovanni Cubeddu


Hans Blix

Hans Blix

Hubo días en los que todos los no deseaban la última guerra en Irak esperaban las declaraciones oficiales de un ex ministro de Exteriores sueco, miembro de una noble familia, a quien, con el caluroso aval de Rusia y Francia, Kofi Annan había asignado el cargo de jefe de los inspectores de la ONU en Irak. En busca de las hasta entonces fantasmagóricas armas de destrucción de masa poseídas por Sadam Husein. Y él, Hans Blix, estaba intencionado a no permitir una guerra basada en un embuste. Porque entonces como hoy la verdad según Blix exige una comprobación, una inspección, y no procede de ciertos círculos de Washington. Desde 2003, año en que abandonó el cargo de las Naciones Unidas, Blix está al frente de la Comisión de Armas de Destrucción de Masa (The Weapons of Mass Distruction Commission), un órgano independiente y financiado por el gobierno sueco, con el que Blix, junto con otros 13 expertos de todo el mundo, trata de hacer comprender las ventajas y la necesidad realmente vital de la no proliferación nuclear. En junio su Comisión publicó un informe exhaustivo, Armas del terror. Liberar al mundo de las armas biológicas, químicas y nucleares (que también se le entregó al Papa).
30Días se ha entrevistado con Hans Blix. Sonrisa magnética, gran vitalidad, lenguaje sencillo, entreverado de ironía: un hombre lleno de realismo. Es una autoridad indiscutida.

Señor Blix, la cuestión de Irán ocupa el primer lugar en la agenda mundial, pero es probablemente el modo equivocado de afrontar el problema de la no proliferación. ¿Cuáles son los puntos de su último informe que hoy afrontan concretamente esta crisis y, más en general, el nuevo impulso de la no proliferación?
HANS BLIX: De manera más general, nosotros damos importancia al hecho de que la comunidad de Estados ha de dirigirse con mayor frecuencia a las convenciones y los instrumentos globales, como las Naciones Unidas o la Conferencia del Desarme de Ginebra. Partiendo de esta opción, hemos de reforzar el Tratado de No Proliferación, y necesitamos que entre en vigor el Tratado de Prohibición Total de Tests Nucleares (Comprehensive Test Ban Treaty – CTBT), que prohibiría las explosiones de los tests nucleares en todo el mundo: ya ha sido terminado pero aún no ha sido ratificado por cierto número de Estados, incluidos los Estados Unidos. Además, recientemente los Estados Unidos han propuesto el cese de producción de uranio enriquecido y de plutonio para uso militar, aunque sin posibilidad de comprobación… Si los Estados Unidos añadieran esta comprobación, sería sin duda una iniciativa muy válida.
El informe propone también que Rusia y Estados Unidos reduzcan el número de sus cabezas nucleares y que las armas nucleares sean retiradas de Europa; los rusos, además, deberían retirarlas a los depósitos de almacenaje en Rusia, mientras que las atómicas americanas deberían ser retiradas de Europa occidental.
Así pues, hay varias propuestas, en nuestro informe son sesenta, de las cuales la mitad tiene que ver con las armas nucleares.
¿Y la otra mitad?
BLIX: Se refieren a las armas biológicas y químicas, el espacio y los misiles. El espacio no tiene menos importancia. Hoy existe un ejército de ingenieros que trabaja para mejorar nuestras comunicaciones, es decir, la posibilidad de telefonearnos o de usar internet… Pero tenemos otro ejército de ingenieros que cada año gasta miles de millones de dólares para ver cómo podemos derribar los satélites del contrario, y si esto ocurriera por error podría ocasionar catástrofes. Tememos que la humanidad, tras el final de la guerra fría, pueda haberse olvidado del problema del desarme –“el peligro ha pasado”, se dice, “ya no será posible destruir la civilización humana”– y se prefiere hablar solo del tema del calentamiento global del planeta, que también es importante, pero mientras tanto las armas atómicas siguen ahí… Tenemos todavía frente a nosotros el problema de las 27.000 cabezas nucleares.
El presidente George W. Bush, durante la intervención en la Military Officers Association of America, el 5 de septiembre de 2006

