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JORDANIA
Sacado del n. 12 - 2006

Entrevista con el obispo Salim Sayegh

Elogio del trabajo bien hecho



Entrevista a Salim Sayegh por Gianni Valente


«En esta zona el Señor comprende el árabe, o mejor aún, lo habla». Para Salim Sayegh, vicario patriarcal del Patriarcado latino para Jordania, las escuelas cristianas del país son la prueba de que las obras buenas pueden tener buena acogida en todas partes, sin necesidad de levantar muros de defensa. Para él su éxito no esconde ningún secreto especial. «Evidentemente», dice con un guiño, «son tan apreciadas por todos porque trabajan bien».

El obispo Salim Sayegh durante una ceremonia en Wadi Karrar, en lo que los arqueólogos jordanos indican como el lugar del bautismo de Jesús

El obispo Salim Sayegh durante una ceremonia en Wadi Karrar, en lo que los arqueólogos jordanos indican como el lugar del bautismo de Jesús

Las escuelas cristianas de Transjordania son una pieza fundamental de la historia de la nación…
SALIM SAYEGH: El Patriarcado latino ha sido pionero en el campo de la enseñanza en Jordania. Desde los tiempos de los turcos, en todas las partes adonde llegaban los curas del Patriarcado latino, lo primero que construían era la escuela. Enseñar a la gente a leer y a escribir. Ahora la situación es distinta. El Ministerio de Educación está bien organizado, hay escuelas en toda Jordania, incluidas muchas escuelas privadas que funcionan estupendamente.
Y en este nuevo contexto, ¿cuál es la misión específica de las escuelas cristianas?
SAYEGH: Ante todo pueden ayudar a toda nuestra buena gente, musulmanes y cristianos, a no encerrarse en un gueto. Para cristianos y musulmanes es una riqueza poder vivir juntos los primeros años de estudio y luego también la educación secundaria. Es una mezcla saludable para la vida social.
¿Sólo esto?
SAYEGH: Las escuelas son el medio más importante que tenemos en nuestras manos para educar a nuestros niños en la fe cristiana, para introducirlos en la vida parroquial y en la vida litúrgica. También hoy muchos de los seminaristas de Beit Jala [El seminario patriarcal, n. de la r.] han asistido desde pequeños y muchachos a las escuelas católicas de Jordania.
Las escuelas cristianas siempre han gozado del favor de la monarquía hachemita. ¿Las cosas podrían empeorar si cambiara el sistema político del país?
SAYEGH: No creo. Nosotros vivimos en Oriente, y Oriente es tradicionalista. Tener nuestras escuelas forma parte, por así decir, de los derechos adquiridos, que nadie tendría el valor de poner en solfa. Tampoco cuando los ministros estaban ligados a los Hermanos Musulmanes tuvieron la pretensión de poner en discusión el papel reconocido de las escuelas cristianas. Y además, la verdad es que Jordania es un país pobre, y cuando las escuelas cristianas cargan con la responsabilidad de instruir y educar a más de 20.000 alumnos, para quienes las escuelas estatales no desembolsan ni un céntimo, esto es un alivio también para el gobierno.
Hace muchos años usted nos dijo que ni siquiera los Hermanos Musulmanes eran un peligro. ¿Sigue pensándolo?
SAYEGH: Los Hermanos Musulmanes en Jordania nunca han recurrido a la violencia. Hay muchos de estos a los que se les define fundamentalistas, pero son buena gente que solo quieren vivir su fe. Conocemos a muchos, de algunos de ellos somos muy amigos, nos visitamos recíprocamente, cada cual respeta al otro y no hay ninguna dificultad. Además entre ellos hay también otros que son arribistas, que tratan de trepar, pero a nosotros esto no nos interesa. En fin, entre los más burdos e ignorantes también hay algunos que son agresivos. Esto pasa. Es normal. Son cosas de la vida. Pero la actitud malvada y de enemistad hacia los cristianos no es la regla, es la excepción. Para esto existen las prisiones: son para la gente mala que no quiere respetar la ley.
En Europa muchos afirman que hay que responder al despertar islámico con firmeza. Y exigir reciprocidad.
SAYEGH: Hay que ser objetivos. Aquí los árabes cristianos somos una minoría. Aquí el “jefe” es musulmán. Cuando los musulmanes van a Europa encuentran otros jefes. Pero en nuestro país el jefe ha arreglado las cosas de manera muy equilibrada. Les cito un ejemplo que sería impensable en Europa. Aquí en Jordania de ciento veinte escaños del Parlamento, por ley nueve han de asignarse a cristianos, otros son para los circasianos, los beduinos y las demás minorías, de manera que todos tengan garantizados sus derechos.
Está dibujando un cuadro idílico.
SAYEGH: Los problemas nacen con los matrimonios entre cristianos y musulmanes. Aquí entra en juego la religión. Si una cristiana se casa con un musulmán y no se convierte al islam, no tiene derecho a la herencia y no puede educar a sus hijos como quiere y, si muere el marido, no puede quedarse con sus hijos. Pero esta es la ley, que favorece siempre al cónyuge musulmán. Por esto no damos nunca la dispensa para los matrimonios mixtos de este tipo.
Mientras tanto, en las fronteras Oriente Medio está ardiendo. Y muchos en Occidente le dan la culpa al islam.
SAYEGH: Occidente nunca ha comprendido qué es el islam ni qué son los musulmanes. De lo contrario habría actuado de manera distinta en la cuestión palestina, que viene arrastrándose desde hace casi un siglo. Habría actuado de otro modo en la cuestión iraquí. Y queriendo pisotear a la gente, como ha pasado en Irak o Palestina, esto es lo que pasa.


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