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LOS CIEN AÑOS DE LOS...
Sacado del n. 10 - 2006

El rostro indio de don Bosco


Encuentro con Pascual Chávez Villanueva, rector mayor de los salesianos, sobre la vida y el trabajo de los discípulos del santo de Valdocco en el subcontinente indio: 196 escuelas, 85 institutos profesionales, 2.400 religiosos, un papel significativo en la asistencia a los chicos de la calle reconocido incluso por las autoridades gubernamentales


Entrevista con don Pascual Chávez Villanueva por Gianni Cardinale


El sello emitido por las autoridades de Nueva Delhi con motivo del centenario de la presencia salesiana en India

El sello emitido por las autoridades de Nueva Delhi con motivo del centenario de la presencia salesiana en India

«En efecto, se trata de un hecho extraordinario. Si bien es verdad que algunos países dedicaron en el pasado series filatélicas a san Juan Bosco, es la primera vez que quien lo hace es una gran nación en la que los católicos no llegan ni al dos por ciento». Don Pascual Chávez Villanueva, rector mayor de los salesianos, está especialmente satisfecho de la iniciativa tomada por las autoridades de Nueva Delhi para celebrar el primer centenario de la presencia de los seguidores de don Bosco en el subcontinente indio. Pero don Pascual está aún más contento por el hecho de que India sea la región en donde la presencia salesiana ha crecido de manera más contundente en los últimos años. Hasta el punto de que su última Carta circular, fechada el 21 de septiembre de 2006, está dedicada a la presentación de la región Asia Sur de la Congregación salesiana, que tiene su epicentro precisamente en el subcontinente indio.
Para hablar de don Bosco y de India nos reunimos con Chávez, de 59 años, mexicano, rector mayor desde abril de 2002, en la sede de la curia generalicia de los salesianos en Roma, en vía della Pisana.

Don Chávez, le ha sorprendido a usted la emisión de este sello en honor de don Bosco…
DON PASCUAL CHÁVEZ VILLANUEVA: Sorprendido agradablemente. Porque además nuestra presencia en la India es relativamente joven, comparada con la de otras órdenes religiosas. Estamos allí desde hace apenas un siglo, y precisamente al terminar las celebraciones de este primer centenario, que duraron desde febrero de 2005 hasta febrero de 2006, recibimos este hermoso reconocimiento, para mí muy significativo. Pero la cercanía de las autoridades indias ya se había visto al principio de las celebraciones, cuando en la inauguración de un complejo educativo en Guwahati participó nada menos que el primer ministro Manmohan Singh.
¿Cuándo llegaron los primeros misioneros salesianos a India?
CHÁVEZ VILLANUEVA: Ya en 1875 don Bosco habló de India como de uno de los posibles futuros países adonde mandar a sus misioneros. Pero tras varias vicisitudes fue solo el 5 de enero de 1906 cuando llegó el primer grupo de salesianos, al frente de los cuales estaba don Giorgio Tomatis, a Thanjavur, que entonces formaba parte de la diócesis de Mylapore, en el sureste de India. Sin embargo, los comienzos fueron algo difíciles, nuestra presencia no conseguía abrirse fácilmente camino, hasta que en los años veinte del pasado siglo llegaron a India dos grandísimas figuras de misioneros salesianos.
¿Quiénes eran?
CHÁVEZ VILLANUEVA: El francés Louis Mathias, el salesiano más ilustre, y el español José Carreno, el misionero salesiano más amado del pasado siglo. Con ellos los salesianos comenzaron a desarrollar su misión sobre todo en Assam, en la parte más noreste del país, pero también en Calcuta, Bombay y otras partes. Don José Carreno era una personalidad realmente poliédrica y fascinante: se cuenta que cuando él y los suyos tenían hambre pero no había nada de comer, tomaba la fisarmónica y con la música y los cantos, visto que el estómago estaba vacío, llenaba por lo menos el corazón. Mathias fue también arzobispo de Madras, y está enterrado precisamente en la Catedral de esa ciudad, donde también está la tumba de santo Tomás apóstol, el primer evangelizador de India. Una cercanía altamente significativa.
Fieles en la iglesia de Nagapattinam, en el Estado de Tamil Nadu