El presidente George W. Bush, durante la intervención en la Military Officers Association of America, el 5 de septiembre de 2006

Pero de las sesenta propuestas del informe, ¿cuál es la que puede realizarse desde ya de manera inmediata?
BLIX: El tratado sobre la prohibición de los tests nucleares ya está listo. Solo necesita ser ratificado, y las líneas principales para el tratado sobre el cese del enriquecimiento del uranio ya se conocen.
¿Qué piensa usted de un Irán “nuclear”?
BLIX: La Comisión considera que sería de desear que se consiguiera que Irán estuviera lejos del enriquecimiento del uranio, porque si siguen enriqueciéndolo aunque sólo fuera en un cuatro por ciento, a larga escala aumentaría fuertemente la tensión en Oriente Medio. Hoy la cuestión avanza por el camino equivocado, deberíamos conseguir por parte de todos un compromiso a mantenerse alejados de las armas nucleares. Acariciamos la idea de que todos los Estados, incluido Israel, pudieran hacer suya la obligación de no producir más uranio enriquecido o plutonio. Los israelíes quisieran seguir con sus armas nucleares, y no creo que lleguen nunca a deshacerse de ellas, pero por lo menos podrían comprometerse a no producir más plutonio. Los iraníes podrían evitar el enriquecimiento del uranio y nosotros hemos de dirigirle la misma propuesta a Siria, Egipto o Arabia Saudí. Esto podría ahorrarle a Oriente Medio las tensiones que hoy le sacuden y representar un paso adelante hacia la solución de sus problemas.
¿Usted comprende las intenciones reales de los iraníes? Están dispuestos a negociar, pero siguen enriqueciendo uranio…
BLIX: Existen diferentes grupos en Irán. Irán no es Irak. Irak estaba sometido a la voluntad de un solo hombre, en Irán hay muchas voluntades y no creo que necesite, desde el punto de vista de la seguridad, las armas nucleares; los iraníes no están amenazados por los pakistaníes, no están amenazados por los turcos y ya no están amenazados por los irakíes. Quizá en Irán están preocupados por los americanos, que tienen 130.000 soldados en Irak y bases en Pakistán, Afganistán y Asia central… El ejército americano está mostrando interés por objetivos en Irán y quizá esto es lo que les preocupa a los iraníes. Por ello considero que necesitan que se les den garantías sobre su seguridad, así como a Corea del Norte, que parece que ha sido capaz de conseguir garantías de los americanos. Así pues, la seguridad debería ser un aspecto importante de este acuerdo. Creo además que es importante que el mundo occidental se dirija a Irán como a un país que tiene su propia dignidad: no les digan a 57 millones de iraníes que tienen que comportarse bien… Lo considero contraproducente. Y creo que debería haber razones por las que Irán podría abstenerse de enriquecer uranio. Los iraníes solo tienen dos plantas, dos reactores nucleares, y no es económicamente ventajoso implantar un plan de enriquecimiento para dos reactores solamente. Mi propio país, Suecia, posee diez reactores y el uranio enriquecido que necesitamos lo importamos. Pienso, pues, que por parte iraní será posible renunciar al enriquecimiento. Ellos afirman que tienen derecho a enriquecer el uranio, y es verdad, porque el Tratado de No Proliferación no se lo prohíbe, pero uno no está obligado a ejercer todos los derechos que posee si no lo considera ventajoso.
La política exterior está influyendo en las relaciones entre el presidente Bush y el Congreso americano; ¿el Congreso aprobaría, según usted, los bombardeos selectivos en Irán que a veces parecen considerar algunas fuentes americanas?
BLIX: Sí, corren voces sobre estos bombardeos selectivos, pero no estoy seguro de que los americanos conozcan todos los objetivos, creo que conocen solo algunos. Tengo mis dudas de que el Congreso los apruebe, porque hay muchísimo debate y resentimiento sobre la autorización concedida en el otoño de 2002, que fue un permiso para utilizar la fuerza, aunque con la intención principal de reforzar el papel del presidente durante las negociaciones –no era un semáforo verde para la guerra–. Y muchos representantes del Congreso que nunca hubieran querido autorizar la guerra querían solo aumentar el poder del presidente. También nosotros, los inspectores de la ONU, nos alegramos de la presión de los Estados Unidos sobre Irak, porque si no se hubiera hecho esto creo que Irak nunca habría admitido a los inspectores. Hoy considero que en el Congreso americano hay cierta reluctancia, incluso por parte de muchos republicanos, a autorizar ningún tipo de uso de la fuerza en Irán, porque ya han tenido la experiencia de lo que ha pasado en Irak. La administración comunica que sobre este punto no tiene ningún tipo de proyecto, pero no es lo mismo que decir: «Nosotros no lo haremos». No es algo planeado, no está en sus intenciones, pero nos gustaría mucho escuchar que no lo harán.
Considerando el reciente acuerdo nuclear entre Estados Unidos e India, parece que sobre la no proliferación existen dos varas de medir distintas. Por ejemplo, también Brasil ha afirmado hace pocos meses su derecho al enriquecimiento del uranio. Y también Ucrania, tras la reciente crisis del gas con Moscú, lo ha reclamado.
BLIX: Es cierto. Existe una diferencia entre Israel, Pakistán, India por un lado, e Irán por otro. Irán ha ratificado el Tratado de No Proliferación, se ha comprometido a no tener armas atómicas. Israel, Pakistán e India nunca se han atado a esta ratificación, y poseen armas nucleares, los tres países, pero no están violando ningún compromiso. Ahora, teóricamente, Irán podría retirarse del Tratado, como lo intentó hacer Corea del Norte, y decir luego: «Nosotros nos sentimos amenazados y necesitamos armas atómicas». Pero no es lo que están diciendo, y creo de todos modos que no sería sabio. Creo que es mejor movernos hacia otra dirección diferente. De todos modos, concuerdo con que, desde un punto de vista ordinario, se puede ver en este asunto esta doble vara: Israel puede tener doscientas armas nucleares, pero si Irán produce uranio en cantidades de miligramos o incluso quilogramos a nivel del 4% de enriquecimiento, entonces se dice que esta es una cuestión diferente…
El presidente iraní Mahmoud Ahmadineyad durante la ceremonia 
de inauguración del centro de producción de agua pesada del reactor nuclear de Arak, a 180 km de Teherán, hacia el sureste, el 26 de agosto de 2006