Fieles en la iglesia de Nagapattinam, en el Estado de Tamil Nadu

¿Cuántos son hoy los salesianos en India?
CHÁVEZ VILLANUEVA: Somos ya unos 2.400, de los cuales solo unos cincuenta no son originarios de India. La edad media es muy baja, 35-40 años, y los noviciados están siempre llenos de nuevos candidatos. Tenemos diez inspectorías pero creo que en el futuro surgirán otras. ¡Se puede decir realmente que don Bosco tiene ya un rostro indio!
¿Cómo explica este boom?
CHÁVEZ VILLANUEVA: Cuando quiere el Señor hace milagros. El incremento de la presencia salesiana en India no es el fruto de una estrategia particular o de un plan misionero específico. Desde luego es también el fruto de un gran compromiso pastoral por parte de muchos salesianos, pero en este desarrollo sin duda alguna arrollador lo determinante ha sido el dedo de Dios.
¿En qué campos trabajan los salesianos indios?
CHÁVEZ VILLANUEVA: Siguiendo el carisma de don Bosco nuestra atención principal se centra como es obvio en los jóvenes, en su educación. Tenemos 196 escuelas y colegios universitarios con un número total de más de 230.000 estudiantes. Administramos además 85 institutos profesionales y dos instituciones agrícolas, sirviendo a un total de más de 14.000 jóvenes. Se trata de números importantes, pero que se vuelven pequeños si los comparamos con la totalidad de India, que cuenta ya con más de mil millones de habitantes. Donde en cambio los salesianos tienen un papel significativo, ampliamente reconocido incluso por las autoridades gubernamentales, es en el campo de la asistencia a los llamados chicos de la calle. Hay inspectorías que dedican a más de cien sacerdotes en esta misión. Misión propia del carisma salesiano. Don Bosco quería y quiere que nos ocupemos sobre todo de los jóvenes más débiles y desafortunados.
¿Se muestra agradecido el gobierno por este trabajo de ustedes?
CHÁVEZ VILLANUEVA: Hoy podemos decir que sí. He visitado tres veces India –ya está previsto el cuarto viaje para el próximo febrero– y en estas ocasiones he podido reunirme con miembros del gobierno central y de los gobiernos locales que se mostraron satisfechos de nuestro trabajo. En el fondo, siguiendo a don Bosco, también nosotros nos comprometemos en la formación de ciudadanos honrados. Y esto les conviene también a las autoridades civiles.
En los años pasados no faltaron problemas con las autoridades…
CHÁVEZ VILLANUEVA: Hasta 2004 hubo un gobierno en el que predominaban los extremistas nacionalistas hindúes que toleró y en cierto sentido fomentó formas de intolerancia y odio hacia los cristianos. Algunos de nuestros hermanos cayeron víctimas de este odio. Hoy por suerte existe un gobierno laico más tolerante, pese a que en algunas partes hay gobiernos locales donde sigue habiendo problemas. Por nuestra parte la postura está clara: nosotros no imponemos nuestra fe a nadie, pero si uno quiere libremente convertirse no debería haber leyes que se lo impidan. Sin contar que en India hay todavía unos cien millones de personas pertenecientes a tribus indígenas sin religión hacia las cuales debería haber plena libertad de desarrollar incluso actividad misionera.
El rector mayor, don Pascual Chávez Villanueva, con los niños indios

El rector mayor, don Pascual Chávez Villanueva, con los niños indios

Un crecimiento tan tumultuoso y en un período tan breve, ¿ha provocado nuevas perspectivas y a la vez nuevos problemas?
CHÁVEZ VILLANUEVA: Todo crecimiento plantea preguntas que requieren una respuesta. En mi última Carta dedicada precisamente a los salesianos del Asia meridional puse de relieve algunas.
Imagino que la primera cuestión es la de la inculturación.
CHÁVEZ VILLANUEVA: Así es, en efecto. Qué duda cabe de que en toda Asia el cristianismo se percibe como una religión occidental, aunque en realidad su cuna esté en Oriente Medio. Así pues, mantener una identidad cristiana y al mismo tiempo una identidad india es problemático. Porque además India posee una historia y una cultura milenaria, más antigua que el cristianismo. Una cultura que crea una mentalidad, una forma de pensamiento muy arraigada. Por tanto existe el peligro de querer conservar una mentalidad, una forma de pensamiento que en realidad es incompatible con lo propio del cristianismo. Pienso, por ejemplo, aunque no es el único ejemplo, en la unicidad salvífica de Jesús, que a veces parece ponerse en discusión incluso en nuestro interior por el malentendido prurito de mostrar respeto por las otras formas religiosas.
Esta es la primera área problemática. ¿Las otras?
CHÁVEZ VILLANUEVA: Ante todo hemos de conseguir comprender cómo acompañar el extraordinario desarrollo económico y social que está llevando a India, inmediatamente detrás de China, a jugar un papel único en el panorama mundial. Y como creo que un punto crucial del desarrollo de India será la educación, pienso y espero que los salesianos puedan tener un papel importante en este campo. Siempre con nuestro corazón pendiente del destino de los más pobres y actuando siempre siguiendo la máxima de don Bosco: dar más a quienes la vida les ha dado menos. Y en este campo en India hay mucho trabajo que hacer, incluso en ciertos elementos estructurales de la sociedad…
«Y como creo que un punto crucial del desarrollo de India será la educación, pienso y espero que los salesianos pueda tener un papel importante en este campo. Siempre con nuestro corazón pendiente del destino de los más pobres y actuando siempre siguiendo la máxima de Don Bosco: dar más a quienes la vida les ha dado menos»
¿A qué se refiere?
CHÁVEZ VILLANUEVA: A los efectos sociales de la mentalidad budista, según la cual quien está mal, quien es pobre, quién está atribulado, quien está enfermo, en el fondo se merece esta situación porque en alguna vida anterior tuvo algo que causó su situación actual, que por consiguiente es considerada irredimible… O bien al fenómeno de las castas. En India un número considerable de la población está identificado como “dalit”, fuera de la casta. Estos son tratados como parias por los demás y consiguen sobrevivir gracias a los subsidios del gobierno y las obras caritativas de las Iglesias y las comunidades cristianas. Ahora bien, esta mentalidad de desprecio por los “dalit” –y el 70% de los cristianos de India es “dalit”– está presente también en nuestras comunidades religiosas, en nuestras Iglesias locales, incluso en el colegio episcopal. ¿Cómo podemos pretender que la sociedad cambie si no somos nosotros los primeros en dar ejemplo?
¿Deriva de esto, quizá, la invitación que dirigía usted en su última Carta a «robustecer la vida común» de los salesianos?
CHÁVEZ VILLANUEVA: En la Carta está escrito: «Por tanto, hay que animar a que en las comunidades, tanto locales como inspectoriales, donde haya una marcada presencia de culturas, etnias y castas diversas, se estudien y se pongan en acto procesos e iniciativas para ayudar a los hermanos de hábito a afrontar y apreciar las diferencias y a superar posibles molestias o malentendidos». Con la ayuda de Dios espero que los problemas de este tipo puedan resolverse cuanto antes. Aunque se trata de mentalidades muy arraigadas…
En India un número considerable de la población está identificado como “dalit”, fuera de las castas. Esta mentalidad de desprecio por los “dalit” –y el 70% de los cristianos de India es “dalit”– está presente también en nuestras comunidades religiosas, en nuestras Iglesias locales, incluso en el colegio episcopal. ¿Cómo podemos pretender que la sociedad cambie si no somos nosotros los primeros en dar ejemplo?
Don Chávez, en su Carta de presentación de los salesianos del Asia meridional lanza un llamamiento a «vivir apasionados la missio ad gentes»…
CHÁVEZ VILLANUEVA: Efectivamente, usted me preguntaba antes la razón del boom de nuestras vocaciones religiosas. Obra ante todo de Dios, respondía yo, pero también de la incansable acción misionera de nuestros hermanos, quienes en India han encontrado un terreno fértil, visto que hay tantos jóvenes, tanta pobreza y un fuerte sentimiento religioso en toda la sociedad: tres elementos que ayudan mucho. Pero si no existieran estos hermanos apasionados por la missio ad gentes todo podría ser en vano. En India los salesianos han convertido a muchísimos de los llamados “tribales” –pienso en el extraordinario desarrollo de Assam– y ahora tienen un número de sacerdotes extraordinario. Y esto ofrece a la Iglesia en India, a los salesianos en India, una perspectiva nueva, una responsabilidad histórica grandísima.
¿En qué piensa?
CHÁVEZ VILLANUEVA: Los sacerdotes, los salesianos indios tienen mucho que hacer en su patria. Pero también tienen mucho que hacer por la Iglesia en otras partes del mundo. Y esta expansión misionera, que en ciertos aspectos recuerda la de la Iglesia europea de los siglos pasados, ya está produciéndose. Salesianos indios hay ya en África, en Papua Nueva Guinea, en Mongolia, en Oriente Medio –Kuwait y Yemen– e incluso en el Viejo continente. Me alegró mucho que en la celebración de clausura del centenario de los salesianos en India, el 7 de febrero de 2006, se produjera el solemne envío de 25 misioneros a todo el mundo. Espero que con la ayuda de Dios y la intercesión de don Bosco India siga siendo siempre generosa a la hora de ofrecer nuevos obreros para la viña del Señor.


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