El presidente iraní Mahmoud Ahmadineyad durante la ceremonia de inauguración del centro de producción de agua pesada del reactor nuclear de Arak, a 180 km de Teherán, hacia el sureste, el 26 de agosto de 2006

Muchos países en vías de desarrollo consideran hoy que Irán tiene todo el derecho a poseer tecnología avanzada, siempre que respete el Tratado de No Proliferación, y, más en general, creen que los gobiernos occidentales no tienen derecho de utilizar el nuclear para resolver sus problemas energéticos mientras niegan el mismo derecho a otros países, acusándoles, cuando se acercan a la investigación nuclear, de querer dotarse de bomba atómica.
BLIX: Se dice por ahí que el Tratado de No Proliferación está en crisis: quedó malparado por los engaños de los iraquíes, de los norcoreanos, de los libios y, en fin, también los iraníes han faltado a sus obligaciones, que tomaron por el Acuerdo de salvaguardia [un acuerdo complementario que obliga a los países miembros del Tratado de No Proliferación a autorizar a la Agencia Internacional para la Energía Atómica, la AIEA, a hacer inspecciones más profundas, para evitar la ilícita proliferación nuclear, n. de la r.]. Pero ha habido también éxitos. Ucrania, Bielorrusia, Kazajstán han firmado el Acuerdo de No Proliferación, y luego Argentina, Brasil, Argelia, Vietnam y otros. Así que yo no diría que este Tratado está en las últimas, sino que ha tenido mucho éxito.
Cuando se habla de los usos pacíficos de la energía nuclear, bien: el mundo necesita limitar el uso del petróleo y del gas, incluso por razones de seguridad. Si observamos este problema desde el punto de vista del calentamiento del globo, el razonamiento sigue siendo válido, hemos de limitar las emisiones de CO2 y poner freno a nuestra sed de petróleo en el mundo por la competición por el petróleo y el gas que existe en Medio Oriente y Asia central. Esto es lo que está encendiendo los ánimos. Si no hubiera sido por el petróleo, no creo que se hubiera hecho la primera guerra en Irak, la guerra del Golfo, ni probablemente tampoco la segunda guerra del Golfo. Hemos de tener alternativas al petróleo. Hoy día no suelo encontrar a nadie que esté en contra de la energía eólica o solar, o la procedente de las olas del mar, de las biomasas, del etanol y así sucesivamente. Pero ninguna de estas fuentes alternativas genera la enorme cantidad de energía que necesitamos. No se satisface la necesidad de corriente eléctrica de Calcuta utilizando la energía eólica o la solar. Es la energía nuclear la que da enormes cantidades de electricidad, y puede ser distribuida con total seguridad. Hemos tenido un solo desastre –en Chernobil– pero el nivel de seguridad con que se puede utilizar hoy la energía nuclear ha aumentado sin lugar a dudas, incluso en Rusia, a partir de 1986. Así pues, mi opinión personal es obviamente muy favorable a la energía nuclear. Porque progresa, es más sencilla, más fácil de controlar, e incluso más fácil de producir. Con respecto a qué hacer con los residuos nucleares, los instrumentos existen y en el futuro estarán mucho más desarrollados. Dado que todos nosotros hablamos de energía alternativa, también deberíamos discutir sobre los residuos alternativos. ¿Y cuál sería el residuo alternativo al residuo nuclear? Bien, es todo el dióxido de carbono, todas las emisiones que recibimos de todos los distintos combustibles fósiles…
De todos modos, sé que el tema es controvertido, pero este es mi punto de vista personal.
¿Qué sentimientos conserva de su reciente visita al Papa?¿Por qué le ha presentado usted su informe sobre las armas de destrucción de masa a Benedicto XVI, visto que no es un jefe de Estado “normal”?
BLIX: Todos nosotros estamos ansiosos de que este informe, escrito por catorce expertos procedentes de todos los continentes, pueda ser leído no solo por los gobiernos y sus ministerios de Defensa o de Desarme, sino también por los líderes y los grupos religiosos, por las organizaciones no gubernamentales, por los think tanks y los medios de comunicación. El Papa es una gran autoridad y está a favor del desarme. En su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de este año habló de la paz en la verdad, y ¿qué es una actividad de control, o una inspección, si no un intento de encontrar la verdad? Además, si los Estados Unidos, y otros también, hubieran escuchado en 2003 lo que decíamos los inspectores de la ONU, habríamos llegado mucho más cerca de la verdad de lo que lo hicieron las agencias de intelligence. Y quizá la guerra se podía evitar. Así que creo que en las Iglesias y en las organizaciones religiosas encontramos aliados, que están buscando la paz, y espero que nos ayuden a que circule y se estudie este informe. Quizá no les guste todo lo que está escrito, pero lo examinarán y nos podrán hacer propuestas y críticas constructivas.
¿Cuál es el mensaje que le ha presentado usted al papa Benedicto, en síntesis?
BLIX: Que es hora de que todos nos despertemos ante la tremenda realidad de lo que está pasando, es decir, que muchas de las viejas amenazas siguen planeando sobre el mundo y que muchas nuevas amenazas han surgido ya. Los esfuerzos para erradicar la pobreza y para proteger el ambiente global han de ir acompañados por el desmantelamiento de las posibilidades destructivas mayores del mundo. En último análisis, se necesita lo que el informe llama “proyecto para una seguridad sin armas nucleares”.
Señor Blix, incluso después de que Sadam Husein fuera defenestrado en Irak las armas de destrucción de masa en aquel país siguen sin ser encontradas. Así que, hasta el momento, usted ha tenido razón. ¿Está realmente satisfecho?
BLIX: Mire, no creo que en Irak, tras el cambio de régimen, hayamos visto un solo día feliz.


(Ha colaborado Giorgio Alba)


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